Los consejeros del Codicen recibieron la propuesta de los equipos técnicos sobre cómo será el régimen de evaluación a partir del año próximo. Se pone fin a los exámenes en Secundaria y UTU, se elimina la repetición automática por inasistencias o un número de materias bajas, e incluso Primaria quita las calificaciones escolares y centra la evaluación en que cada estudiante avance a su ritmo. Ahora, la última novedad, confirmó la consejera Daysi Iglesias en su canal de YouTube, es que en séptimo, octavo y noveno grado de liceos y UTU las calificaciones serán del 1 al 5, por lo que se dejarán atrás las notas del 1 al 12.
El 1 significará "Mínimo Nivel de Avance" y así irá subiendo hasta el 5 que significará "Avance Destacado". En cuanto a la promoción, los alumnos que tengan 3 o más, acreditarán la unidad curricular correspondiente (lo conocido hasta ahora como salvar la materia) mientras que los de 1 o 2 deberán tener un acompañamiento curricular en diciembre de tres semanas.
Finalizado el acompañamiento, los profesores deberán decidir si acredita o si vuelve a realizarlo en febrero. Si en febrero lo salva, acreditará la unidad curricular. Si queda con 3 unidades curriculares sin salvar, se pondrá "acreditación parcial" y durante el siguiente año deberá realizar actividades para lograrla. Si queda con más de 3 quedará con "acreditación diferida" y también deberá realizar actividades el siguiente año.
Solamente en octavo y noveno grado si se tienen más de cuatro o más unidades curriculares no salvadas el estudiante deberá recursar (repetir).
Cuando a algunas de las máximas autoridades educativas se les pregunta sobre el alcance de la reforma de la enseñanza, por lo bajo, con los micrófonos apagados y en el anonimato que el periodismo estadounidense llama on the deep background, casi todas responden lo mismo: destacan que por primera vez los subsistemas se pusieron a trabajar juntos y que este es apenas el puntapié inicial. La reunión del martes pasado fue el ejemplo.
Porque entre Secundaria y UTU no había acuerdo previo y, sin embargo, llegaron a una propuesta común: la repetición solo se podría dar al término de cada tramo (en octavo y noveno grado, o, lo que es lo mismo, en segundo y tercero de lo que era hasta ahora ciclo básico), y quedarían sin efecto los exámenes (evaluaciones tribunalizadas) para aquellos estudiantes que no alcancen los objetivos planteados (sí habrá evaluaciones más formativas y basadas en proyectos).
La propuesta acordada el martes genera además un cambio de mentalidad: las reuniones de profesores dejarán de ser aquel encuentro bimestral en que cada docente “canta” la nota y se centrarían en espacios de coordinación y evaluación formativa de los alumnos. También haría que en los fines de tramo que un estudiante podría repetir, los docentes deban justificar bien por qué motivo se retiene al alumno, en vez de que sea un trámite automático.
El Codicen tiene ahora la última decisión. De confirmarse la propuesta técnica —respetando el trabajo y autonomía de quienes elaboraron la iniciativa—, el nuevo reglamento regirá a partir de 2023.
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