20240522 Entrevista Juan José Malvárez, director de DINALI (5).jpg
Foto: Inés Guimaraens
El nacionalista Álvaro Delgado y la frenteamplista Carolina Cosse se cruzan en duros términos sobre los casos judiciales más polémicos de la agenda pero coinciden en querer cambiar leyes vigentes para que haya más empleo para los liberados. El primero, que tiene entre los suyos al exministro Martín Lema, habla de ampliar la cobertura y del "hito" de haber trasladado a la Dinali desde el Ministerio del Interior al de Desarrollo Social, mientras la segunda dedica una parte importante de su plan de seguridad a acompañar a liberados con un programa personalizado que en buena medida comparte la línea impulsada por este gobierno.
"Lo que no ejecutó el Mides es 60 veces el presupuesto de la Dinali, no puede ser", reclamaba en 2017 Jaime Saavedra, el exjerarca de extensa trayectoria y carisma cristiano que el blanco Jorge Larrañaga quiso mantener bajo su administración y que hoy Yamandú Orsi muestra entre sus asesores.
El año que viene, gobierne quién gobierne, “es fundamental”, asegura Malvárez, porque “se vota el Presupuesto (quinquenal) y es donde se juega el partido para que la Dinali tenga lo que necesita”. “Si estamos todos de acuerdo, la mejor forma de sellarlo es que el presupuesto aumente”.
“Se habla mucho de la redistribución de la riqueza, pero la primera redistribución que hay que hacer es en el Estado”, sostiene. A “título personal”, Malvárez se pregunta: “Para todo lo que destinamos al Ministerio de Defensa, ¿se adecúa a los resultados y a las necesidades que el país tiene en otras áreas?”.
A sabiendas de que “la frazada es corta”, aclara que no tiene “ningún problema ideológico con las Fuerzas Armadas” y que de hecho tiene “familiares que son excelentes militares”, además de que puede haber “nuevas áreas como la ciberdefensa” que exijan inversiones.
“Pero por otro lado uno mira el territorio y ve que el Ejército de repente tiene una distribución de su logística que responde a problemáticas del 1900, no de ahora. Encima, en muchos lugares es una fuente de trabajo. No es tanto un tema de defensa, sino social. Es sencillo decirlo y muy difícil llevarlo a la práctica. Pero creo que es un debate que hay que darlo”.
20240522 Entrevista Juan José Malvárez, director de DINALI (3).jpg
Foto: Inés Guimaraens
Para Malvárez sí han habido avances, en tanto “la institucionalidad de la Dinali es una construcción de mucho tiempo”, desde el Patronato de Encarcelados y Liberados del siglo pasado a una dirección específica creada durante el gobierno del FA para acompañar los egresos, hasta su traslado de cartera en este período para propiciar el progresivo avance del Mides en las cárceles.
“No solo cambió la impronta y el enfoque, que queremos que sea muchísimo más social, sino también a acceder en la práctica a recursos que son propiamente del Mides. De hecho, toda esta obra se hizo con fondos Mides y costó casi lo mismo que todo nuestro presupuesto”.
Malvárez muestra las renovadas instalaciones de Sitio Grande y Burucayupí, en el barrio Bella Vista, que inauguró el año pasado el presidente Luis Lacalle Pou para albergar talleres y oficios para hasta 200 ex reclusos en simultáneo. Dos de ellos saludan amablemente y continúan en la tarde del miércoles con sus tareas de carpintería, de la que pueden vender lo producido como monotributistas. Una empresa del rubro de las bebidas, por ejemplo, ya encargó el armado de pallets.
Las obras siguen, pero todavía están muy lejos de estar funcionando al máximo.
Malvárez asegura que la Dinali debe apuntar a “tres patas”, a sabiendas de que “la gente no se puede eternizar” en las facilidades prestadas por el organismo: una de capacitación –ya están empezando, mediante convenios, los talleres de informática, cocina, costura, radio, herrería, carpintería–; lo laboral, para que tengan espacio para “seguir con su changa”; y una función de “incubadora” para los menos contenidos al reinsertarse a la sociedad.
“¿Nos conforma? Claro que no. Pero hemos sido realmente especialistas en creatividad, porque te lleva a tener que ver cómo dar respuesta. (...) En la interna tenemos charlas sobre lo que nos gustaría, pero después hay que trabajar con la realidad, salir a golpear puertas. Lógicamente, hay que dotarla de recursos para darle una escala mayor”.
En un discurso similar al del frenteamplista Jaime Saavedra, aunque sin números constatables hasta que la Dinali no cruce datos con la plataforma del Mides, Malvárez asegura: “Lo que hacemos acá repercute en las cifras de delitos”. “Si el trabajo nuestro es exitoso, va a haber menos reincidencia”.
20240522 Entrevista Juan José Malvárez, director de DINALI (6).jpg
Foto: Inés Guimaraens
Según los datos del Ministerio del Interior, casi tres de cada diez ex reclusos en 2019 volvieron a caer presos antes de los seis meses de haber salido en libertad. La cifra asciende a casi siete de cada diez en un plazo de tres años.
Mientras tanto, hay cada vez más privados de libertad: 15.651 fue la última cifra brindada en el Parlamento por el titular del Instituto de Rehabilitación, Luis Mendoza. “Hay un incremento de más de 3.800 (...) que ha provocado un hacinamiento en algunos lugares”, resumió.
“El cambio de fondo es cultural”, declara Malvárez. “Le estamos pidiendo a alguien que sale de una unidad penitenciaria, donde en muchos casos impera una cultura de sobrevivencia, que pase a vivir en una cultura de convivencia”.
Hoy hay 512 liberados trabajando con programas de la Dinali. El gobierno subsidia los sueldos que las empresas paguen como empleados a ex reclusos, pero la herramienta se cuenta en decenas entre decenas de miles de liberaciones.
“Es un proceso de recuperar determinadas habilidades sociales que es necesario pasar. Las pasantías nos permiten tener a la gente cerca, evaluarla y pensar en derivarla a empresas. Ahí vas a tener un superior, te va a dar órdenes, te va a corregir y está bien, no te tenés que pelear. Eso, que nos parece obvio, en muchos casos no lo es".
Para la reinserción, opina el jerarca, “no hay magia”: “La llave para que la aguja se mueva es que haya una articulación profunda. No depende solo de nosotros. Es imposible pensar en una rehabilitación si no hay atención de verdad en salud mental y adicciones”.
El perfil cristiano al frente de la Dinali
Oriundo de Treinta y Tres, Juan José Malvárez creció desde niño jugando maquinitas en la esquina de un comité de Edgardo “Garufa” Mier, exdiputado del Partido Nacional. “Los padres de un amigo mío estaban ahí, y para que no molestáramos nos tiraban unos mangos (...) Garufa es políticamente un padre”.
20240522 Entrevista Juan José Malvárez, director de DINALI (8).jpg
Foto: Inés Guimaraens
Con los primeros recuerdos de las caravanas del exintendente Wilson Elso se mezcla la vocación religiosa cultivada en el colegio salesiano olimareño. A los 24 años, ya instalado en Montevideo, se planteó el “discernimiento para la vida religiosa” y vivió junto a los salesianos como aspirante a cura, además de estar un mes con los Carmelitas del Prado. “Fueron dos años y medio muy buenos, pero no era por ahí la cuestión”.
Hoy está casado y tiene un hijo, pero lleva a Don Bosco pegado en el termo. “Gracias a todo eso” conoció los asentamientos en la zona de Villa Colón y se vinculó al Movimiento Luceros, que “fue tocar una realidad muy dura” y “un cambio de chip grande”, hasta coordinarlo. “Llegamos a ser más de 350 voluntarios, fue una demencia”.
La experiencia como voluntario y la militancia blanca lo llevó a reunirse con el todavía senador Lacalle Pou en 2018, y a ingresar como adjunto del programa Calle del Mides cuando asumió el nuevo gobierno. Según el último censo, la mitad de las personas en situación de calle declaran haber estado antes en la cárcel.
El 17 de abril de 2023 el presidente Luis Lacalle Pou firmó su nombramiento al frente de la Dinali. Sus dos antecesores comparten con él la raíz cristiana: Gustavo Silveyra, que fue el designado por Larrañaga para suplantar a Jaime Saavedra, es un pastor evangélico vinculado al diputado Álvaro Dastugüe. Saavedra, cercano al MPP, viene de la Sagrada Familia y durante años trabajó en cárceles con el difunto sacerdote Uberfil Monzón.
En tiempos de campaña, Malvárez prefiere no partidizar el debate. "Trato de cuidarme mucho en mis expresiones, porque hay una causa superior a cuidar. Sino, entramos en un terreno en que los que pierden son los muchachos y muchachas que atendemos. Ya no podemos mirar más para el costado".