Silveira con su mascota, Aria

Fútbol > EL TAPADO DE LA FECHA

La historia de Mauro Silveira, el golero que no quisieron, le ganó a todos y persigue el sueño de la casita para su madre

El golero de Wanderers Mauro Silveira entró por la ventana a la Séptima del bohemio y a los cuatro meses ya estaba atajando en la selección sub 15; le llevó cuatro años consolidarse como titular y en el Apertura respondió con un torneo redondo
Tiempo de lectura: -'
18 de mayo de 2023 a las 05:03

Una semana antes del Torneo Apertura, abuela Isabel se fue de viaje a la eternidad. Pero Mauro Silveira no solo la lleva en el corazón, sino que tiene la firme convicción que donde quiera que esté, lo mira, lo cuida y lo sigue mimando. El notable Torneo Apertura que tuvo en el arco de Wanderers, lo considera "un regalo" de parte de ella. Y los 23 años recién cumplidos, los 57 partidos que ya suma bajo los tres palos bohemio, más su pasado en el proceso de selecciones uruguayas, lo convierten en un sólido proyecto a futuro. 

"Creo que hice un muy buen campeonato, es importante tener continuidad; el año pasado no pude a causa de un desgarro que sufrí en el Clausura", contó Silveira en diálogo con Referí.

Recibió 12 goles en el Apertura y fue de los arcos menos vencidos

Si el 2022 fue el año de su despegue, el 2023 es el de la confirmación. 

El año pasado, Daniel Carreño lo empezó a alternar en el arco con Ignacio De Arruabarrena y cuando este anunció su partida a Portugal, el DT le dio la titularidad a partir del Torneo Intermedio. 

"La continuidad te da confianza en tu juego", explicó. 

El camino hacia este presente que lo tuvo junto a Renzo Bacchia de Cerro Largo como uno de los grandes destaques en el puesto del Apertura, incluso por encima del mundialista y tricampeón uruguayo Sergio Rochet, fue largo y sinuoso. 

"Me llevó un proceso de cuatro años tener esta continuidad", admitió. 

En 2016, cuando De Arruabarrena se fue convocado a un partido de selección juvenil, Silveira tuvo la primera oportunidad de ir al banco de suplentes. Fue por el Uruguayo Especial 2016. El golero titular era Leonardo Burián, el suplente Federico Cristóforo y el DT Gastón Machado. 

El 8 de mayo de 2018, el día que cumplía sus 18 años, Eduardo Espinel lo hizo debutar, en Belvedere contra Liverpool. Iban 31 minutos del primer tiempo cuando Martín Rodríguez, que el año pasado fue suplente de Rochet en Nacional, cometió un penal y se fue expulsado. De Arrubarrena se había ido a préstamo a Tacuarembó. El banco ya era suyo. Tuvo que entrar y pararse en la línea de sentencia nada menos que ante el Colo Juan Ignacio Ramírez, que de penal le marcó su primer gol. 

Seguridad bajo los tres palos

"Me sorprendió toda la situación, porque fue muy rápida, pero estaba preparado y fue una sorpresa linda". 

Silveira se convirtió en golero cuando tenía nueve años y jugaba en Rocha, al baby fútbol, en la Liga Parque. 

"Siempre jugué de zaguero o de volante. Era metedor y de buen pase. Sacaba ventaja de altura". Sin embargo, con el tiempo perdió la titularidad y en una Copa de Campeones, un día faltaron los goleros. Entonces, el entrenador Santiago "Charoná" Sosa le ofreció ir al arco. Y aquello fue como amor a primera vista: "Empezó de casualidad, pero nunca más volví a la cancha". 

"Mi primer viaje fue a Chaparmalá, a jugar con una selección de la Liga Parque. Me acuerdo que estaba Agustín Rodríguez que ahora está en Racing. Fue una etapa que me dejó muchos amigos". 

Los dos últimos años de baby los hizo en San Francisco y fue el propio Charoná Sosa el que lo llevó a la Preséptima de Wanderers donde Eduardo Millán le levantó el pulgar para que se quedara. 

"Había muchos goleros, las pruebas fueron muy difíciles, pero quedé. Me marcaron mucho esos años los entrenamientos de goleros con Camilo Schmidt y José Luis "Niño" Sosa

Sin embargo, después de dos años, cuando se armó el plantel para Séptima, Wanderers lo dejó libre. 

El sábado contra Wanderers

"Fue muy duro y sufrí mucho cuando me echaron, pero igual le pedí a Camilo y al Niño Sosa seguir yendo a entrenar los martes y los jueves porque me encantaba el grupo y porque tenía ahí a mis amigos". 

El fútbol tiene algunos extraños caprichos que son difíciles de explicar. El mejor amigo de Silveira es Juan Lapaz, con quien iba siempre a entrenar, y quien sí quedó fichado. 

Cuando la Séptima del bohemio estaba pronta para arrancar al otro año, uno de sus tres goleros se bajó y Silveira recibió el llamado para ser la tercera alternativa

Cuatro meses después, el titular y el suplente se lesionaron, le tocó agarrar el puesto y no solo no lo soltó más sino que también lo llamó Alejandro Garay para integrar la selección sub 15. 

"No me olvido más del debut. Fue un 0-0 contra River Plate y me mandé una cagada en un centro, salí mal, pero por suerte les anularon el gol por offiside". El destino le quiso dar una oportunidad. 

En una práctica en el complejo del aeropuerto, una tarde el entrenador Héctor "Chumbo" Julios paró la práctica y anunció que tanto Silveira como Santiago Fernández habían sido citados para la selección sub 15. Sus compañeros los aplaudieron. Después salió al galope para avisarle a su madre, Mónica, a su abuela Isabel, a su tía y a su hermana. 

Con la selección, hizo toda la escalera en juveniles

"Ellas son los pilares de mi vida. Sin ellas, que me lo dieron todo teniendo poco, yo no tendría un motivo por el cual pelear", afirmó el golero que no tiene relación con su padre. 

En su primer año de formativas le hicieron pocos goles. Por eso recita de memoria a sus fieles defensores: Joaquín Sarlabos, Santiago Fernández, Edgar Elizalde y Mauro Aguiar.

En su ascendente carrera recuerda a muchos entrenadores que lo formaron: Charoná Sosa, Millán, el Niño Sosa, Camilo Schmidt, Víctor Guala, entrenador de arqueros de Primera, Alejandro Garay, Carlos Arias, Gastón Machado, Eduardo Espinel. 

Desde 2018 trabaja con psicólogo deportivo, por su cuenta. 

Además de atajar en la sub 15, en el Sudamericano de Colombia 2015, estuvo en el Sudamericano sub 17 de Chile 2017 y en el sub 20 de Chile 2019 donde se obtuvo la clasificación a los Juegos Panamericanos de Lima y al Mundial de Polonia. 

Mauro Silveira en su casa

Tiene contrato hasta junio de 2024, lo representa Javier Modernell y en el futuro aspira a dar un salto al exterior que le permita cumplir su sueño: poder darle a su madre una casita y llevarla a otro barrio. 

Silveira nació en Villa Española y se crió en Pueblo Conciliación donde los 145 lo dejaban en Batlle y Ordóñez y Burgues para ir a entrenar al cuartel de Burgues y Silva o los 174 y 329 para ir a entrenar a Casavalle. 

Su largo proceso de juveniles, con las piedras del camino que logró saltar, su pasaje por las selecciones y su consolidación en Primera, hacen que Wanderers se pueda seguir ilusionando con lo que se viene en el Campeonato Uruguayo. 

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...