Fútbol > EL TAPADO DE LA FECHA

Steve, el supercampeón

Makuka, el zaguero de Progreso, lleva ese nombre por un jugador de la famosa serie japonesa
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06 de marzo de 2018 a las 05:00

"Edward, vas a tener dos hermanitos mellizos. ¿Cómo te gustaría que se llamaran?", le preguntó su mamá Mirta a aquel niño de ocho años. En aquella época, estaba de moda la serie animada "Supercampeones", aquella producción japonesa en que la cancha de fútbol no terminaba nunca y en la que había dos héroes que eran Oliver y Benji. Pero en el equipo contrario, el mejor era Steve Hyuga que era el antihéroe al que igual todos le tenían simpatía. De allí salió el nombre que eligió su hermano para Steve Makuka. El otro rival conocido era Andy Johnson, entonces el mellizo lleva su nombre.

No es fácil encontrar un Steve en el fútbol uruguayo, pero es bien de acá, se crió en la zona de Melilla y no viene del norte. Su apellido es polaco. Su bisabuelo llegó escapado de su país en la segunda guerra mundial.

La vida lo golpeó temprano. Cuando tenía cuatro años, iban con sus padres y hermanos en el auto de paseo y en plena carretera, su papá Washington sufrió un paro cardíaco al volante. El automóvil cayó bajo un puente en un arroyo y se salvaron porque la madre los sacó, pero su padre murió siendo muy joven.

"Tengo una vaga imagen de aquel día. Yo era muy chico", recuerda Steve en diálogo con Referí.

De a poco, la figura del hermano mayor, sí, el mismo que le puso los nombres a los mellizos, fue creciendo y siendo trascendente en su vida. "Mi vieja nos crió desde chicos. Con mi mellizo la volvíamos loca, pobre, éramos fatales. Edward la ayudó en todo y para mí es como si hubiera sido mi padre. Siempre me ayudó en todo", dice. Claro que Edward tenía solo ocho años más que él y todos crecían juntos.

"Edward jugaba en la Tercera de Defensor Sporting, pero cuando falleció mi viejo, se bajoneó mucho y dejó el fútbol. Se puso a laburar en una tienda y ayudaba a mi madre económicamente. Una vez que tuvo unos pesitos, nos compró dos chupetes para los mellizos, pero nunca los usábamos", indicó.

Empezó en el baby fútbol en Aviación Lezica y de allí pasó a las formativas de River Plate. Arrancó en la Preséptima y llegó hasta Tercera. Hasta que le salió la oportunidad de jugar en Torque en la B. El técnico Adrián Colombo lo quería. Estaba todo pronto para empezar el campeonato, pero tres días antes, los dirigentes le dijeron que no les alcanzaba el dinero. Lo dejaron sin equipo seis meses y así lo cuenta: "Se me pasó por la cabeza dejar el fútbol, tenía 19 años y a la vez, no quería pedirle más dinero a mi madre. Pero apareció Edward –otra vez– y me dijo que no lo dejara, que él me iba a ayudar económicamente si precisaba y que me acompañaba a entrenar esos meses. Entonces salíamos a correr por la manzana, por la ruta, por Melilla y las chacras. Con lluvia, frío o calor, aunque no tenía equipo y había que esperar todos esos meses. Le agradezco todo lo que hizo por mí".

Huracán del Paso de la Arena lo llamó cuando Colombo fue como DT. Fue compañero de Jorge García, aquel notable exjugador de Danubio y la selección uruguaya que vivió una desgracia debido a la droga, y que volvía al fútbol. "Me daba consejos y me ayudó mucho en mi aprendizaje", recuerda. Y allí también fue compañero de zaga de Marcelo Méndez, su actual técnico en Progreso, quien se retiró en Huracán. "Marcelo fue otro que me enseñó mucho y lo hizo desde dentro de la cancha. Ahora también enseña, pero como entrenador".

Huracán no se presentó por temas económicos al Campeonato Especial 2016 y se fue a probar a Italia en los clubes Como y Santarcangelo. No quedó por no tener pasaporte comunitario, por lo que viajó a Portugal y se probó en Olhanense. Se tuvo que ir por lo mismo.

Entonces llegó a Progreso con su excompañero Méndez como técnico y logró el ascenso a Primera. "Son cosas que no te olvidás más. Se vio coronado el esfuerzo de todo el año", dijo el entonces lateral derecho.

El domingo contra Nacional fue figura ya jugando como zaguero. Bancó todo en el fondo y le cometieron el penal sobre la hora que les dio el triunfo.

Antes del partido, el Tata González, quien había jugado con su hermano Edward en Defensor, le dio ánimo porque era su primer encuentro ante un grande: "Vamo' arriba Steve. ¡Suerte!", le dijo. "Que un jugador como él, de selección, que jugó en Italia, me diera para adelante así, es increíble", explicó.

"El partido con Nacional, esperábamos que se diera así. Lo dominamos en todo sentido y le sacamos el invicto. Antes del inicio, Marcelo (Méndez, el técnico) nos dijo que no éramos menos que nadie. Se hizo un partido de ida y vuelta, y quedó demostrado que si a los grandes los sacás a las canchas chicas nos acostumbramos a que se empareje mucho más el fútbol uruguayo", explicó.

Además dijo que el entrenador le pidió "que no marcara muy pegado a (Gonzalo) Bergessio, porque usa muy bien el cuerpo. Que no girara, porque tiene muy buena técnica".

Steve vive con su mujer Carolina en la casa de sus suegros desde hace siete años y tras este triunfo se acordó "de todo el esfuerzo" que hicieron su madre y Edward para que siguiera en el fútbol.

"Y también mi padre que lo tengo como un ángel que me sigue a todos lados".

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