El crecimiento de los centros educativos, señala Medina, suele darse mediante grandes inversiones que se dan a largo plazo. "Lo hacen escalonado, compran un padrón y si les va bien hacen la parte de secundario o el maternal, entonces prevén metros cuadrados ociosos para una posible expansión", explica.
En la práctica, ese desarrollo supone años de planificaciones y apuestas millonarias. El colegio Areteia Bimbully es un claro ejemplo en Ciudad de la Costa. Este centro tuvo su origen en 1998, y en 2022 comenzó Primaria con solo cinco alumnos en su matrícula. “Abrieron colegios, pero también muchos desaparecieron. Hoy por hoy somos un colegio grande, pero lo somos porque se hizo una inversión importante”, señala la directora de Secundaria y también miembro de la familia fundadora, Luisa Beltrán.
Ahora, Areteia Bimbully tiene más de 1.000 estudiantes que llegan desde Ciudad de la Costa, pero también de los barrios privados de la zona y de la Costa de Oro. “Vienen muchos chiquilines de Parque del Plata, Salinas y Atlántida”, cuenta Beltrán. El colegio se encuentra en plena ejecución de un plan de inversiones de US$ 12 millones. ”Llevamos cumplido un 60%”, acota el responsable de Administración, Luis Beltrán.
La inversión se reparte en distintas etapas. Primero, sobre avenida Giannattasio, luego a la calle Apolo 8 y con nuevos edificios como el de primaria en la avenidaEduardo Márquez Castro. A eso se sumaron las canchas de futbol y hockey y el edificio de Secundaria. “Después se hizo el edificio de inicial y el polideportivo, que más allá de que teníamos la cancha de hockey y las de futbol necesitábamos el polideportivo para otros deportes como handball o vóley”, relata Beltrán.
Actualmente, Areteia Bimbully se encuentra a la espera de la aprobación por parte de la Intendencia para la construcción de un edificio nuevo para Primaria en el predio de Gianatassio de 4.000 m2 a lo que se anexará, en los próximos años, otra propiedad que tendrá un museo y un teatro, además de una piscina semiolímpica en el polideportivo.
Las inversiones se llevan a cabo gracias a fondos propios de la familia fundadora y también de financiamiento bancario.
A algunas cuadras, sobre la ruta Interbalnearia, se levanta North Schools, colegio que abrió sus puertas en 2022 y que hoy en día cuenta con 380 alumnos en su matrícula. El centro educativo de la red argentina Itínere cuenta con una sede en Ciudad de la Costa y otra en Punta del Este.
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El director del campus de Ciudad de la Costa, Gregorio Medina, afirmó que el plan de inversiones del colegio es de US$ 10 millones. Hasta ahora se llevan invertidos US$ 5 millones y la otra mitad “se ejecutará de forma gradual”.
“Sin dudas el movimiento poblacional incide en el crecimiento”, apunta Gregorio Medina y destaca que después de la pandemia esto se volvió mucho más evidente. “Eso hace que las zonas costeras vayan a contrapelo de las demás”, grafica.
North Schools proyecta continuar creciendo y, para 2027, abrirá su edificio de Secundaria. “Eso tiene que ver con la proyección de inversiones, pero también con el crecimiento poblacional”, remarca el director del centro y pone el foco en la gran cantidad de inversión inmobiliaria en la zona, “y no solo en barrios privados, también en la zona costera”.
“El 60% de nuestra población viene de Ciudad de la Costa y todavía hay más para crecer”, estima el referente de North Schools.
Un nuevo proyecto
Moorlands se proyecta en Uruguay desde hace una década. La institución que forma parte del grupo argentino St Catherine´s Moorlands esperaba formar parte de un gran proyecto en la zona de Colonia (lo que hoy de desarrolla bajo el nombre de +Colonia) con Eduardo Costantini hijo al frente del proyecto. La familia fundadora de Moorlands, de raíces uruguayas, esperaba cruzar el charco para ampliar su red de colegios a Colonia, pero aquel proyecto se frustró y con eso también cayó la posibilidad de instalar el colegio en tierras colonienses. La revancha estuvo luego de la pandemia cuando el asesor legal del grupo en Uruguay contactó al CEO de St Catherines Moorlands, Nicolás Manzitti, y le advirtió sobre el desarrollo de los barrios privados en Canelones.
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Manzitti asegura que el impulso de esa zona de Canelones se asemeja a lo que sucedió en Pilar (Buenos Aires). "Nosotros fuimos el primer colegio en la zona de los barrios de Pilar y vimos una situación muy parecida, un corrimiento que en Argentina fue hacia el norte y en Uruguay está siendo hacia el este", destaca Manzitti.
Asi fue como Moorlands llegó a instalarse este año en Olivos de los Horneros, barrio desarrollado por La Buonora y Asociados. El CEO del grupo y project manager de la sede en Uruguay asegura que se trata de una "inversión sólida y muy a largo plazo, con una calidad educativa de primer nivel".
El edificio de 1.830 metros cuadrados tiene la particularidad de haberse construido en Mass Timber y contó con la participación de Enkel, Arboreal y Gómez Platero como estudio arquitectónico. La información del estudio da cuenta de que el primer módulo destinado al sector de educación inicial y tres salas de primaria, será seguido posteriormente por un segundo y un tercer módulo, exclusivos para educación primaria y secundaria.
Moorlands que hoy cuenta con 30 alumnos, ya tiene el doble de inscriptos para 2026 y espera llegar a 80 para el próximo año lectivo y pasar a ofrecer Primaria. "La idea es trabajar siempre en personalización, con grupos pequeños", destaca Manzitti y proyecta, de cara a los próximos años, continuar creciendo y poder ofrecer todo el recorrido educativo con bachillerato internacional y certificaciones internacionales.
Nuevas inversiones
En la zona de Carrasco este en Montevideo, la Scuola Italiana también se encuentra en expansión y ejecutando un master plan de inversiones de cara a 2026. Desde la institución prefirieron no precisar el monto de estas inversiones y resaltaron que se trata de una organización sin fines de lucro en la que los recursos que ingresan, se reinvierten. “El colegio tiene 13 hectáreas y una infraestructura maravillosa que tiene que estar en permanente crecimiento”, define su directora Ana María Méndez.
En la operativa, la Scuola Italiana adecuó la infraestructura de algunos sectores, modernizó salas y modificó su edificio de Secundaria y, más recientemente, construyó una cancha de hockey profesional que se suma a su propuesta polideportiva.
“La inversión es millonaria y lo que nos motivó fue el crecimiento poblacional de la Scuola, bien contrariamente al fenómeno que se ha dado en la sociedad, cuando uno ve, lamentablemente, que hay colegios que cierran, la Scuola sigue creciendo”, dice Méndez.
El colegio cuenta hoy con más de 1.000 alumnos en su plantilla que llegan desde todo Montevideo y también, gran parte de Ciudad de la Costa.
A futuro, el Master Plan 2026, prevé la incorporación de nuevas propuestas edilicias, una modernización de la escuela media y el crecimiento del edificio de Bebe SIM, el área que nuclea a los más pequeños, de tres meses a dos años.
La competencia
“Nosotros no nos sentimos amenazados, pero sí sentimos que somos una amenaza para otros colegios”, define Beltrán del colegio Areteia y asevera que su crecimiento exponencial ha provocado incomodidad en los colegios de la zona, pero de todos modos impulsan el trabajo en conjunto con otras instituciones.
En tanto, Medina, de North School, reconoce el crecimiento de la competencia en la zona. “Si el otro crece, nosotros crecemos también”, afirma y remarca que el conocimiento se fortalece con esa interacción.
¿Qué buscan las familias?
Los referentes de las distintas instituciones educativas hicieron hincapié en la demanda de las familias que buscan colegio en el este de Montevideo o Canelones. En este sentido, coinciden en que en ese entorno el peso de la conexión con la naturaleza y el deporte es desequilibrante a la hora de definirse por una propuesta.
Ana María Méndez de la Scuola Italiana cuenta que la propuesta académica es solo una parte del interés de los padres cuando llegan a la entrevista con el colegio. “Piensan en muchos factores. Tiene que ver que sea una escuela que promueva los valores, que trabaje sistemáticamente sobre el tema del hostigamiento, que hoy por hoy es una gran preocupación, que tenga un abordaje serio y documentado sobre la salud mental”, describe al tiempo que destaca el foco de las familias en propuestas sostenibles, “buscan un colegio para toda su vida escolar”.
“Por eso no es solo el deporte o los idiomas. Buscamos dar cada vez más: ajedrez, ballet, yoga”, define la directora y hace hincapié en que el colegio abre las puertas a las 7 de la mañana y a las 23 horas muchas veces sigue habiendo actividad por la cantidad de opciones que hay para las familias. “Hay mucha actividad de padres y de adultos y de planteles después de las seis de la tarde que terminan los chicos”, sostiene.
Para Beltrán, de Areteia Bimbully, ya sean niños oriundos de Ciudad de la Costa o aquellos que llegan a la costa buscando más tranquilidad, “el contacto con la naturaleza es súper importante” y también lo es el deporte.
A su vez, desde el colegio proponen límites que, según Beltrán, suelen ser agradecidos por las familias: “Por ejemplo nunca se permitió que los celulares se usaran en el colegio. Eso es una preocupación de los padres porque les cuesta poner los límites y si el colegio los pone está bueno porque no soy yo”, resalta la referente de Areteia y agrega: “Muchos los dejan 7:30 y son las 21 y el chiquilín todavía sigue en el colegio haciendo deportes y sin usar el celular”.
Gregorio Medina de North Schools estima que la integralidad del proyecto es lo que es clave para las familias: "la parte deportiva, el vínculo con la naturaleza, el blinguismo y un colegio que respeta y cuida la diversidad".
Para Manzitti de Moorlands su clave está en volcar en Uruguay los 70 años del grupo a nivel internacional. "Es una familia la que lleva adelante el proyecto y creo que eso las familias lo valoran", sostiene y remarca que su propuesta combina vanguardia, con espacios de aprendizaje diferentes y pensados especialmente para lo que queremos enseñar".
"Los chicos están constantemente en contacto con la naturaleza. Trajimos un programa de Inglaterra llamado Forrest School, para que los chicos salgan a la naturaleza con una curricula pensada para eso", subraya Manzitti.
Finalmente Matías Medina de la CIU pone en valor el derrame que genera la inversión de los centros educativos en el entorno: "no solo desde el ámbito del mayor empleo, funcionarios, y personas que van a ir a esa zona, sino la revitalización de la aumentar los servicios complementarios como negocios de supermercado, gastronomía, clubes deportivos, centros de salud, papelerías o academias".