Cuando Luis Suárez regresó a Nacional, el domingo 1 de agosto, dejó claros sus objetivos. Además de prepararse para el Mundial de Qatar, el delantero de 35 años expresó que quería ganar los cuatro torneos que iba a disputar con el equipo tricolor.
"Vine acá porque quiero ganar y ganar significa pelear por todos los torneos. Estamos en un equipo grande. Estoy convencido que, si hacemos las cosas bien, podemos ganar el Clausura, la Copa Uruguay, el Uruguayo y la Sudamericana. Ahora lo que tenemos que hacer es enfocarnos en lo que debemos, jugar al fútbol, divertirnos, prepararnos para lo que viene, que es que Nacional gane", expresó el delantero en su primer día en el club.
Un día después de su llegada debutó jugando 17 minutos contra Atlético Goianiense, por cuartos de final de la Copa Sudamericana. Nacional perdió 1-0 en el Gran Parque Central.
El 9 de agosto se jugó la revancha en Goiania, con la esperanza de levantar el resultado negativo. Pero Nacional volvió a perder, esa vez fue 3-0, y quedó eliminado del torneo continental. Suárez jugó los segundos 45 minutos.
El primer objetivo que se trazó el delantero quedó por el camino 10 días después de su llegada. Nacional afuera de la Sudamericana.
Sorpresivamente, este miércoles el tricolor fue derrotado 3-0 por Rampla Juniors de la Segunda división profesional, y también resultó eliminado rápidamente de la Copa AUF Uruguay.
En el torneo que se inauguró esta temporada, Nacional disputó dos partidos: le ganó a Miramar Misiones y perdió con Rampla. En ambas ocasiones el técnico Pablo Repetto jugó con equipos de alternativa, reservando jugadores para el Campeonato Uruguayo.
Suárez no actuó en ninguno de los dos partidos. El del miércoles lo miró a través de la computadora, desde Austria, donde se encuentra concentrado con la selección uruguaya para el partido del viernes frente a Irán.
Con esos dos objetivos caídos, le quedan a Suárez el Clausura y el Campeonato Uruguayo. El primero lo lidera junto a River Plate y además es primero con luz en la Tabla Anual. Una de las grandes alegrías deportivas del Pistolero desde su llegada a los albos fue ganarle el clásico a Peñarol por 3-1, marcando un gran gol.
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