Laura Motta

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Una docente con chances de ser primera dama

La consejera del Codicen, Laura Motta, decidió hace 20 años dedicarse de lleno a la educación pública. Dice que si Martínez se candidatea lo acompañará como ha hecho siempre.
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09 de julio de 2018 a las 08:30

"Llegó un momento donde entendí que el compromiso con lo público requería más de mí y entonces decidí dejar la educación privada, donde ganaba más", Laura Motta

El primer contacto de Laura Motta, consejera política de la Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), con la docencia fue a fines de la década del 70, cuando un poco desorientada sobre lo que profesionalmente quería para su vida, se decidió a realizar un curso de educación inicial en la antigua Escuela de Servicio Social, que luego fue parte de la transformación hacia la Universidad Católica.

Un par de años antes había sido la única de su clase en terminar el bachillerato de Arquitectura en tiempo y forma, y aunque inmediatamente ingresó a la facultad, al finalizar el primer año abandonó. Dos cosas influyeron en su desvinculación, por un lado, las materias en las que había quedado reglamentada no le entusiasmaron, y por otro, se acababa de casar con el actual intendente de Montevideo, Daniel Martínez.

Así fue como decidió probar suerte en la docencia. Durante el curso de educación inicial, "hice la práctica en la guardería de AEBU (Asociación de Bancarios del Uruguay), donde me tocó una maestra sensacional, que realmente me hizo apasionar por la docencia", comentó Motta a El Observador.

Al terminar el curso no le quedaban dudas: la docencia era lo suyo, pero todavía no tenía claro en qué tramo etario, ni en qué disciplina. Por esta razón, para el año siguiente se inscribió en Magisterio, en Profesorado de Matemática y en Profesorado de Inglés.


Sin embargo, las circunstancias políticas de la época terminaron determinando su ingreso a Profesorado. "En Magisterio no me aceptaron porque relacionaron mi nombre con el de mi hermana, que en ese momento estaba exiliada", explicó la jerarca.

En el Instituto de Profesores Artigas (IPA) pudo ingresar en ambas opciones, pero finalmente terminó inclinándose por inglés. Motta había tenido la suerte de estudiar la lengua inglesa desde los cuatro años, algo poco frecuente en el Uruguay de aquella época. A esto se sumó el hecho de que la enseñanza de las lenguas estaba atravesando "un momento de cambio y ruptura" en el país y sus estudiantes se embalaron con los aires de renovación y "la fuerza de cambio".

"En la enseñanza del inglés supuso un quiebre muy fuerte, que se dio de la mano de investigaciones. En lo práctico la enseñanza de la lengua pasó a estar enfocada en que el estudiante pudiera comunicarse más allá de aprender las estructuras gramaticales", dijo Motta.

Militancia sindical y política

La actual consejera del Codicen egresó del IPA en 1980, donde además de estudiar una carrera incursionó en el ámbito sindical. Quizá entusiasmada por los aires de cambio que respiraba en su carrera, Motta fue una de las estudiantes que en la clandestinidad rearmó el Centro de Estudiantes del IPA (CEIPA), que años antes había sido diluido por la dictadura.

Pero sus ganas de desafiar al régimen de Gregorio Álvarez no quedaron allí. Años después, ya como profesora de inglés en funciones, fundó la Asociación de Docentes de Secundaria (Ades, Montevideo), a la cual continúa afiliada hasta el día de hoy.

"La asociación civil fue una forma que encontramos para agruparnos", dado que los sindicatos estaban prohibidos en aquella época, manifestó, no sin reconocer que el truco fue inventado por los estudiantes universitarios que en 1982 fundaron la Asociación Social y Cultural de Estudiantes de la Enseñanza Pública (Asceep).

Fue la Asceep, la que en 1983 impulsó la multitudinaria marcha estudiantil del 25 de setiembre, a la que se sumaron todos los sindicatos y políticos proscriptos, en un acto masivo de protesta contra el régimen dictatorial. Por supuesto, el matrimonio Martínez Motta estuvo allí. "Todos veíamos que se asomaba la primavera de un cambio político. Fue un momento de mucho compromiso y esperanza, de creer que era posible. Y todo esto con alguna hija en brazos", recordó Motta con los ojos mojados de la emoción.


Ya por ese entonces militaba también junto a su esposo - hoy uno de los nombres que más suena para precandidato del Frente Amplio de cara a las elecciones del año que viene- en el Partido Socialista.

Allí fue donde la conoció Elena Clavel, actual integrante del equipo de Secretaría del Sistema de Cuidados, con quien entablaron una relación que hoy las ha convertido en grandes amigas. "La conocí en 1984, cuando me afilié al Partido Socialista. Laura ya tenía años de militancia. Siempre fue una compañera de relevancia. Por eso, probablemente yo la haya conocido a ella mucho antes de lo que ella me conoció a mi", comentó Clavel a El Observador.

En este sentido, recordó como Motta -quien desde hace unos años ya no milita en el partido por la inhibición constitucional que supone su cargo en la ANEP- se prestaba para todo tipo de tareas. "Lo mismo se ponía en un puesto a preparar tortafritas, como exponía en una reunión o participaba de un debate", dijo.

Clavel también destacó el "aporte de calidez" que Motta le imprimía a la militancia política. "Eso no es muy común en la política y yo lo aprendí con Laura", señaló. "Si faltaba alguien, lo llamaba para ver qué le había pasado; si alguno estaba enfermo lo iba a visitar; a los viejitos los pasaba a buscar. Siempre se encargó mucho de la parte humana, algo que en la política a veces se olvida", añadió Clavel.

También en el Partido Socialista se cruzó con Estela Alem, actual directora sectorial de Educación de Jóvenes y Adultos de ANEP, y quien años atrás fue desafiliada de ADES por apoyar el Promejora. La docente que en 2015 trabajó en la secretaría de Motta, subrayó la carrera que realizó la actual consejera del Codicen. "Laura pasó por todos los cargos: profesora, directora, inspectora y consejera. Eso no es muy común y además todo lo logró mediante concursos y por capacidad", señaló a El Observador.

Al respecto, expresó que en sus años de inspectora de Inglés siempre fue "muy reconocida". "Tiene muy buen trato y eso en un inspector es muy importante. Era exigente, pero a la vez hacía un acompañamiento cercano a sus docentes", remarcó.

Carrera laboral y estudio

Motta estrenó su carrera docente en los liceos N° 33 y N° 34, pero donde se desarrolló profesionalmente fue en el liceo N° 2 (Miranda), donde dio clases durante una década.

"Afortunadamente a mí me tocó una vida profesional bastante activa y con muchos desafíos", comentó Motta. De hecho, al año de comenzar su carrera docente, le ofrecieron y aceptó la oportunidad de ser profesora adscripta de inglés, es decir, acompañar a los estudiantes de profesorado en sus prácticas.

Luego de sus años en el Miranda, fue subdirectora en el liceo N° 25, donde según señaló no solo aprendió a gestionar un centro educativo, sino que además marcó su decisión de dedicarse solamente a la educación pública.

Era el año 1996. Además de trabajar en el liceo N° 25, Motta también se desempeñaba como coordinadora de Inglés de la escuela Integral. "Llegó un momento donde entendí que el compromiso con lo público requería más de mí y entonces decidí dejar el Integral, donde ganaba bastante más", expresó.


"Con Laura aprendí a aportar calidez a la militancia política. Ella se encargaba mucho de la parte humana", Elena Clavel

Para ese entonces ya había trabajado en otros colegios privados, había realizado una segunda carrera, licenciatura en Educación, y además había sido convocada para trabajar en Perfeccionamiento docente del Consejo de Formación en Educación (CFE), para transmitir sus conocimientos sobre el uso de la tecnología en el aula, algo en lo que Motta ya había incursionado.

"Era una época donde en Uruguay casi no había computadoras, salvo en algunas empresas", manifestó. "Nosotros generamos una serie de programas para utilizar la tecnología en el aula y recorrimos el pais enseñando a los docentes a usar las computadoras", agregó.

De esta manera, la aplicación de la tecnología en el aula también se transformó en una línea de trabajo de su carrera. Y como estudiar le "encanta", Motta reforzó sus conocimientos con un curso y maestría en universidades extranjeras. Con el tiempo, formó parte del grupo que empezó a pensar en los docentes remotos, que hoy dictan clases mediante videoconferencia en programas del Ceibal.

Pero años antes la vida le había dado otra oportunidad. En 1998 le ofrecieron la dirección del Centro Regional de Profesores (Cerp) de Atlántida, que iba a fundarse al año siguiente. "Empecé sin nada, ni siquiera local. Lo único que tenía era maletín y teléfono", recordó la hoy consejera.

Después de allí estudió para presentarse a concursos para inspección regional y de asignatura (Inglés) y en ambos obtuvo el primer lugar. "Me ha ido bien no me puedo quejar", comentó, no sin señalar que si bien tuvo oportunidades, ella también las alimentó con su estudio y dedicación.

En 2008, siendo inspectora de Inglés, la entonces ministra de Educación, María Simón, la convocó para ser consejera del Codicen en el primer gobierno del Frente Amplio. Durante el mandato de José Mujica fue consejera del CFE y en 2015 la actual ministra de Educación, María Julia Muñoz, le volvió a dar un lugar en el Codicen.

Tres hijas y siete nietos

Motta está convencida que nada de lo que logró hubiera sido posible sin el apoyo de su familia. "Mis hijas todavía recuerdan las noches en que escuchaban la impresora de punto que imprimía mi tesis. Después de que todos se iban a dormir, yo me ponía a escribir la tesis", señaló.

Por su parte, ella no se olvida del puntal que significó para ella su familia cuando decidió dejar la educación privada para dedicarse de lleno a la pública. También durante el tiempo que fue directora del CERP de Atlántida. "Yo me mudé a Marindia porque me quedaba más cerca y Daniel me acompañaba varias veces por semana", comentó y nuevamente las lágrimas asomaron a sus ojos.

"Los dos tuvimos militancia estudiantil, sindical y política. Nos hemos apoyado siempre, estando de acuerdo y no estando de acuerdo con la decisión que toma el otro", manifestó.

Con Martínez se conocieron en la adolescencia a través de amigos en común. Motta con 15 años ya estaba ennoviada con él, a los 18 se casó y a los 20 tuvo su primer hija. Hoy tienen 42 años de casados, tres hijas y siete nietos.

"Tenemos la idea de que la familia es importante y los afectos también. No todo es trabajo", afirmó la docente. De hecho, al día siguiente de reunirse con El Observador tenía planeada una ida al cine con todos sus nietos aprovechando las vacaciones de julio.

Clavel, que los conoce bien y ha compartido varios veranos, manifestó que "son una familia súper unida". "Daniel y Laura fueron siempre padres muy presentes con sus hijas y hoy lo son con sus nietos. Y esto a pesar de la demanda que supone llevar a una carrera política además de la profesional", expresó.


"Laura pasó por todos los cargos: profesora, dirección, inspectora y consejera. Eso no es muy común", Estela Alem


De los veranos compartidos, recordó el de 2005 y los dos siguientes en que alquilaron una casa juntos (15 personas bajo un mismo techo) durante el carnaval de La Pedrera y sacaron adelante una comparsa, que denominaron La Utopía.

"Compramos una pieza de tela rayada roja, blanca y negra. Durante dos noches cosimos con Laura la bandera. Y dimos a cada integrante una trozo distintivo para utilizar como quisiera. Además todos debían ir vestidos de esos colores", rememoró Clavel.

Contó que al principio los únicos integrantes eran miembros de ambas familias. Sin embargo, en los años siguientes se fueron sumando otras personas. Un año llegó incluso a participar María Julia Muñoz.

También recordó la maratón del cerro San Antonio, que resolvieron correr juntas, aunque ningún integrante de sus familias confiaba en ellas. "Cuando llegamos, Laura sacó una foto para que quedara de prueba", contó, entre risas. Motta "es una persona muy creativa, que siempre está pensando en algún desafío. Eso tanto en su vida profesional, como personal", indicó. De hecho, en setiembre se va a hacer el camino de Santiago con amigas, adelantó.

Sin embargo, con respecto al futuro político de su marido prefiere mantener un perfil bajo y no hablar de posibles candidaturas presidenciales antes de tiempo. Si Martínez decide finalmente ser candidato por el Frente Amplio, "lo voy a acompañar, como lo he hecho siempre, pero no es momento para hablar de eso", señaló.

Consultada si se ve como primera dama, manifestó: "Es un tema que todavía no está en discusión". "Lo que pienso es que a futuro voy a seguir trabajando, estudiando y metiéndome en los problemas lo más a fondo posible, procurando que todos tengan las mismas posibilidades que tuve yo. De forma, que el punto de partida no sea diferente (entre los uruguayos), sino que todos tengan las mismas oportunidades", afirmó la docente, cuyo próximo paso en su carrera puede ser el de convertirse en la mujer más importante del país.

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