Remo Monzeglio, subsecretario de Turismo, invitado en el ciclo Posdata.

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Remo Monzeglio: la vida en el hotel más antiguo del país, la política y su visión del turismo

El subsecretario de Turismo fue uno de los entrevistados a Posdata, el ciclo de entrevistas conducido por Oscar González Oro
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16 de abril de 2023 a las 05:00

El subsecretario del Ministerio de Turismo, Remo Monzeglio, fue el invitado más reciente del ciclo Posdata, que conduce el periodista argentino Oscar González Oro para El Observador. En la entrevista, Monzeglio repasó su trayectoria en la hotelería, sus vivencias en diferentes países y su comienzo en la política de la mano del histórico legislador nacionalista, Walter Santoro.

Entre lo personal y lo político, un resumen de la entrevista.

Contale a la gente donde has trabajado en el mundo.
La historia comienza en un hotelito de Santa Lucía, mi pueblo, nací en el hotel más antiguo del Uruguay.

¿Es el más antiguo?
Si. Todavía sigue siendo el más antiguo. Una parte continúa abierta con hotel Oriental que fue el nombre original después mis abuelos le pusieron The Biltmore Hotel. Muy pretencioso. Ellos tenían un lugar que se llamaba el Teagarden y en aquel momento que las compañías de ferrocarril, teléfono, telégrafo eran todas inglesas, ellos tenían una clientela inglesa en Lezica, donde preparaban té para los ingleses y la verdad que mal no les fue al punto que compraron ese hotel que era toda una manzana. Desde chico estaba haciendo relaciones públicas, sirviendo las mesas, sirviendo vino y ahí mi padre vio en mí que podía tener una vocación y me dijo que en Italia había una escuela, la escuela hotelera Di Strezza que era la mejor de las 62 escuelas.

Contame de la escuela, ¿Cómo era?
La escuela era hermosa porque éramos 250 alumnos que la mitad del día vivíamos como clientes y la otra mitad del día como mozos, cocineros, recepcionistas. Era una extensa jornada. Trabajábamos, servíamos a los demás compañeros que se ponían impecables, nunca los codos arriba de una mesa, siempre sirviendo por el lugar correcto, protocolarmente fueron dos años de vivir de una forma increíble al punto que yo después de esos dos años no podía pasar un día sin afeitarme y cuando de repente venía acá nadie de mis amigos entendía eso y yo tenía que afeitarme todos los días por la rigurosidad de la escuela.

Hacían todos los roles desde tender una cama hasta servir una mesa.
Pero además en cada vacación, por ejemplo, llegaba Navidad, yo me iba de Italia a Suiza a Locarno, la otra parte del lago Mayor y ahí trabajaba de mozo, de somellier. Me ganaba unos buenos francos suizos, los iba ahorrando para después invertirlo en aprendizaje de idiomas, de ahí me fui a Londres donde estuve un año justamente para aprender inglés y para empezar. Cada uno de estos países a los que yo iba empezaba de abajo porque no sabía el idioma. Me fui a Francia, no hablaba nada de francés, a un hotel hermoso en Deauville, en el Canal de la Mancha. Un lugar realmente icónico donde paraban en el hotel gente como Jean Gabin, Jean-Louis Trintignant, Omar Sharif.

¿Cuándo ingresas con todo ese bagaje cultural a la política, a la función pública?
Primero yo fui yerno del hombre más votado como diputado en la historia del país llamado Bari González y todos creían que yo iba a ser candidato a algo. Me ofrecieron candidatura de Intendencia de Canelones dos o tres veces. Nunca acepté. Nunca acepté ir en una lista porque dije "el día que yo haga política no voy a necesitar de la política para vivir" y realmente cumplí con eso. Con el tiempo, el padre de mi mejor amigo, ya fallecido mi suegro, que de hecho eran contrarios, me puso en situación de compromiso. Me dijo "tenés que ayudar al partido", el Partido Nacional aquel momento había votado muy bajo y le dije, "doctor (Walter) Santoro, voy a dar una mano. ¿Sabe por qué? "Porque no tengo riesgo de salir nada". Yo amaba mi profesión y realmente ahí empecé a hacer política, algunos discursos míos quedaron un poco marcados, con algunas discusiones inclusive con el actual presidente, con su papá, Lacalle Herrera. En aquel momento él quería llevar un candidato a Canelones que venía de otro departamento y ahí yo tuve un discurso muy encendido que me dio relevancia y finalmente fui diputado suplente en un par de legislaturas.

Yo estuve en Europa y veo publicidades de lugares increíbles y no veo publicidad de Uruguay, ¿por qué?
El presupuesto global del Ministerio de Turismo que incluye pagar sueldos y todo son US$ 10 millones. Lo que se gasta en publicidad en un año puede variar entre dos y tres millones de dólares. Con eso no hacés una campaña en ningún lado. Apenas da para hacer en la región. Nosotros vamos a pescar donde hay peces, en Argentina y en Brasil. Tenemos la suerte de ser ese pequeño estado almohadón entre Argentina y Brasil. Y eso es lo que nos garantiza que siempre vamos a tener gente aunque las condiciones económicas sean adversas.

Si pero yo estaba en Aiguá comiendo en un restorán. Al lado mío había franceses, y yo siempre me pregunto, ¿cómo llegó un tipo de París a Aiguá? ¿O a Pueblo Edén? ¿Cómo llegan?
Llegan por gente que transmite la experiencia y hoy tenemos gente que hay que cuidarla mucho que son los influencers. Una palabra que hace cinco años no existía, que para nosotros no podía haber estado en nuestra imaginación. Y hay chicos por ejemplo que tienen 200.000 seguidores y van a los países y cuentan experiencias increíbles, hay un par de chicos...ella creo que es de algún país nórdico, del norte de Europa, creo que Finlandia y el novio es argentino o uruguayo y sacan unos vídeos increíbles. El otro día estaban en Cabo Polonio y a la semana estaban con la nieve hasta la cintura porque habían ido a su país a ver a la familia. Y ellos cuentan la experiencia y encuentran lo que nosotros encontramos como natural o banal pero que ellos lo encuentran único. Y cuentan esas cosas únicas y es lo que la gente quiere venir a ver.

 

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