El brasileño Lula Da Silva y el español Pedro Sánchez se juntaron el 24 de setiembre del año pasado para convocar, al margen de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, un encuentro de “alto nivel” bajo la consigna: “En defensa de la democracia. Luchando contra el extremismo”. Había 20 gobiernos invitados, aparte del secretario general de la ONU, António Guterres, y el presidente del Consejo Europeo.
Los presidentes volvieron a verse las caras por videoconferencia el 26 de febrero para mantener latente ese espacio. Estaban Sánchez, Lula, Gustavo Petro (Colombia) y Gabriel Boric (Chile), pero también invitaron a otro representante que estaba a pocas horas de asumir la Presidencia de la República: el uruguayo Yamandú Orsi. Todos ellos identificados como progresistas.
Los jefes de Estado quedaron en que volverían a juntarse una vez más antes de la siguiente Asamblea General de la ONU, que tendrá lugar el 23 y 24 de setiembre. Chile se propuso como anfitrión y ratificaron la convocatoria a Uruguay cuando Petro, Boric y Lula compartieron un asado en la Embajada de Brasil en Montevideo, ya en las vísperas de la asunción de Orsi.
Ese encuentro, que data de varios meses para atrás, se concretará este lunes por la mañana en el Palacio de La Moneda. Orsi partirá este domingo por la tarde hacia Santiago junto al secretario de la Presidencia, Alejandro Sánchez, el canciller Mario Lubetkin y los asesores presidenciales Álvaro Padrón y Camilo Cejas.
Los cinco presidentes dialogarán el lunes a puertas cerradas, en un espacio que el canciller chileno Alberto Von Klaveren calificó como un “ejercicio de reflexión sobre los desafíos que enfrenta la democracia”. El nombre formal es “Encuentro de Alto Nivel Democracia Siempre”.
De las dos instancias anteriores, esta es la primera que está cuidadosamente planificada, con una agenda estructurada. Los cinco presidentes van a debatir en torno a un diagnóstico común y la consolidación a futuro del movimiento, con vistas ese día a emitir una declaración pública y con un objetivo central a corto plazo: proponerle a la próxima Asamblea General de la ONU la creación de una “iniciativa global en defensa de la democracia, los derechos humanos y la justicia social”, según reconstruyó El Observador.
Si bien no estarán en esta reunión, también hubo contactos con los jefes de Estado de Francia, Reino Unido, Sudáfrica, Australia, Canadá y México, siempre con miras a consolidar esa proyección internacional en el seno de Naciones Unidas. Los gobiernos entienden que deben lograr “una estrategia común” para enfrentar la desigualdad, la desinformación y defender la democracia, por lo que buscarán consensuar una línea a seguir de cara a la Asamblea General de setiembre.
En línea con un discurso alzado a menudo por Lula y Pedro Sánchez –y el propio Orsi en su reciente gira internacional– los mandatarios promoverán una renovación del multilateralismo ante la incertidumbre de la actual geopolítica. Sin mencionarlo de manera explícita, los discursos suelen apuntar a la incertidumbre sembrada por los anuncios arancelarios de Donald Trump desde Estados Unidos.
Tan así que, luego de la cumbre en Chile, Sánchez visitará a Uruguay y Paraguay, ambos miembros de un Mercosur con el que, según insisten en las últimas horas desde La Moncloa, España ha sido abanderada en acelerar las negociaciones para firmar el acuerdo con la Unión Europea.
Los presidentes del encuentro Democracia Siempre discutirán también a favor de una disputa narrativa contra lo que entienden como retrocesos democráticos, según supo El Observador. A modo de ejemplo, la casa de gobierno española declaró a distintos medios internacionales que pretenden “construir una contranarrativa frente al autoritarismo”.
Los presidentes también hablan de articular las acciones entre países y organizaciones civiles. En este sentido, parte de la cumbre implica a partir del mediodía un almuerzo de los cinco presidentes en la Cancillería chilena junto a referentes de think tanks e intelectuales, entre los que se cuentan el economista Joseph Stiglitz, la filósofa Susan Neiman y el economista Ha-Joon Chang. Hacia la tarde, en tanto, se espera una conferencia multitudinaria con representantes de la sociedad civil.
Por otro lado, en torno a la convocatoria de mandatarios se armó en Chile una serie de exposiciones y actividades bajo la consigna “Festival Democracia” a partir de este domingo y hasta el martes inclusive. En la mañana del lunes, por ejemplo, habrá un diálogo titulado “Apoyo a la Democracia en un nuevo orden global”, que tiene entre sus principales oradores a la expresidenta chilena Michelle Bachelet.
El panorama interno
Orsi dijo días atrás que planea estar unas pocas horas en Santiago antes de volverse, aunque también es cierto que lleva consigo a la cúpula de la Torre Ejecutiva y de Cancillería. Desde su gobierno, en tanto, reconocen que existe una “similitud de pensamiento” con Boric, Sánchez, Lula y Petro que les allana el camino, pero insisten en que Uruguay no mide la ideología de los países para establecer relaciones y mencionan como ejemplo que en agosto estará en Montevideo el presidente ecuatoriano Daniel Noboa.
En el entorno de Orsi tampoco desconocen que las próximas elecciones en Chile y España se encaminan hacia un muy probable cambio de signo de los gobiernos definidos como de izquierda o progresistas.
Sobre ese punto arremetió semanas atrás el secretario general del Partido Colorado, Andrés Ojeda, quien sostuvo ante la noticia de la cumbre presidencial que “no se debe ir a todos los asados solo porque va Lula”. “Se van de retiro ideológico con presidentes que están de salida y se rifan el futuro de nuestras relaciones internacionales”, escribió en sus redes sociales el senador de la oposición, quien aventuró que está “sin palabras” con Sánchez y que “quizás ni llegue a terminar su mandato” tras el escándalo por el caso Koldo.
A su retorno desde Chile, el español hará una fugaz visita a Uruguay para firmar con Orsi un documento titulado “Alianza País”, dedicado a temas de desarrollo sostenible, según han consignado medios españoles. Los mandatarios acordarán también un convenio internacional para la cooperación en materia de seguridad y lucha contra el crimen organizado.
La incursión del líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en Montevideo incluirá también la visita a Lucía Topolansky en la chacra de Rincón del Cerro, en la que vivió hasta sus últimos días el expresidente José Mujica.