Jimena Vázquez y Petru Valensky en la antesala de los tablados

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Jimena Vázquez y Petru Valensky, la dupla que cupletea por primera vez: "Lo que la murga genera no lo genera ninguna otra categoría"

La dupla llegó a la categoría con la invitación de Nos obligan a salir, la murga que este año está cumpliendo su centenario
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12 de febrero de 2023 a las 05:05

El calor se espesa en el aire del puerto de Montevideo. Falta un día para volver a subir al escenario del Teatro de Verano y Nos obligan a salir se prepara para una noche de tablados en el patio del Montevideo Rowing Club. Para llegar hay que atravesar una habitación que es todo Carnaval: los trajes de los murguistas se continúan uno a uno colgando en las paredes, cerca de portarretratos con fotos familiares y carteles con algunos de los nombres más reconocidos de la fiesta popular. Este año se agregaron dos en la categoría de Murgas: Jimena Vázquez y Petru Valensky.

Se trata de dos de las figuras más reconocidas de la cultura y el carnaval. Petru formó parte del plantel de parodistas Los Muchachos entre 2010 y 2012, mientras que Jimena "Jige" Vázquez viene recorriendo categorías desde humoristas Cyranos –donde se consagró como figura máxima de Carnaval en 2018– y Los Muchachos en 2022. Ahora, después de compartir la puesta en escena de Esperando la carroza de la Comedia Nacional, llegan juntos a una murga por primera vez.

¿Tienen alguna cábala antes de subir al escenario? "Siempre pie derecho para entrar a la primera puerta del teatro", dice Vázquez. "Y nada amarillo", agrega él. Tradiciones de teatro que sobreviven en las artes escénicas. "Si fuimos a una ronda y estuvo zarpada trato de acordarme qué bombacha tenía y la vuelvo a usar en la segunda ronda", dice Vázquez y le arranca una carcajada a Petru. "¡Aclará que la lavó!".

Esa complicidad entre ellos es parte central de su dinámica en el escenario. En poco tiempo se convirtieron en una de las parejas favoritas de la categoría al interpretar a Juan Carlos Uruguay y María Democracia, una pareja que está a punto de cumplir 40 años de matrimonio cuando las cosas empiezan a tambalearse.

Antes de salir una vez más a la noche carnavalera y al rededor de una mesa de la cantina del club, dedican unos minutos a conversar con El Observador sobre su llegada a la categoría, los vaivenes emocionales del espectáculo y su vínculo sobre el escenario.


¿Cómo recibieron la propuesta para integrar Nos obligan a salir?

Petru Valensky: Mi propuesta fue por ella. (Risas) Estábamos haciendo Esperando la carroza y me insistió, me insistió, me insistió y dije "bueno vamos". Estoy feliz.

Jimena Vázquez: Yo el año pasado estaba en Los Muchachos, me bajé con la intención de descansar y tomarme vacaciones. Estaba casi con un pie en la playa y surgió esta propuesta que para mí era muy interesante porque siempre quise hacer murga, porque como carnavalera siempre tuve un gran deseo de transitar esta categoría. Me lo habían ofrecido en otros momentos pero ya estaba comprometida, entonces nunca se había dado la oportunidad. Justo ahora estaba libre y dije "bueno, vamo' a darle". Y estoy feliz. Para mí hay un cuadrazo y es un placer. Como espectadora de Carnaval siempre fui fan del Zurdo y de Emiliano por escucharlos cantar y ahora estoy al lado de ellos cantando. Y obviamente con este señor que admiro.

PV: Yo también a vos, porque no es para tirarnos flores pero ella es muy profesional. Y tiene una veta dramática que es increíble. Creo que va a ser una revelación en este carnaval.

JV: Es interesante que tenemos humores diferentes como comediantes y convivimos con eso. Capaz que lo mío es más naif siempre y Petru le da, le da y le da, se sienta arriba de las personas. Aprendo mucho de él porque hace cosas que yo jamás haría. Es un disfrute y un aprendizaje todo el tiempo.

¿Cómo los recibe la categoría, que es una primera experiencia para los dos?

PV: Bien, además más corta. Son 45 minutos que se van en un periquete.

JV: A mí me encanta, me siento re cómoda. Los primeros ensayos era como "bueno, a ver cómo se ensaya en esta categoría". Al principio para mí era comer un asado todos los días y venir a cantar murga. Y ya está (risas). Los compañeros también siempre están dispuestos a ayudar y aconsejar. Fue funcionando.

PV: Se fusionó todo muy bien.

¿Cómo fue la incorporación al coro de la murga?

PV: Fue reafirmar algunas cosas que sabía y aprender otras, porque Diego [Berardi] es muy estricto en eso y es fantástico, porque yo era improvisado en la parte de cantar pero acá aprendí a adaptarme a mis compañeros y al director.

JV: En Cyranos sucedía esa instancia de sentarnos todos en esa medialuna con el director adelante y pasar nota. Estaba un poco acostumbrada a eso, pero es otra forma de cantar. Incluso a veces estoy cantando y digo "¡pa' qué estoy cantando si está el Zurdo acá al lado y tengo a Emiliano al otro lado". Pero me encanta y hay una cosa media guerrera a la hora del canto, te sale una luchadora o un luchador de adentro que decís "¿y esto dónde estaba?". Arrancás a cantar y eriza un poquito, tiene esa cosa la murga. Y esa cuestión de levantar el gorro al final: ¡Salú Carnaval! La gente también entra en esa. Lo que la murga genera no los genera ninguna otra categoría. 

PV: Es verdad. La gente que está por fuera me dice "a mí me gusta más la murga porque me genera otra cosa" o "para mí carnaval es la murga". Te ponés a pensar y sabés que sí. Tiene la crítica justa, la crítica social, tiene el humor, tiene el canto, tiene coreografías, tiene drama. Lo tenés todo en la murga.

JV: La murga tiene grandes momentos que apuntan para diferentes lados de la emoción y me parece que eso es lo interesante de Carnaval. Que abarque muchas cosas y que pueda sacudir al espectador por diferentes lugares.

PV: Y distintos públicos, porque vas a uno de un barrio muy carenciado donde están ansiosos por verte y vas a otro medio [Ndr: hace un gesto con el dedo índice con el que se levanta la nariz] y también se siente muy bien. Se siente esa unión y es increíble. 

JV: El otro día nos acompañó un español que vive en Berlín que estaba haciendo una investigación del Carnaval y ya había hecho varios tablados. Observaba que no cambian los escenarios pero en todos sucede lo mismo. Y eso no sucede en ningún otro lugar que no sea en Carnaval. A veces no dimensionamos el poder que tiene el Carnaval, te puede gustar o no pero hay algo que es innegable: es una expresión artística y un hecho popular y cultural que no lo tiene ninguna otra rama artística, al menos acá en Uruguay.

¿Cómo fue la creación de estos personajes de Uruguay y Democracia?

JV: Fue una propuesta de los letristas, de por dónde querían que fuera el espectáculo. Al principio yo era Democracia y él era Uruguay, pero hubo una vuelta de tuerca.

PV: Yo me sentía muy cómodo con Democracia 

JV: Y yo me sentía más cómoda con Uruguay

PV: ¡Nos vino bárbaro! (risas)

JV: Aceptaron mucho los letristas. Con la reina pasó lo mismo, ellos plantearon el cuplé de la reina Isabel y Carlos, pero si agarrás el texto no tiene nada que ver con lo que es ahora. Nos permitieron esa posibilidad de hacer. "Nosotros hacemos esto pero ustedes métanse".

PV: Bordar el espectáculo.

El espectáculo gira en torno a este matrimonio entre Juan Carlos Uruguay y María Democracia, cercano a cumplir 40 años. ¿Por qué es relevante poner el foco sobre el sistema democrático uruguayo en este momento?

PV: Porque está en el tapete. Abrís cualquier diario y es un libreto.

JV: Están por cumplir 40 años de casados y medio que se pelean, entonces la cooperativa empieza a tener miedo de "por favor, otra vez no se separen". Esa es la metáfora. Al final del espectáculo se hace una reflexión sobre todo lo que pasó y todo lo que costó salir cuando se separaron y ese deseo de que sea por muchos años más. Que se mantenga vivo y latente. Sobre lo importante que es cualquier sistema democrático hoy en día, por eso también se joroba un poco con la reina y Carlos. Imaginate que se separen de vuelta y Uruguay sea una monarquía. Ni que hablar de la dictadura.

PV: Esta murga, si bien se dice absolutamente todo, se dice en un plano que no es más para un lado ni más para el otro. Está bueno. Se hace la denuncia como si yo estuviera hablando con ustedes acá "che, ¿viste lo de Astesiano? ¿Viste lo de los celulares?" 

¿Cómo se sienten en ese lugar de crítica política y social? 

JV: No siento que la murga tenga una crítica política partidaria, es una crítica social. Carnaval es eso. Y es sátira. A la gente a veces le molesta y a mi me dan ganar de decirle "señor, señora, Carnaval es ridiculización". Te va a molestar porque estamos ridiculizando hechos, por eso existe la parodia, la sátira, la crítica. Va a generar controversia porque no es un humor blanco, porque está ridiculizando siempre; ahí es cuando se busca la risa, que no es por maldad sino porque la ridiculización es un gran recurso de humor. Sí, hacemos chistes con el presidente; pero así como hacemos chistes con él hacemos con el Pepe Mujica. No siento que esta murga sea partidariamente política, sino que como decía Petru así como estamos acá hablando decir "che, ¿viste lo de Astesiano?" "¿Viste lo de Loli que fue investigada?". Es así esto. Eso es Carnaval, por eso un salpicón es como si fueran muchas imágenes de todo lo que fue el año en ocho minutos. Muchas fotos.

El cuplé de la reina Isabel y el rey Carlos es uno de los que sacan más risas entre el público. Petru, tu conociste a Carlos personalmente en su visita a Uruguay

PV: Conocí a Carlos y a Ana. Fue un desastre de mi parte porque me dijeron "no podés hablar hasta que no te hable y tenés que bajar la cabeza". Yo hice todo al revés, hice la reverencia como si fuera Lady Di y le dije "ay, gracias por haber venido".

Y ahora lo subís al escenario

PV: Tengo imágenes, recuerdos de él. Muy simpático. Pero la princesa fue la más efusiva.

Uno de los momentos más contundentes del espectáculo es cuando se aborda la salud mental y el suicidio. ¿Cómo se trabajó y cómo lograste la interpetación?

JV: Esa fue una idea de Diego Berardi, el director escénico, que su compañera es pediatra y trabaja con niños con depresión. Ella se juntó con los letristas para contarles su experiencia y su formación. Los letristas empezaron a escribir en base a eso. Cuando lo leí me pareció muy fuerte.

PV: A mí me bajaron un poco. En un momento tengo que presentar la situación y los primeros ensayos me angustiaba tanto que me llevaba la mano al cuello. Me lo señalaron y lo fui elaborando con más naturalidad pero, como dijo Jige, me resultó muy angustiante al principio.

JV: A mí me pasaba que decía ¿cómo interpreto esto? Porque si hago algo capaz que es demasiado y si hago lo otro capaz que no es lo que se siente. Y ¿qué siente? No sé qué siente. Es inimaginable lo que puede llegar a ser estar en una situación así. Me pasa que cada vez que lo digo no solo me angustia sino que me da bronca. Hay una cuestión de enojo con la situación y de lo poco informados e informadas que estamos respecto al tema. Y lo difícil que es poder ayudar a un amigo, una amiga, un pariente o alguien cercano. Porque nos faltan herramientas. Algo interesante es poder hacer esto en Carnaval, que es un espacio que tiene muchísima llegada para visibilizar el tema y hay muchos conjuntos que este año hablan sobre la salud mental. Eso quiere decir algo. El Carnaval es un reflejo de la sociedad, entonces si está pasando esto en Carnaval es porque acá también está pasando.

PV: Y la respuesta de la gente. Hay gente que ha lagrimeado mucho, mensajes que nos llegan. Hay que visibilizar el tema y ponerlo sobre la mesa. La gente en cierta medida lo agradece.

JV: En redes de la murga hay teléfonos donde cualquier persona puede llamar ya sea para obtener información o pedir ayuda. La murga también se comprometió en tratar, desde nuestro lugar, a poder acercar la problemática que cada vez es más jodida. La compañera que nos ayudó nos decía que ella a veces trataba con niños de 6 años con intento de suicidio. Cuando me dijo eso me pareció escalofriante, que un ser humano con seis años de vida ya esté convencido de que no tiene ningún objetivo en la vida y que es lo mismo vivir o no. Hay que ponerle el ojo. Lo digo ahora y también me erizo, porque es fuerte. Ese mínimo comentario que me hizo Claudia, cambió mi forma de decirlo. Lo empecé a decir con bronca. Lo empecé a decir desde otro lugar. Escuchemos esto que está pasando. Me parece un acierto que la murga haya decidido apostar a ese tema y tratar de ayudar desde nuestro lugar.

Después de ese momento, en el que se te ve en el escenario con esa angustia y ese enojo muy en la superficie, es difícil reencausar el espectáculo. Ahí vuelve a aparecer Petru. 

PV: Es parte de la inteligencia. Pegadito a eso voy yo. En ese momento queda el mensaje, queda la situación planteada, pero salimos hacia otro lugar. 

Tenés también un momento de mucha participación con el público

PV: Me encanta. Yo vengo del palo del café concert, de los 60 y 70, y era un poco de eso lo que hacíamos en los tugurios del café concert. Toda la vida me encantó, me encanta. Entonces me siento cómodo en ese juego.

JV: Se siente cómodo y a la gente le gusta

PV: ¡Ay, le encanta!

JV: Hasta la gente que le da un poco de vergüenza igual necesita esa cercanía con la persona que está ahí arriba del escenario. En carnaval pasa eso: epoder bajar y que Petru Valensky se te siente a upa. Le hiciste la noche a esa persona.

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