Las pérdidas económicas y el impacto anímico que representan para el productor cada ataque de perros a lanares tiene solución, al menos en la imaginación de siete alumnos de una escuela rural de Paysandú: para participar del concurso organizado por Pantalla Uruguay, “Tus ideas valen” (ver los detalles de la segunda convocatoria en este enlace), esos niños "inventaron" un collar para los ovinos que detecta cuando los animales sienten peligro –utilizando estímulos cerebrales– y de inmediato emite una alarma en la casa del productor.
Uno de los "ideólogos" del dispositivo es un escolar fanático de las ovejas, contó a El Observador Iliana Castelvi, maestra y directora de la escuela N° 17 José María Firpo, y creó esa idea con base en un problema “constante en los productores de la zona”.
El dispositivo también tuvo como fuente de inspiración la tecnología de las tobilleras utilizadas por la Justicia y la Policía, admitió.
Todos los niños de esta escuela, que es unidocente y está en Piñera, tienen vínculo con el campo. Algunos viven en estancias donde sus padres trabajan, incluso varios ayudan en las tareas, y otros viven muy cerca del medio rural, por lo que el ataque de jaurías a ovinos y el abigeato son problemas de los que escuchan hablar y los conocen.
Otra de las ideas que generaron los pequeños de esta escuelita de campaña para participar del concurso fue un corral electrónico que detecta cuando el ganado siente estrés y le permite salir al campo, abriendo sus puertas de forma automática.
Este dispositivo se basó en el sistema de sensores de movimiento de las puertas de los shoppings, contó la maestra.
Además, el corral "inventado" tiene un dispositivo de ordeñe automático.
La tercera idea innovadora que presentaron en el concurso, que tuvo por objetivo desafiar a pequeños escolares de todo el país a imaginar cómo será la ganadería del futuro y resolver problemas en los sistemas productivos, fue una máquina dispensadora de agua y comida para los animales, que no solo les permita alimentarse, sino que también trate un tema importante en el sector alimenticio: el desperdicio de productos.
La docente explicó que la idea fue crear una especie de mix en el que se unieran los productos desechados de cosechas, por tener algún defecto, para poder generar alimento para los ganados y aprovecharlos.
Fueron varias las jornadas en las que los niños trabajaron con gran entusiasmo en equipos para pensar estas ideas, con las que ganaron el 4º premio del concurso organizado por Pantalla Uruguay.
El consejo de la maestra fue que dejaran volar su imaginación, “porque la imaginación da lugar a inventar, todos los inventos empezaron con una idea”, destacó la docente.
Y así fue, desde los chicos hasta lo más grandes se inspiraron en situaciones del campo que conocen, en posibles problemas a futuro y en buscar soluciones.
Al cierre del año pasado, un jurado, considerando decenas de propuestas participantes, seleccionó a 12 escuelas con sus respectivas ideas ganadoras, una por cada mes de 2022, año en curso y durante el cual se han ido entregando los premios en los remates ganaderos de Pantalla Uruguay.
Cuando se enteraron de que habían sido seleccionados junto a otras 11 escuelas rurales del país fue todo emoción en el salón de clase de estos pequeños de Paysandú.
La maestra Iliana contó que en aquel momento estaba aprontando las carpetas de fin de año en la escuela, luego de clases, cuando su celular se quedó sin batería. Tras terminar su tarea emprendió un viaje de 20 kms (que hace todos los días para volver a su casa) y al llegar puso a cargar el teléfono. Cuando lo encendió la sorprendió la cantidad de mensajes de sus colegas maestras rurales que la felicitaban porque había ganado uno de los premios de Pantalla Uruguay.
“Yo estaba que saltaba en una pata”, recordó. Y tras agradecer las felicitaciones le envió un mensaje a los padres de los niños para avisarles del logro. No fue hasta el otro día, en la escuela, que pudo contarle en detalle a los niños qué premio habían ganado. “Estaban todo recontentos cuando se enteraron”, dijo.
Con el premio, que es un porcentaje de lo recaudado por animal vendido en el remate del mes correspondiente a esa escuela, tienen pensado hacer arreglos en la escuela, comprar cortinas y cambiar focos, contó.
Este año la plantilla de alumnos creció, ya no son siete, sino 12 y con mucha emoción tras haber sido premiados este año decidieron redoblar la apuesta y participar nuevamente del concurso, que todavía tiene abiertas sus inscripciones para niños de escuelas rurales de todo el país.
Para esta nueva edición reforzarán parte del proyecto que busca cuidar la seguridad de los ovinos, con mucho énfasis en la tecnología, pero también atenderán con sus ideas a otra problemática del campo que este año afectó fuertemente al sector de la granja: la mortandad de aves en los criaderos.
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