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La pelea de Demian, tres DT, y la salida de Feeley: el increíble camino de Aguada a la gloria

Las peripecias de una campaña que fue el reflejo de la historia de un club de barrio acostumbrado a los golpes, y que aprendió que, para gozar, primero hay que saber sufrir
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06 de junio de 2019 a las 17:51

La noche del 7 de enero de 2019 fue dura de digerir en la Aguada. El silencio se apoderó del estadio. Olimpia le dio un golpe al alma del equipo. El 68-86 que reflejó el resultado final generó desazón e incertidumbre sobre el futuro.

El equipo que conducía técnicamente Fernando “Hechicero” Cabrera no tenía reacción. Se había apagado. Al otro día, la dirigencia tomó medidas. Cortó al técnico que en las dos temporadas anteriores había llegado a las finales de la Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB), pero las había perdido con Hebraica Macabi y Malvín.

“Es un equipo al que no se le veía consistencia. No había química. Hubo que buscar soluciones”, argumentó el directivo Flavio Perchman en Sport 890.

Fue entonces cuando los dirigentes de Aguada salieron a la búsqueda de un nuevo entrenador. Los nombres en carpeta fueron los de Marcelo Signorelli, Federico Camiña y Leonardo Zylberstein, informaron en ese momento a Referí.

Cortizas asume en forma interina

Debido a las urgencias, porque el equipo jugaba a los dos días contra Verdirrojo, asumió Germán Cortizas de forma interina.

El exjugador del club trabaja en las formativas de la institución y tenía como antecedente haber dirigido a Reducto en la Divisional Tercera de Ascenso, donde llegó a pelear el ascenso en finales con Danubio.

Eran tiempos que inquietaban, y la incertidumbre invadía a los aguateros. El equipo estaba hundido en la tabla de posiciones, andaba entre el sexto y octavo lugar, y el rendimiento de los extranjeros despertaba dudas. Los sueños de llegar a otra final de la LUB andaban lejos de la realidad.

Sin embargo, algo parecía empezar a cambiar. De la mano de Cortizas el equipo encarriló una serie de triunfos que devolvieron la tranquilidad.

Chau Feeley

Cuando todo comenzaba a encaminarse, febrero amaneció con la noticia de que la directiva había tomado la decisión de cortar al estadounidense Andrew Feeley.

La medida la adoptaron durante el interinato de Germán Cortizas como entrenador. Apostaron todas las fichas a traer un jugador desnivelante. El nombre: Al Thornton. Sus antecedentes: había sido compañero de Stephen Curry en la temporada 2010/11 en Golden State Warrios, equipo que actualmente juega las finales de la NBA. Una tarjeta de presentación que prometía.

Feeley, cuyo aporte había sido fundamental para ganarle el clásico a Goes, fue cortado el 1° de febrero luego que la noche anterior Aguada perdió 98-89 ante Malvín.

La salida del estadounidense resultó traumática. Muchos hinchas se expresaron en contra de la decisión debido a que con un doble de Feeley a falta de tres décimas del final, Aguada le ganó el clásico a Goes la noche del 25 de enero de 2019. El estadounidense se había ganado un lugar en el corazón de la gente.

En ese momento, en una entrevista con El País, Feely expresó su sorpresa porque se enteró por Twitter que había sido cortado, y además manifestó que el entrenador de Malvín, Pablo López, lo había felicitado por su actuación en ese encuentro que estableció su despedida del club.

Llega Miguel Volcan

La actividad de la selección uruguaya en las Eliminatorias para el Mundial de básquetbol, en febrero, le dieron aire a los dirigentes para la búsqueda del nuevo entrenador para el primer equipo.

Bajo la conducción de Cortizas la casa estaba en orden. El equipo retomó la senda con siete victorias y una sola derrota, ante quien tenía la corona de la Liga, Malvín. Por si fuera poco logró la clasificación a la Liguilla, que jugaron los seis mejores.

Los dirigentes apostaban por un entrenador con trayectoria. Finalmente el 17 de febrero confirmaron la contratación de Miguel Volcan, el tercer técnico que estaba al frente del equipo en la temporada 2018-2019.

El fraybentino que nació como entrenador a fines de la década de 1970 en Olimpia, tenía un largo recorrido en el exterior donde trabajó en Italia, México, Brasil y Argentina. En la temporada 2006-2007 llevó a Olimpia a las semifinales, en 2007-2008 condujo a Hebraica Macabi a las finales donde cayó 3-0 con Biguá. Su última aparición en la Liga Uruguaya había sido en 2016-2017 al frente de Olimpia, pero tras perder sus seis primeros partidos fue cesado y llegó en su lugar Federico Camiña.

El incidente de Demian Álvarez

Aguada comenzó los playoffs de la LUB en cuartos de final jugando ante Defensor Sporting. Las dudas invadieron nuevamente a los rojiverdes tras la derrota 86-64 del primer partido.

El equipo se levantó en el segundo encuentro cuando ganó 90-81, que le permitió forzar la definición al cuarto juego. Una constante del camino aguatero.

A poco del tercer juego contra Sporting se produjo un incidente que marcó a Aguada. El capitán Demián Álvarez se peleó con un hincha que le increpó algo en un episodio fuera de las canchas. En la pelea el jugador aguatero terminó con la fractura de un dedo. El diagnóstico primario demandaba 20 días de recuperación.

El jugador pidió disculpas a sus compañeros, pero en ese momento ya no hubo marcha atrás para la lesión. El hincha se molestó porque el jugador se quedaba afuera de los playoffs.

Aquel no fue el único inconveniente. En plena disputa de los playoffs, Defensor Sporting denunció al estadounidense de Aguada, Dwayne Davis, por un golpe sobre Andrés Dotti, en una jugada en la cual la terna arbitral le cobró falta técnica al agredido entendiendo que hubo una simulación.

En el club temieron lo peor. Una sanción que le impidiera jugar. Finalmente la pena fue de dos partidos redimible con el pago de una multa y Davis jugó.

Sin Álvarez, Aguada clasificó al vencer a los fusionados en los dos partidos siguientes (3-1) de una serie prevista al mejor de cinco encuentros.

Feeley, ¿podés volver?

En abril y en la puerta de ingreso a la definición del torneo, la dirigencia de Aguada debió salir corriendo en procura de otro extranjero. ¿A quién recurrir? Los dirigentes apelaron a aquel flaco con cara de bonachón que en enero los había hecho festejar en el clásico contra Goes, cuando ganaron con un doble en la hora. Feeley, que había sido cortado, atendió el llamado y sin rencores pegó la vuelta el 14 de abril.

Los comentarios de la gente en la cuenta de Twitter de Aguada, cuando se anunció la noticia de su regreso, fueron elocuentes de lo que sentían los hinchas.

El viaje de Thornton

Las semifinales pusieron a Nacional en el camino de Aguada. Un equipo duro que se había reforzado para ganar el campeonato y que tenía en Esteban Batista a una de sus principales figuras.

Aguada fue contundente en el primer encuentro al ganar 85 a 63. Pero en el segundo los tricolores reaccionaron y se quedaron con el punto.

Previo al tercer juego, el que marcaba el quiebre, sucedió lo inesperado. Al Thornton se apersonó a los dirigentes para comunicarles que debía viajar a Estados Unidos por un tema judicial. Los aguateros intentaron adelantar para el domingo el juego, pero Nacional no aceptó.

Sin embargo, el sábado el ambiente del básquetbol se sacudió al conocerse la noticia de que el nombre de Thornton figuraba en primer lugar de una lista de jugadores elegibles en un draft para un torneo de 3x3 en el que participan basquetbolistas con pasado NBA.

El directivo Flavio Perchman dijo a Referí: “El jugador nos dijo que era una causalidad que el draft sea el miércoles. No nos queda otra que creerle. Hasta ahora su conducta ha sido intachable, muy comprometido. Además, qué podemos hacer cuando el jugador te dice que tiene un problema grave, que se tiene que ir”.

Aguada ganó el cuarto punto sin Thornton quien, como había prometido, volvió para resolver la serie en el quinto juego contra los tricolores y llegar con un 3-2 en el playffos, por tercer año consecutivo a las finales de la LUB.

La lesión de Davis

Arrancaron las finales. Aguada con la ilusión de su gente que colmó todas las noches las tribunas del Antel Arena. Pero en el primer duelo se produjo lo inesperado. En una acción de juego entre Dwayne Davis y Marcos Cabot, el jugador más desnivelante de los aguateros se terminó lesionando. No volvió más. Una junta médica determinó la gravedad de su lesión de tobillo y rodilla y Aguada fue autorizado a sustituirlo.

Otra vez los hinchas con el corazón en la boca y los dirigentes tuvieron que salir a contratar un jugador extranjero contra el reloj. Se agotaban los tiempos. Incorporarlo a un equipo e integrarlo al funcionamiento para a suplir al mejor jugador del plantel. Una tarea para nada sencilla.

Fue así como desembarcó Zach Graham, segundo goleador de la liga brasileña. Uno diferente a Davis, jugador de rol, de juego de equipo. Fue así como el técnico Volcan le tuvo que insistir permanentemente que asumiera, que se hiciera dueño del equipo.

El drama final

Aguada arrancó la serie final con un juego demoledor. Igual que en la semifinales. Ganó el primero, y en esta serie con Malvín, también el segundo en un enfrentamiento que se resolvía al mejor de siete partidos. Estaban 2-0, cuando perdió la tercera final. Y en la cuarta pareció sentenciar la suerte de Malvín con un 3-1. Quedó a un juego de ganar el campeonato con tres chances para ser campeón.

Sin embargo, Malvín volvió con todas sus credenciales y su respuestas anímicas para dar vuelta lo que parecía imposible. Ganó el quinto punto y el sexto.

La final llegó al séptimo y último partido. La agonía, una constante de la historia aguatera, se apoderó de los hinchas. El cuerpo técnico recurrió a una charla motivacional de Carlitos Páez Vilaró, porque el plantel había sentido el impacto de las dos derrotas.

La última final, a estadio lleno con 10.000 espectadores y US$ 80.000 de recaudación, fue parejo. Tanto a tanto. A poco del final Malvín tomó cuatro puntos de ventaja. Parecía que lo quebraba. Pero Aguada se levantó. El equipo fue un fiel reflejo de su historia. En la agonía, cuando para la mayoría parecía imposible. En ese instante de jugar pelota a pelota. Con la gente sufriendo en la tribuna. Aguada volvió a demostrar su estirpe y recibió la recompensa como campeón, después de recorrer una temporada en la que el sufrimiento alimentó el camino recorrido.

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