Manifestación por Adrián Mastandrea

Nacional

Mastandrea: el caso que buscó exponer al feminismo y la Fiscalía, pero terminó con triple condena por violación

La familia busca jugar su última carta interponiendo un recurso de revisión ante la Suprema Corte, pese a que rechazaron el de casación
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19 de marzo de 2023 a las 05:00

"Mientras esté Juan Gómez yo sé que mi hijo no va a salir nunca. Y los ministros se lavaron las manos porque la causa de mi hijo molesta al feminismo, yo soy atacado por los grupos feministas", dice, sin dudarlo, Sergio Mastandrea, expolicía y padre de Adrián Mastandrea, condenado por violación. 

El caso, cuyos audios divulgó en un principio Santo y Seña, cuenta con cientos de seguidores en redes sociales y tomó relevancia como ningún otro. Los padres cuentan con el apoyo de la senadora nacionalista Graciela Bianchi, quien cuestionó al fiscal de Corte por este tema en una de sus comparecencias al Parlamento. 

Los padres de Mastandrea, Sergio y Lorena Zerpa, movieron cielo y tierra por el caso de su hijo. Denunciaron varias irregularidades en la investigación preliminar y presentaron una denuncia penal contra los fiscales Willian Rosa, Mariana Alfaro y Silvia Pérez. También al exfiscal de Corte Jorge Díaz. En entrevista con El Observador anunciaron que tienen previstas más denuncias, una de ellas contra el fiscal Rodrigo Morosoli. También denunciaron a Ignacio Durán, quien fue el abogado de su hijo en la etapa del juicio. 

Pese a todas estas denuncias y a las presuntas irregularidades que divulgan en redes sociales, nueve jueces lo encontraron culpable de los delitos del que la fiscal Mariana Alfaro lo acusó: abuso sexual especialmente agravado, rapiña y violencia privada. El primero fue el juez de primera instancia Marcelo Malvar, después tres jueces del tribunal de apelaciones –Ángel Cal, Luis Charles y Gabriela Merialdo– quienes le subieron la pena y por último, los cinco ministros de la Suprema Corte de Justicia. 

Todos ellos entendieron que Adrián Mastandrea, tal y como señaló Malvar primero, se acercó a la denunciante que esperaba el ómnibus para ir a trabajar pasadas las cinco de la mañana. La abordó por detrás y la llevó, exigiéndole que se quedara callada, a un descampado cercano donde la violó. Como la mujer le dijo que se estaba ahogando y que necesitaba agua, Mastandrea la llevó a un quiosco cercano, amenazada de que si hablaba la iba a matar. La víctima intentó hacerle un gesto a un ciclista que pasaba para que la ayude, pero el hombre no le entendió. Junto a Mastandrea compraron una Sprite, ella la tomó y él la quiso llevar a una especie de callejón donde le dijo que iba a terminar lo que comenzó. 

Ladraron unos perros que alertaron a los vecinos y él le preguntó si tenía plata. Ella le recordó que ya le había dicho que sí. Le dio mil pesos y Mastandrea se fue. 

Pero los padres de Mastandrea sostienen, pese a la convicción de los jueces, que eso no fue así. Indicaron que estaban teniendo un amorío y que ella no quería que su marido se enterara y por eso lo denunció. A su vez, el programa Santo y Seña divulgó un audio donde la primera fiscal del caso –Sylvia Lovesio–, que olvidó apagar el grabador tras una audiencia, decía: "Es todo mentira (...) dijo que no lo conocía" cuando sí. Eso alude a que, al ser interrogada, la víctima dijo no conocer al acusado, pero vivían en el mismo barrio. 

Por otra parte, Lovesio se sorprendió en una audiencia judicial –cuando el hombre estaba imputado pero todavía no acusado– con que Mastandrea afirmó que les habían pedido 20 mil dólares para retirar los cargos. 

A partir de eso, Lovesio pide abstenerse de actuar en el caso diciendo que los abogados de Mastandrea y de la víctima habían negociado un intercambio de dinero –del que desconocía las intenciones– a espaldas de la fiscalía y que entendía que la investigación "estaba contaminada" razón por la que ella realizaba esa denuncia. Eso es trasladado a la fiscalía de Flagrancia de Tercer Turno bajo el título "infidencias de los abogados", según expone el fiscal adscripto de esa sede, Willian Rosa.

Él es quien analiza la nota de Lovesio y entiende que no es conveniente pedir los audios en los que los abogados explican sus puntos sobre el tema. Tampoco creyeron convenientes tomarlas nuevamente, porque quienes iban a ser consultados ya habían declarado sobre el punto ante Lovesio. "Uno mira hacia adelante y piensa ¿yo voy a llegar a un lugar que me permita una imputación? Si la respuesta es 'no', debo archivar", acotó Rosa.  

Por eso, alega, termina archivando esa causa donde los Mastandrea entienden que hay extorsión. Cuando una fiscalía archiva una causa, las víctimas tienen la posibilidad de pedirle a un juez que lo vuelva a revisar otro fiscal. Eso hicieron los Mastandrea y la jueza Blanca Rieiro otorgó el reexamen. Es común que, para ofrecer mayores garantías, los magistrados lo den, aunque la familia del acusado lo vivió como una victoria. 

La fiscal que debía reverlo es Patricia Rodríguez, quien está de licencia médica desde setiembre de 2022, pero según pudo constatar El Observador, la causa sigue abierta. 

Sin embargo, ni Malvar, ni los tres ministros del tribunal ni los cinco de la Corte manifiestan tener dudas de que está plenamente probado que Adrián Mastandrea violó a esa mujer el 3 de setiembre de 2019. ¿Por qué?

Prueba a prueba

Al comenzar a explicar su decisión, Malvar adelantó que la principal prueba es la declaración de la víctima. Pero ella no vale nada por si sola, sino que es necesario corroborar "la veracidad de esos dichos" a través de indicios y declaraciones de testigos que finalmente acrediten que lo que dice la denunciante es cierto. 

Por eso, el juez de primera instancia destaca cinco puntos que para él permiten probarlo. El primero es que la víctima declaró que tenía el celular bajo su manga y que cuando él la tiró al piso el teléfono se desparramó y ella logró esconderlo bajo los arbustos. El celular apareció en el lugar donde ella dijo. 

En segundo lugar, la víctima afirmó que Mastandrea la atacó excusándose en tener que "desahogarse" por una discusión que había tenido con su novia. La perito que examinó al acusado testificó que él le dijo que "había habido como una pelea, un disgusto que él tenía respecto a su pareja" y que él "estaba alterado, ofuscado, enojado porque había peleado con esta pareja".

El tercer punto, es que la víctima relató que la llevó hacia el quiosco por el camino que él le indicaba y que estaba oscuro. Ello, de acuerdo a Malvar, "aparece confirmado por las filmaciones del propio comercio".

En última instancia, la declaración de la denunciante –en la que se refirió al ladrido del perro en el callejón– aparece certificado por una vecina que sostuvo en el juicio haberlo escuchado. También en que el lugar era similar a un "laberinto" o "callejón".  

A juicio de Malvar, lo único que podría atentar a desacreditar el relato de la víctima es que ella afirma que Mastandrea usó la palabra "felación" para referirse al sexo oral y eso parece inverosímil porque es una expresión poco común. Aún así, cree que no es suficiente para desacreditar todo lo anterior y recuerda que la víctima vivió en el exterior y que "declara con recato" por lo que "no es improbable" que haya elegido una palabra técnica antes de decir una grosería. 

Del video del quiosco, para la Justicia se desprende que ella quiso pedirle –en silencio para que Mastandrea no se diera cuenta– ayuda al ciclista que pasaba. Ante la incomprensión del ciclista, él le hace el gesto de que mantuviera silencio. El acusado declaró ante la perito que –bajo la premisa de que se trató de sexo consentido– ella le insistía para seguir y que quería ir a un hotel, pero para Malvar eso no se nota en el video. 

Descartó la declaración de un testigo que dijo que en el barrio se rumoreaba que ellos eran pareja porque entendía que era de baja fiabilidad. 

Pero el momento más álgido del juicio fue cuando la testigo que inicialmente contuvo a la víctima le dijo al juez Malvar que ella no quería declarar y que Lovesio la había forzado a declarar en Fiscalía algo que ella no había visto. Aseguró que esa fiscal –que ya había renunciado al caso– le había dicho que era una "heroína" por declarar y que había terminado diciendo lo que ella le pidió. También que desde la Fiscalía la "acosaron" para que fuera a declarar y que la llamaron varias veces.

Cabe destacar que nada de lo declarado en Fiscalía vale para un juicio, lo único que se toma en cuenta es lo que el testigo dice ante el juez. Ahí, la testigo dice que lo único que vio fue que él la tomó del brazo y que la víctima le dijo que la había robado y después violado. Hizo hincapié en que a ella no le constaba que hubiera habido abuso. 

Pero más allá de eso, Malvar decidió tomar en cuenta la grabación de la llamada que la mujer hizo al 911 al momento del hecho, cuando no sabía que iba a haber un juicio y que iba a tener que declarar. Allí ella decía: "Acabo de ver a un muchacho robando a una señora (…) el muchacho salió corriendo (…) (se oyen perros) … la señora me está haciendo señas (…) rápido vení (…) estoy hablando con la policía mi amor (…) no llores, no llores". Luego de eso, se escucha cómo la víctima le relata la misma versión de los hechos que dio en el juicio, que la habían violado.

"De las declaraciones de ambos testigos (...) surge claramente que entre víctima y acusado existió un hecho violento", concluyó Malvar. El barrio donde ocurrió el hecho es complicado y al momento en que la testigo ve la situación todavía era de noche, pero salió de su casa a auxiliarla –aún corriendo peligro por eso– porque realmente vio que algo andaba mal, alega el juez. Los policías que intervinieron describieron que ella lloraba mucho. 

Si bien sembraba la duda el hecho de que el perito declaró que las lesiones que tenían podían ser compatibles tanto con un abuso como con sexo consentido, las pericias psicológicas realizadas al denunciado y a la denunciante abonaron –para Malvar– que él era culpable. La pericia a ella muestra que estaba visiblemente muy afectada y que había perdido su trabajo a raíz de lo sucedido y la de él que era una persona "pueril, infantilizada, (un) niño en cuerpo de hombre, con síntomas depresivos, consumo de alcohol cuando se siente enojado y frustrado, con un relato distorsionado de los hechos, impulsividad, tendencia al pasaje al acto, fallas de empatía, atribución de responsabilidad a la víctima", según recoge el juez. 

El trasfondo del juicio

Manifestación por Adrián Mastandrea

Las irregularidades que denuncian los Mastandrea –la presión sobre la testigo, la extorsión y una presunta desaparición de audios– no hicieron mella ni en la sentencia de Malvar ni en las ratificaciones que hicieron el Tribunal de Apelaciones y la Suprema Corte. Para todos ellos, son cuestiones que van por carriles separados. Su labor era juzgar si lo que ocurrió entre Mastandrea y la denunciante fue sexo consentido o violación. 

Consultado por ello, Sergio –el padre del condenado–, contesta: "Para mí ya estaba todo sesgado ya porque viene todo de todo el lío que viene. Decime pruebas contundentes contra él (...) La testigo se desdijo de todo y dijo que la presionaron (...) La pericia es una chotada (...) Para la Justicia de este país es normal que ella pida 20 mil dólares, lo que hicieron con el marido, para mí si es víctima es por el marido. ¿Por qué mintió que no lo conocía a Adrián?"

Su madre, Lorena Zerpa, acota: "Aparecieron todas las pruebas y ellos (los fiscales) hicieron desaparecer toda esas pruebas tan importantes que dicen mucho del horror de jueces y fiscales".

Se refieren a los audios de las declaraciones de los abogados que, ante Lovesio, respondieron sobre la presunta extorsión. Ellos dicen que no están, pero consultados al respecto, Rosa y Gómez dijeron que, hasta donde tienen conocimiento, esos audios sí están.  Por la presunta "presión" sobre la testigo del caso, se realizó una investigación administrativa por la actuación de Lovesio y se halló que la actuación de la fiscal no merecía reproches de ningún tipo. 

A su vez, terminaron denunciando al abogado Durán que los defendió en el juicio, por entender que no denunció debidamente la extorsión que había sufrido la familia cuando el abogado era otro. Al respecto, Durán dijo a El Observador: "Hubo irregularidades como pocas veces vi en un juicio, (pero) para mí las irregularidades no tienen nada que ver con que si hubo consentimiento o no. Son totalmente distintas (...) yo lo que tenía que demostrar es que Adrián tuvo relaciones sexual consentida".

A raíz de su insistencia para que mencione ese hecho, Durán afirma haberlo hecho en los alegatos de clausura. Para el abogado, la Fiscalía no logró derribar el principio de inocencia y existía la duda razonable de que Mastandrea era inocente, razón por la que los jueces debieron absolverlo. La familia Mastandrea terminó denunciándolo por presuntamente no haber reportado —tal y como ellos les habían pedido— las irregularidades de su caso. 

Esa denuncia la investigó el fiscal Morosoli y la archivó, pero según los Mastandrea, nunca se los notificó de la decisión. Razón por la que tienen previsto denunciar al fiscal. 

Por otra parte, los Mastandrea cuestionan que los jueces no permitieron que declararan en juicio los testigos que podían acreditar que su hijo y la víctima tenían una relación previa de coqueteo y que ella lo denunciaba para que su marido no se enterara de la infidelidad. Según consta en la sentencia del tribunal de apelaciones a la que accedió El Observador, ello fue rechazado porque para que una prueba ingrese a juicio las dos partes deben haber tenido acceso a ella y la defensa no había otorgado a la fiscalía una copia de las declaraciones preliminares de esos testigos. Por eso el tribunal denegó su ingreso. 

Además, sobre la presión a la testigo, Durán –que estaba presente al momento de los hechos– expuso: "Hubo una total manipulación de la testigo y eso pasó en juicio ante las narices de todos y ahí me hago cargo de lo que digo, Malvar no tuvo los cojones suficientes para investigar la situación. Quedó claro ante sus narices que una testigo había sido manipulada por la Fiscalía y no hizo la denuncia de oficio". Pese a eso, entiende que corre por un carril separado al fondo del asunto. El deber de él era probar que el sexo había sido consentido. 

Consultado por El Observador, Malvar prefirió no hacer declaraciones. 

Tanto los Mastandrea como Durán entienden que del video no se desprende que ella esté pidiendo ayuda.

La ¿palabra final? de la Corte y la carta oculta de los Mastandrea

Sergio Mastandrea y Lorena Zerpa, padres de Adrián

Tanto el Tribunal de Apelaciones como la Suprema Corte de Justicia hicieron suyas, por unanimidad, las conclusiones de Malvar. Si bien la Corte podría haber descartado el recurso presentado por los Mastandrea por cuestiones formales –el abogado que los representa copió y pegó lo que había alegado ante el tribunal– decidió de todas formas expresarse sobre el fondo del asunto. 

"No se configura el supuesto de falta o ausencia de certeza que pueda beneficiar al imputado, ya que del cúmulo probatorio resultó acreditada la responsabilidad del Sr. Mastandrea", concluyeron. En las tres instancias se entendió que las presuntas irregularidades de la investigación preliminar no tuvieron impacto en el fondo del asunto. 

–Yo necesito mantener vivo el tema de mi hijo –asegura Sergio Mastandrea a poco más de una semana del fallo definitivo de la Corte. Por eso, anuncia que se seguirá movilizando y que interpondrá un nuevo recurso ante ellos, esta vez, el de revisión. Además, agregó: "Vamos a jugar con estas dos denuncias que hicimos a la fiscalía (la de la extorsión y los fiscales que denunciaron) y con otras estratégicas que vamos a hacer. Esto no fue idea del abogado. Yo le digo hacé así, así, así y así y firmá". 

–Yo creo mucho en la corrupción –contesta cuando se le pregunta porqué nueve jueces fallaron en el mismo sentido. "El tribunal de apelaciones, a ellos sí, hasta ahí llego, estoy seguro que hasta ahí hay corrupción", dijo y lamentó que la Corte haya compartido su fallo. 

Después del fallo definitivo, Adrián les pidió que no se movieran más y que la gente no se mueva más. Les dijo que no quería más nada y que no quería vivir más. 

–¿Por qué siguen? –preguntó El Observador

–Porque es inocente, claramente –contestó su madre, Lorena.

– (Porque lo que dijo) lo decía de la boca para afuera –agregó su padre, Sergio. 

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