Paysandú, la mascota y el bronce: combo completo

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Manuela Rotundo, de la danza a la jabalina y de Paysandú al bronce mundial junior

La historia de la sanducera medallista de bronce del Mundial sub 20 de Cali, que es hija de un golero, que bailó e hizo yoga artística y que hace apenas cuatro años que hace atletismo
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06 de agosto de 2022 a las 05:04

Manuela Rotundo sorprendió a Uruguay y al mundo al conquistar el martes la medalla de bronce del lanzamiento de jabalina del Mundial junior (sub 20) de atletismo disputado en Cali. 

Luego de estar dos meses parada y sin competencias, la sanducera de 18 años superó los nervios y ansiedad de la fase clasificatoria el lunes logrando su boleto entre las 12 finalistas y ahí se saltó. Lanzó en 55 metros, a centímetros de su récord nacional y se subió al podio superando a lanzadoras de potencias mundiales que llegaban con marcas de inscripción de 57 a 59 metros. 

"Vinimos conscientes de que un Mundial es un nivel al que no estoy acostumbrada, a vivir una experiencia única y el objetivo inicial era estar entre las 12 mejores. Por las marcas de todas las competidoras tenía chances de meterme entre las 12, pero estaba muy nerviosa y ansiosa y si bien tenía muchas ganas no lancé en mis mejores marcas, pero pasé a la final y eso ya era más que un objetivo cumplido", contó Rotundo a Referí desde Cali, un día después del agitado y emocionante día de la premiación.  

"A la final fui más relajada, más tranquila, sentí que estaba lanzando mejor que el día anterior, fui progresando, estaba en sexta y en el último lanzamiento quedé tercera y ahí logré la medalla", reveló. Su marca fue de 55,11 m, cerquita de su récord nacional que mejoró en mayo de este año en el Iberoamericano de Alicante con 55,81 m.

La bandera de Paysandú flameó en Cali

Las pruebas de lanzamientos tienen una alta complejidad técnica. "Tenés que estar muy fuerte de la cabeza", admitió Rotundo. 

"Salir a competir del nivel sudamericano es es muy difícil, a veces vas muy motivada, con ganas de representar al país y las cosas no se te dan. Por suerte en el Mundial pude competir tranquila y sacar un buen lanzamiento. A veces en competencias no se te da, no encontrás la jabalina, se te pasan los tres intentos en la clasificación y chau, se te termina un Mundial", explicó.

Rotundo tiene 18 años y lleva solo cuatro practicando atletismo. 

"Desde chica hago muchas cosas, toda mi familia está vinculada con el deporte. Hice danza, yoga artística, gimnasia, hockey sobre césped. De todo. Cuando empecé con el atletismo también empecé vóleibol, pero con el atletismo nunca paré". 

Con Valentina Barrios, la plata de Colombia

Su padre es Eduardo Rotundo, exgolero de Paysandú Bella Vista en la década de 2000. Su madre es Mónica Silvera, exjugadora de vóleibol, profesora de Educación Física y entrenadora de vóleibol.

Actualmente su cuerpo técnico es compuesto por Julio Acosta, su hija Luciana Acosta, exlanzadora de martillo que se encarga de su parte física, y Milton Cardozo. 

Los entrenadores se turnan para acompañarla a los viajes y en Cali le tocó a Cardozo a quien Acosta lo invitó a trabajar en Paysandú luego de que fuera desvinculado de la Federación de Río Negro donde logró asombrosos progresos con sus atletas. 

"Antes de jabalina hice disco y salto largo. Con jabalina empecé para los Juegos Estudiantiles de Arequipa de 2018", recordó la atleta que es representada desde abril por la también atleta Déborah Rodríguez. 

En la preparación al torneo obtuvo el récord nacional de menores (sub 18) con una marca de 36,30 m superando los 35,00 m de Ana Paula Lemos de setiembre de 2012. 

En Arequipa, Rotundo logró la medalla de oro con un lanzamiento de 41,57 m.

Para el entrenador Acosta eso no supuso una novedad. En 2017 preparó a Sheila Laenen que fue bronce en lanzamiento de martillo y en 2016 a Bárbara Sánchez medallista en disco también a nivel de Juegos Estudiantiles Sudamericanos. 

Manuela Rotundo, bronce en el Mundial junior

La preparación para aquel torneo fue increíble. La pista de Paysandú estaba en obras y la lanzadora tuvo que hacer su preparación en el velódromo sanducero, entrenando a veces entre caballos, en el pasto y sin luz. "Correr en el pasto no tiene nada que ver al tartán, una locura", recordó Rotundo a las risas.  

El 25 de mayo de 2019 se inauguró una de las tres pistas que se construyeron en el país en ese año con una inversión de $ 145 millones.  

"Hace un mes le pusieron iluminación y se puede entrenar de noche, todo el entorno está muy lindo en la pista", dijo la atleta. 

En junio de este año, Rotundo recibió de parte de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande (CTM) la donación de un juego de siete jabalinas y de dos pares de zapatos de clavos. Según informó El Telégrafo ese apoyo se dio en el marco de un convenio realizado con la Intendencia de Paysandú a través del Programa Sueño Olímpico que lleva adelante la Dirección de Deportes del departamento.

"En los últimos tiempos pude obtener bastante apoyo, el más importante el de la Intendencia, además de las marcas que me apoyan", contó Rotundo destacando la labor de Nicolás Olivera. 

Pero siempre que un deportista uruguayo gana algo a nivel internacional siempre hay condicionantes que marcaron su camino. Limitantes que terminan sorteándose por el amor propio de los protagonistas y que le dan un valor agregado muy especial a las conquistas.  

"Me pasó de estar después del Iberoamericano dos meses parada sin competir porque se suspendió el Panamericano de mi categoría y eso me jugó en contra", dijo.

Consultada sobre qué aspectos de su preparación se pueden mejorar para hacerla crecer como atleta, Rotundo expresó que necesita salir a competir. 

"No he ido a competir a los Grand Prix Sudamericanos y cuando se hacen en Uruguay nunca han traído competidoras para jabalina. Es muy difícil mantenerte a nivel competitivo sin competir. No solo por la competencia sino también por la motivación", expresó. 

Rotundo será recibida por todo lo alto cuando retorne a Paysandú. 

Nunca en la historia de los mundiales junior, creados en 1986, un uruguayo se había subido al podio. El que había estado más cerca había sido Andrés Silva cuando quedó quinto en Grossetto 2004, en decatlón, un año después de ser campeón mundial de menores en octatlón, en Sherbrooke 2003. 

Rotundo cerrará el año con el Sudamericano sub 23 a disputarse en setiembre y los Juegos Odesur de Asunción de octubre.

La campeona sudamericana estudiantil en 2018, medallista de oro de menores en Encarnación 2021, medallista de plata sudamericana junior en Lima 2021 y recordista nacional es ahora nada menos que bronce mundial junior. Con solo 18 años y un carrerón por delante. 

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