El Dicasterio o conjunto de departamentos y organismos que se encargan del asesoramiento de la Santa Sede, integrada por laicos, religiosos y juristas, abrió el debate sobre la excomunión de los mafiosos. Si bien este asunto no se contempla en la Doctrina Social de la Iglesia Católica, en el Derecho Canónico o en el Catecismo, en las últimas dos décadas, ha sido sumamente abordado por los sucesivos jerarcas eclesiásticos.
El pasado mes de marzo, el papa Francisco señaló que "las mafias están presentes en varias partes del mundo y, aprovechando la pandemia, se enriquecen con la corrupción". Del mismo modo, recordó el llamamiento histórico a la conversión de la mafia de Juan Pablo II en 1993 y la condena de Benedicto XVI que las definió como "caminos de la muerte", en el año 2010.
El propio Francisco las definió en 2014 como la "adoración del mal y desprecio por el bien común" y agregó que la mafia "no está en comunión con Dios: está excomulgada".
"Estas estructuras de pecado, estructuras mafiosas, contrarias al Evangelio de Cristo, cambian la fe por la idolatría" y es por ello que recordamos "a todas las víctimas y renovamos nuestro compromiso contra las mafias", apuntó el 21 de marzo, cuando en Italia se conmemora el Día del Recuerdo y del Compromiso en memoria de las víctimas inocentes de las mafias.
"No es posible pertenecer a la mafia y ser parte de la Iglesia", afirmó la comisión del Ministerio para el Desarrollo Humano Integral del Vaticano.
El coordinador de esta comisión, Vittorio Alberti, explicó que "pensamos que era necesario intervenir" para "fortalecer la excomunión, los pronunciamientos y el magisterio del Papa Francisco sobre este tema".
"Para honrar a Rosario Livatino, primer magistrado beato de la historia de la Iglesia, que ejerció con valentía su profesión de misión laica, se ha creado en el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral un grupo de trabajo sobre la ‘excomunión de las mafias', con el objetivo de profundizar en el tema, colaborar con los obispos del mundo, promover y apoyar iniciativas", anunció.
Livatino fue beatificado este domingo en Agrigento, Sicilia, considerado "mártir" tras ser asesinado por la mafia en 1990.
Este nuevo grupo de trabajo nace "para asegurar que la universalidad de la Iglesia pueda responder al carácter global de las mafias aclarando que pertenecer a ellas es irreconciliable con el Evangelio", explicó Alberti.
Su objetivo será "impulsar y apoyar iniciativas en este campo y coordinarlas (...) concienciar, profundizar y promover estos temas para fortalecer el mensaje del Papa y eliminar definitivamente cualquier posible compromiso de cierto catolicismo con las mafias y también, naturalmente, abordaremos los aspectos doctrinales y canónicos".
El Cronista
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