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La ultraderecha austríaca prepara regresar al gobierno con su nuevo líder, Herbert Kickl

El candidato del Partido de la Libertad lidera los sondeos a un año de las elecciones con el tradicional programa antimigrantes, de neutralidad frente a la guerra en Ucrania y anti OTAN
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05 de marzo de 2023 a las 05:00

En los carteles para las elecciones en el estado meridional de Carintia, el nuevo líder de la ultraderecha austríaca aparece vestido con chaqueta militar, barba de tres días y gafas junto al eslógan: "Fortaleza Austria - Cerrar las fronteras, garantizar la seguridad".

De la mano de su discurso de línea dura, Herbert Kickl, de 54 años y ex ministro del Interior, está poniendo de pie nuevamente al ultraderechista Partido de la Libertad (FPÖ), que se prepara para el regreso al gobierno.

Kickl creció durante la pandemia criticando las restricciones sanitarias anticovid, incluida una ley para imponer la vacunación obligatorias, ahora abandonada. Convirtió así a la agrupación en el partido de los antivacunas.

Hundida por un escándalo de corrupción hace cuatro años, la extrema derecha en Austria está recuperando el terreno perdido y lidera ahora los sondeos en el país alpino.

El FPÖ tiene ahora un 29% de intención de voto, según encuestas recientes, casi duplicando el 16% obtenido en las últimas elecciones de 2019.

La oposición socialdemócrata y los conservadores, cuyo pacto de gobierno con los Verdes se extiende hasta 2024, van por detrás, ambos con alrededor de un 24% de apoyo en este país de 9 millones de habitantes.

Además de su habitual oposición a la migración, el Partido de la Libertad (FPÖ) supo explotar la ansiedad de los votantes por la guerra de Ucrania y la inflación.

También sedujo a los votantes conservadores que perdieron a su carismático líder Sebastian Kurz, que dimitió en 2021 ante una serie de acusaciones de corrupción.

Fortaleza Austria

Aunque Kickl no se destaca por tener vínculos estrechos con otras figuras de la extrema derecha europea, su virulenta retórica no dista de otros líderes de la misma ideología.

En un mitin frente a 300 personas, ocurrido la semana pasada para las elecciones en Carintia, Kickl acusó a "las élites políticas" de desplegar "un enorme programa para desarraigar a la gente corriente".

Con ese discurso antisistema e hipernacionalista sedujo a un público juvenil desencantado de las otras opciones.

"El FPÖ fue realmente el único partido aquí en Austria que se alineó con nosotros", declaró en ese mitin Fabian Nicolasch, un joven de 24 años que se unió a la formación en reacción a las restricciones de la pandemia.

Mientras un grupo de folk tocaba bajo unas luces de neón azul eléctrico, el color del partido, Nicolasch se quejó del aumento de precios causado en parte "por las sanciones contra Rusia", que hicieron el petróleo y el gas "muy caros".

Respecto a la invasión rusa de Ucrania, Kickl insiste en mantener la neutralidad militar respetada por Austria después de la Segunda Guerra Mundial.

Su partido se opone a la pertenencia del país a la Unión Europea y critica la ayuda financiera del bloque a Kiev.

"Se olvida que no es jefe de Estado de un país de la OTAN", lanzó el líder ultraderechista en referencia al apoyo a Ucrania del presidente austriaco, Alexander Van der Bellen, un ex socialdemócrata convertido en líder de Los Verdes.

El "cerebro" del partido

"El señor Kickl es honesto. A veces algo duro en la elección de sus palabras, pero siempre fantástico", opinó Iris Pirker-Fruehauf, un dirigente local del partido.

Durante mucho tiempo se consideró a Kickl como el "cerebro" del FPÖ y gran parte de su carrera transcurrió detrás de los focos.

Después de estudiar filosofía, historia, comunicación y ciencias políticas, empezó a trabajar para el partido en 1995.

Saltó a la escena nacional como ministro de Interior, supervisando una controvertida operación sobre el servicio secreto del país cuando el FPÖ ejercía de socio menor del gobierno liderado por los conservadores entre 2017 y 2019.

La alianza se desmoronó cuando se publicó un video grabado en secreto en la turística isla española de Ibiza, que mostraba al entonces líder del partido y vicecanciller Heinz-Christian Strache ofreciendo contratos públicos a cambio de brindar apoyo a una mujer que alegaba ser sobrina de un oligarca ruso.

Strache dimitió y su número dos, Norbert Hofer, tomó las riendas hasta que la rivalidad entre él y Kickl decantó a favor del segundo.

Bajo su liderazgo, el FPÖ "no tiene límites en intentar captar y endurecer" la opinión pública, según el politólogo Johannes Huber.

Los conservadores podrían verse nuevamente tentados de trabajar con la extrema derecha tras las elecciones si "Kickl permanece como el socio más atractivo para servir los intereses de sus electores", aseguró a la AFP.

"En este sentido, no excluiría en absoluto que tras las próximas elecciones Herbert Kickl pueda convertirse en canciller", el cargo de jefe de gobierno en Austria.

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