Fue la noche más negra en mucho tiempo para Peñarol. Una noche terrible en la que no salió nada.
Primero, desde el punto de vista futbolístico, salió a jugar un encuentro con una mala formación por parte de Mauricio Larriera quien volvió a equivocarse.
Luego, y por lo que este partido será más recordado, porque el compromiso estuvo suspendido durante 30 minutos por incidentes entre hinchas de ambos equipos.
¿Qué sucedió? Hinchas de Peñarol que estaban en la Tribuna Cataldi, dieron toda la vuelta al estadio por dentro, cruzaron primero a la Damiani y de allí a la Guelfi para atacar a los seguidores de Colón. Querían la revancha por lo mal que los habían tratado en la ida en el Cementerio de los Elefantes, como llaman al estadio santafecino.
Los hinchas que estaban en la Guelfi, fueron evacuados por la Policía hacia la Damiani, debido a lo que habían hecho los propios seguidores de Peñarol que llegaron desde la otra cabecera.
Una vergüenza por todo. Porque alguien debe responsabilizarse de este hecho insólito que, además, paró a Peñarol en el mejor momento futbolístico, justo cuando había reaccionado tras el empate de Pablo Ceppelini.
Seguramente será recordada como la noche de los impunes, más allá de que el Estadio Campeón del Siglo tiene cámaras de reconocimiento facial.
Los encargados de seguridad de Peñarol y los del estadio, no lograron persuadir a estos hinchas que hicieron lo que quisieron.
Desde el punto de vista futbolístico, Larriera volvió a pecar con su idea en la formación del equipo titular.
Resignó el juego por derecha, sin extremo que ayudara a Matías Aguirregaray, colocando allí a Ceppelini, quien no tiene desborde y ayuda poco en la marca. Jugó con doble 9, pero apenas le llegó juego tanto a Lucas Viatri como a Ruben Bentancourt.
El Vasquito se fundía jugando solo por derecha y eso lo veía todo el estadio.
La idea de Larriera no fue la mejor. Y ya es algo reiterativo, porque volvió a insistir a jugar con un extremo solo, esta vez, por derecha.
En la cancha, la responsabilidad es de los jugadores y allí, Walter Gargano se equivocó de continuo con la pelota.
El equipo, además, no tuvo ideas, careció de juego colectivo, de sociedades y de transiciones rápidas, ante un rival que lo esperaba bien en el fondo.
Solo un par de pelotas que ganó Viatri por arriba lograron hacer la diferencia, pero después, casi ni llegó.
Larriera se dio cuenta de su equivocación y le dio ingreso a Ignacio Laquintana de entrada para jugar el segundo tiempo en lugar de un Gargano inoperante.
Enseguida llegó el empate de Ceppelini tras un fallo del uruguayo Leonardo Burián y minutos después, entró el Canario Agustín Álvarez Martínez.
La idea era llegar con mayor profundidad, pero enseguida se desencadenaron los incidentes antedichos.
Cuando volvió el fútbol, media hora después, llegó el 2-1 tras otro grave error de Burián que permitió que Hernán Menosse anotara.
Sin embargo, en ese mismo momento, pese a ponerse en ventaja, Peñarol quedaba automáticamente eliminado de la posibilidad de clasificar a la Copa Sudamericana ya que, en Asunción, el arquero uruguayo Gastón Olveira atajó un penal a Cerro Porteño y permitió que Olimpia ganara 1-0 de visita y fuera tercero.
Desde allí en adelante, el partido bajó el ritmo. Colón se conformaba porque terminaba primero en el grupo, y a Peñarol no le cambiaba nada hacer uno o dos goles más.
Se transformó en una especie de entrenamiento con gente en las tribunas.
No logró el objetivo, no consiguió el norte que buscó desde el principio de este torneo, el gran sueño que tuvo Larriera ni bien firmó con Peñarol a fines de diciembre de 2020, que era dirigir al club en la Libertadores. Él mismo lo clasificó, pero cuando le tocó disfrutar de ese sueño, lo padeció.
En un grupo en el que no tenía que realizar viajes largos, no tuvo rivales que fueran locales en la altura, tampoco equipos brasileños, ni argentinos fuertes, Peñarol fue último.
Fue un fracaso. Primero, por no clasificar a los octavos de final de la Libertadores, y después, por no hacerlo a la Copa Sudamericana.
Fue una noche terrible para Peñarol que ganó un partido con poco valor y que quedó marcado por los incidentes en una tribuna. Sus hinchas, los buenos y los que cometieron los desmanes, recién pudieron salir del Estadio Campeón del Siglo sobre la hora 23.48, luego de que se fueran primero los de Colón.
Peñarol 2-Colón 1
Cancha: Estadio Campeón del Siglo
Juez: Anderson Daronco (Brasil)
Peñarol: Kevin Dawson; Matías Aguirregaray, Hernán Menosse, Ramón Arias, Jairo O'Neill; Walter Gargano, Rodrigo Saravia; Pablo Ceppelini, Máximo Alonso; Lucas Viatri y Rodrigo Bentancourt. Director técnico: Mauricio Larriera.
Colón: Leonardo Burián; Facundo Garcés, Paolo Goltz, Rafael Delgado, Eric Meza; Rodrigo Aliendro, Cristian Bernardi, Federico Lertora, Andrew Teuten; Lucas Beltrán y Facundo Farías. Director técnico: Julio César Falcioni.
Cambios en Peñarol: 45' Ignacio Laquintana x Gargano, 54' Agustín Álvarez Martínez x Bentancourt, 90+12' Agustín Da Silveira x Menosse y Alejo Cruz x Alonso, 90+12' Damián Musto x Viatri
Cambios en Colón: 90+9 Gian' Nardelli x Garcés, Tomás Moschion x Aliendro y Pierotti x Lértora, 90+12' Ramón Ábila x Bernardi, 112' Mauro Formica x Goltz
Goles: 31' Farías (C), 47' Ceppelini (P), 90+6' Menosse
Tarjetas amarillas: Goltz, Delgado, Teuten (C)
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