Manini retomó la actividad parlamentaria luego de su viaje al exterior.

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Manini y el caso Marset: "Estoy obligado a creer en la información que aportaron los ministros"

Manini relativizó la importancia de la discusión sobre el pasaporte. Domenech,que había comparado el caso con el de Morabito, cerró filas con la coalición
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23 de agosto de 2022 a las 17:07

La obra más importante de la escritora y teórica política alemana Hannah Arendt fue citada repetidamente por Cabildo Abierto en la interpelación de este lunes. A juicio de esa formación, la extensa discusión en torno al polémico pasaporte del narco Sebastián Marset constituye una "banalización" de un problema infinitamente mayor. 

"Indudablemente, todos estamos preocupados porque se le haya expedido un pasaporte a una persona de estas características", apuntó Guido Manini Ríos. "Pero estoy obligado a creer en la información que aportaron ambos ministros", dijo cuando la sesión entraba en su recta final. "Que se ajustan a la estricta verdad y que no hay ninguna mentira en lo que están diciendo", agregó. "Estoy obligado a creerles y, sí parto de esa base, creo que esta interpelación como tal se terminó hace mucho rato". 

Manini evitó referirse al fondo de la discusión. Mucho menos al "más que trillado" asunto del famoso decreto de 2014 que, su opinión, trajo una de las pocas novedades de la sesión. "Fue bueno confirmar que fue firmado por Danilo Astori y no por José Mujica", apuntó. Tampoco a que el "tan mentado Marset" haya hecho su "posgrado" como narcotraficante en prisión, y que a partir de allí hiciera conexiones que le permitieron llegar a ser alguien "de relevancia" en el negocio. "Entiendo que se le ha dado un volumen desmedido como un capo de la mafia, comparándolo con Pablo Escobar o con el Chapo Guzmán", dijo el senador.

En su visión, lo que debería haberse discutido este lunes es un hecho concreto: "el impacto cada vez mayor del narcotráfico en Uruguay a partir de organizaciones que, desde hace 15 años, intentan trasladar al Atlántico Sur la principal salida de drogas hacia Europa, su mercado más importante". 

Manini citó una afirmación realizada por el ministro Luis Alberto Heber en la sesión: el compromiso del sistema político y su no involucramiento con el narcotráfico, tal como sucede en otros países de la región. "Quiero creer que es así, ojalá que sea así" expresó el líder de Cabildo Abierto, para pasar a exponer sobre el asunto que le interesaba. Allí habló de grandes fallas en las políticas de lucha contra el narcotráfico desarrolladas en los últimos años, en los cuales el fenómeno ha crecido hasta transformarse en un flagelo que destruye generaciones y condiciona el futuro del país. 

Además de resaltar que la tarea más importante que tiene un gobierno es enfrentar este problema, el senador insistió en un viejo reclamo: la falta de una campaña de "conciencia nacional" que advierta sobre el desafío y ayude a "achicar la demanda" de drogas en el país. Manini descartó allí la discusión sobre si el otorgamiento del pasaporte a Marset fue o no procedente. "Estamos centrando las baterías en el árbol y no en el monte", lamentó. Para Manini, lo verdaderamente grave es llegar al punto que llegó Uruguay en materia de drogas y narcotráfico. Allí habló de "años de políticas equivocadas" que, a su juicio, permitieron el desembarco de grandes bandas. 

Manini ubicó el origen del fenómeno. A fines de noviembre de 2007, un escáner procedente de China destinado al control de contenedor se cayó mientras era descargado en el puerto de Montevideo, al carecer de linga de sostén. "Lo descargaron sin asegurarlo, y cayó como un piano" relató el senador, que recordó que las autoridades de la época hablaron de una posible intencionalidad en el hecho. 

La investigación, apuntó, fue "convenientemente archivada" en 2011 por el entonces fiscal Jorge Díaz. Manini mencionó otros casos. Por ejemplo, el tráfico de armas Glock hacia Brasil, o el "berretín" que en 2009 le encontraron a Saúl Feldman, "también convenientemente archivado" por Díaz. Años después, sostuvo el senador, comenzaron a aparecer en Uruguay gigantescos cargamentos de droga, mientras el puerto de Montevideo continúa con un "escáner obsoleto" en sustitución del que se había caído. 

Protegido por algún bufete

Manini, que retomó su actividad parlamentaria luego de 20 días de un periplo que lo llevó por Finlandia y Suecia, insistió: es fundamental atacar la demanda de drogas y "concientizar al pueblo uruguayo", además de crear infraestructura para atender a aquellos adictos que "pueden y quieren recuperarse".

En su exposición, habló del problema más grande que representa el narcotráfico, como es el lavado de dinero. Allí volvió a poner ejemplos sobre determinados casos recientes, que, "en vez de encender las alarmas, se trataron de disimular y ocultar". Específicamente, recordó al "doleiro dos doleiros", el brasileño Darío Messer, detenido en Montevideo en 2017, donde había montado su centro de operaciones para el lavado de más de US$ 1.652 millones a través de más de 3.000 empresas offshore en 52 países. Messer, recordó Manini, apareció vinculado a estudios jurídicos en Uruguay, protegido por "algún bufete abogaderil". 

El líder de Cabildo Abierto volvió a su concepto central: es necesaria una política de Estado. El narcotráfico, indicó, es un tema en el que el sistema político debe actuar en conjunto. Para eso, dijo, el ámbito indicado puede ser el Consejo de Economía Nacional, un organismo que los cabildantes vienen proponiendo año tras año para discutir diferentes políticas. 

"Si nos centramos en si correspondió o no la expedición de ese pasaporte, la bandas van a estar de fiesta, ya que seguiremos olvidando el tema central", concluyó Manini. 

Absolutamente regular

En los días previos a la interpelación, el senador Guillermo Domenech había reclamado explicaciones sobre la expedición del pasaporte a Marset. Públicamente, había reclamado saber "quiénes intervinieron y facilitaron la documentación" al narcotraficante. También, había comparado su caso con el del mafioso italiano Rocco Morabito, evadido en 2017 de cárcel Central.

"Son casos gemelos –había dicho–. Primero fue Morabito, ahora es Marset. El pueblo tiene derecho a saber quiénes son los responsables". Domenech había adelantado en rueda de prensa las interrogantes que buscaba despejar con la presencia de Heber y de Francisco Bustillo. "Tenemos que saber quiénes intervinieron y facilitaron la documentación", sostuvo.

Este lunes, el senador cabildante bajó el perfil de sus cuestionamientos y cerró filas con la coalición de gobierno. "Entiendo que fue absolutamente regular y, si tenía alguna duda, se me han aclarado con las intervenciones de los ministros", afirmó. 

Domenech defendió específicamente el accionar de la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Carolina Ache, y su polémico encuentro con el abogado de Marset, Alejandro Balbi. Según su visión, no existe ninguna prueba de que la jerarca accediera a nada indebido en esa reunión, que calificó como "lo más normal del mundo". 

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