El directorio de Ancap se compone de cinco jerarcas políticos, pero desde hace seis meses está incompleto. El oficialismo está representado por la presidenta Cecilia San Román, el vicepresidente Ignacio Berti y el director Enrique Moreno. La oposición tiene al exsenador colorado Germán Coutinho. Al Frente Amplio le corresponde el quinto cargo, pero nunca llegó a ocuparlo, dato que suele despertar la curiosidad de dirigentes y empresarios vinculados al rubro.
El puesto llegó a tener nombre y apellido a mediados de febrero, pero a último momento el gobierno entrante tuvo que dar marcha atrás. Carolina Cosse, entonces vicepresidenta electa, había propuesto para ese lugar a Alfonso Blanco, un profesional de las energías renovables con quien coincidió como ministra de Industria y que más adelante colaboró con temas de su expertise para su campaña como precandidata a la presidencia.
La propuesta del sector de Cosse –que en el Ministerio de Industria tendría a Eugenia Villar como subsecretaria– llegó a cerrar el proceso de armado que lideraban Alejandro Sánchez como secretario de la Presidencia entrante y quien asumiría como ministra, Fernanda Cardona, según reconstruyó El Observador.
El gobierno entrante tenía previsto anunciar el viernes 14 de febrero en el edificio Plaza Alemania a todos los integrantes de los directorios de las empresas públicas.
Blanco había accedido a que La Amplia manejara su nombre para distintas responsabilidades, pero bajo la condición de mantener su actividad profesional independiente. Él es director del Programa de Transiciones Energéticas y Clima del Inter-American Dialogue, consultor senior del Banco Mundial y cofundador de la Fundación Ivy –donde se desempeñaron varios técnicos que hoy están cerca de la gestión, como Alejandro Nario y Gonzalo Márquez–. También fue secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), impulsado por Cosse como ministra.
Una vez que su nombre estuvo confirmado para Ancap, Blanco conversó con Cardona para preparar la designación de cara al viernes 14, y quedó en hacer las consultas para deslindar eventuales incompatibilidades con su actividad privada. Pero al hacerlo, detectó que podía suponer un conflicto de interés su trabajo en el Programa de Transiciones Energéticas y Clima del Inter-American Dialogue, un think tank vinculado a empresas que tienen relación comercial con Ancap. Allí también tenía contrato de confidencialidad, agregaron fuentes de su entorno.
20240903 Vista de la planta La Tablada de Ancap. IG..jpg
Foto: Inés Guimaraens
La negativa fue poco antes del anuncio oficial en el edificio Plaza Alemania y no se llegó a reponer el cargo. Desde entonces, el puesto en el directorio de Ancap quedó vacante.
Desde el entorno de Cosse dijeron para esta nota que no harían comentarios para evitar el manoseo de nombres y agregaron que la vicepresidenta electa puso a disposición todos los nombres que pudieran aportarle al gobierno, sin reclamar una cantidad concreta, ni lugar específico.
Fuentes del Poder Ejecutivo indicaron a El Observador que ya hay un nombre del Frente Amplio para esa responsabilidad y que será asignado próximamente, aunque no será de La Amplia.
El directorio armónico
Sin grandes olas en la interna, el directorio de Ancap ha logrado hasta ahora la unanimidad en torno a todas sus resoluciones, dijeron a El Observador desde el organismo. Con tres jerarcas oficialistas de perfil técnico, también ha mantenido un perfil bajo el representante de la oposición, más allá de su trayectoria política dentro del Partido Colorado. Coutinho incluso prestó su voto para el presupuesto quinquenal de Ancap.
Las principales polémicas en torno al ente hasta ahora han quedado circunscriptas a la disputa de relatos entre gobierno y oposición, así como a los ajustes de las tarifas de los combustibles que define el Poder Ejecutivo.
Ancap enfrenta ahora la puesta en marcha de la refinería de La Teja, que lleva más de 45 días sin producir, tal como informó este jueves el semanario Búsqueda. El organismo tuvo que reparar la boya petrolera de José Ignacio tras una “pequeña fisura en la soldadura” que la conecta con el fondo del mar, según había explicado la presidenta San Román en FM Gente.
La pérdida de ingresos por la inactividad se estima en unos US$ 500 mil por día, aunque estiman que a la brevedad volverá a estar operativa la refinería.