La Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (Inddhh) expresó su preocupación "por la falta de una respuesta efectiva, coordinada y con perspectiva de género", tras el caso Morosini, en que un joven de 28 años secuestró a sus dos hijos de la casa de su expareja y se lanzó a un arroyo en su auto junto con ambos niños.
Andrés Morosini había sido denunciado por violencia doméstica y tenía prohibición de acercamiento a su expareja, Micaela Ramos. Se llevó a sus hijos de dos y seis años de su casa en Soriano el pasado miércoles y se lanzó con ellos a un arroyo que está ubicado en el departamento de Río Negro.
Los cuerpos de los tres fueron encontrados sumergidos por la mañana del viernes.
"Alfonsina y Francisco –los hijos de la pareja– murieron, a manos de su padre, en un nuevo caso de violencia vicaria. Se enciende una vez más la alarma ante las fallas del Estado y sus instituciones", afirmó la Innddhh en un comunicado.
Los expertos en materia de violencia de género definen a la violencia vicaria como las acciones que se ejercen sobre los hijos para herir a la mujer.
El organismo afirmó que están ante "la necesidad ineludible de transformar el enfoque institucional" y que la protección que se requiere "no puede ser postergada".
"Es imperativo fortalecer de manera urgente las políticas de prevención y detección temprana desde los sistemas de salud y educación, garantizar la intervención de equipos especializados y erradicar de raíz los estereotipos de género que obstaculizan el acceso a la Justicia", agrega el comunicado.
"Es necesario que el Estado comprenda que las mujeres en situación de violencia continúan expuestas a dinámicas de control, acoso y manipulación, incluso después de una separación (...) La negación institucional de esta realidad constituye una forma más de violencia", sentencia la institución.