Madrugada del 6 de diciembre de 2020 en el Palacio Cr. Gastón Guelfi. Ya se conocían los datos y que Ignacio Ruglio en una votación histórica –en plena ebullición de la pandemia mundial por coronavirus– le había ganado la presidencia de Peñarol a Juan Pedro Damiani por 34% de los votos, contra el 31%.
Luego de una breve charla entre ambos, Ruglio le pasó su brazo izquierdo por arriba de los hombros y así se fueron solos a un encuentro íntimo en la sala de sesiones del consejo directivo, escenario de tantas discusiones entre ambos en años anteriores.
En esa charla y según informó entonces Referí, el actual presidente prometió a Damiani que lo iban a nombrar presidente honorario como sucedió con Julio María Sosa, Francisco Tochetti, Constante Turturiello, Alberto Mantrana Garín, Carlos Balsán, Gastón Guelfi, Washington Cataldi, José Pedro Damiani y Julio María Sanguinetti.
Allí Ruglio le planteó que no estuviera en el consejo como directivo porque entendía que tenerlo allí era una figura demasiado grande y experiente y que podía dar una mano desde otro lado.
Damiani no iba a aceptar ocupar ese cargo si perdía, como finalmente ocurrió.
Entonces, el presidente electo le planteó que lo ayudara. Que él no quería revanchismos, que la fricción preelectoral ya había terminado y que lo quería como un "consejero personal".
Mientras volvían al gimnasio, el expresidente le dijo a Ruglio: “Pensá en grande, contratá en grande y vas a quedar en la historia”. Hasta ahora, Ruglio no lo ha nombrado presidente honorario.
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