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Cebolla Rodríguez: dos clásicos y 18 partidos para cerrar el ciclo en Peñarol

Tras un año a puro encontronazo con la dirigencia y rendimientos en cuentagotas al capitán de Peñarol se le vence contrato a fin de año y de no cambiar radicalmente la pisada se tendrá que ir del club
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05 de noviembre de 2020 a las 15:20

De los 17 partidos que Peñarol lleva disputados por el Campeonato Uruguayo 2020, su capitán y jugador insignia, Cristian Rodríguez, disputó 12 y solo en tres fue titular. En la Copa Libertadores, donde el aurinegro firmó un nuevo fracaso internacional en fase de grupos, solo estuvo en dos partidos sumando apenas 53 minutos. En la Copa Sudamericana fue titular en los dos encuentros ante Vélez Sarsfield, pero el equipo terminó tristemente eliminado. Es la realidad del Peñarol del último año y medio: el que más tiene que tirar del carro juega entre algodones.

Y el tiempo se acaba. El contrato que el jugador firmó, en enero de 2017 y extendió en junio de 2018, expira el 31 de diciembre de este año. Quiere decir que a Cristian Rodríguez (35 años, cumplidos el 30 de setiembre), el salario más alto del plantel, le quedan 20 partidos con la camiseta de Peñarol. Los cinco que restan de un Torneo Intermedio que Mario Saralegui hipotecó priorizando ilusamente la Sudamericana, y los 15 del Torneo Clausura, que incluyen dos clásicos. Eso siempre y cuando llegue a un acuerdo con la dirigencia para extender su contrato para finalizar el certamen en febrero, en una temporada alargada debido a la pandemia de covid-19.

La decisión pasará por la nueva directiva que será electa el 5 de diciembre y que asumirá funciones 15 días más tarde. También pesarán los informes que elabore el área técnica del club, actualmente comandada por José Brancato y Darío Rodríguez. Y de acá a esa fecha es muy difícil pronosticar que siga en funciones Mario Saralegui.

El domingo, a la hora 18 en el Campeón del Siglo, y el miércoles a las 16 en el Capurro, Peñarol retomará la actividad local donde no gana desde el 6 de octubre, cuando venció a Progreso por la penúltima fecha del Apertura. 

La alteración del calendario del Intermedio, sufrido por la postergación de los partidos Deportivo Maldonado-Nacional y Defensor Sporting-Peñarol porque ambos grandes rompieron la burbuja sanitaria en contravención a lo dispuesto por el Ministerio de Salud Pública y Conmebol, movió el clásico –última fecha del certamen– para el domingo 22 de noviembre. Tres días después, Nacional deberá visitar a Independiente del Valle en Quito, en partido de ida de los octavos de final de la Copa Libertadores.

El rendimiento del Cebolla Rodríguez será mirado con lupa como referente del plantel.

Desde su retorno al club, el Cebolla disputó 15 clásicos de los que ganó seis, empató siete (uno lo perdió por penales, la final de la Supercopa 2019) y perdió solamente dos.

Pero estuvo ausente en dos fundamentales por un rebelde desgarro de sóleo: la final del Clausura 2020 y la final del Uruguayo 2020. Ahí, Peñarol perdió un tricampeonato.

Su calvario de lesiones –que se arrastra al día de hoy– había comenzado a mediados de 2019, pero en realidad su presencia en los clásicos (perfecta en 2017 y 2018 con todos los minutos en cancha en ocho partidos) comenzó a mermar en enero de ese año cuando, en un amistoso, entró para jugar los 10' finales. En la dura derrota del Intermedio 2019 entró para jugar los últimos 28'. De los últimos siete clásicos, solo en tres jugó el partido entero.

Más que un tema futbolístico, lo del Cebolla es un tema físico. Peñarol asumió ese riesgo en 2017 porque el jugador venía de padecer 13 lesiones en dos años entre Atlético de Madrid, Parma, Gremio e Independiente. La jugada salió perfecta entre 2017 y 2018: bicampeonato, mejor jugador del Uruguayo 2017 en la encuesta que anualmente organiza Referí y símbolo de un equipo ganador, tanto con Leo Ramos, como con Diego López en la conducción.

Todo cambió el año pasado. Ya para mal. Sus presencias pasaron a ser intermitentes. Sus lesiones musculares frecuentes. Su influencia en el equipo limitada. La ecuación costo-beneficio se le empezó a desplomar a Peñarol.

Números en declive
2017: 35 partidos (30 titular) de 45 posibles, 15 goles. Minutos jugados: 2.760.
2018: 29 partidos (28 titular) de 47 posibles, 15 goles. Minutos jugados: 2.447.
2019: 32 partidos (22 titular) de 40 posibles, 7 goles. Minutos jugados: 1.886.
2020: 16 partidos (5 titular) de 25 posibles, 2 goles. Minutos jugados: 781.

A estos números que bajan sistemáticamente, la relación de Rodríguez con la dirigencia se fue desgastando considerablemente.

El primer cruce lo tuvo cuando todo era color de rosa, en mayo de 2018, cuando pidió en una conferencia que sacaran de la lista de inhabilitados a ingresar a los estadios a hinchas de Peñarol con antecedentes de haber estado en hechos de violencia en torno al fútbol.

En enero de 2019 le pasó un mensaje a la dirigencia cuando las negociaciones para renovar contrato con el argentino, Lucas Viatri, no habían llegado, inicialmente, a buen puerto.

Y este año, durante la pandemia, se produjo un quiebre significativo. Como capitán del grupo, el Cebolla lideró la negociación con los dirigentes para cobrar el complemento de los sueldos luego de que los futbolistas fueron mandados al seguro de paro.

Tras tensas y largas negociaciones se llegó a un acuerdo en el que la dirigencia de Peñarol asumió una importante deuda con los jugadores que heredará a la nueva directiva.

Pero cuando Peñarol volvió a los entrenamientos, el área deportiva presentó un informe revelando que el jugador volvió con una importante lesión muscular y sobrepeso.

La dirigencia pretendió sancionarlo quitándole la cinta de capitán, pero el entrenador, Diego Forlán, no respaldó esa decisión analizada en el propio consejo directivo del club.

El jugador invitó a los dirigentes a que fueran a pesarlo a Los Aromos. Reconoció que había padecido un pequeño desgarro entrenando pero dijo que para el clásico del Apertura, del 8 de agosto, iba a llegar sin problemas: "Estoy sobrado", dijo. El día del clásico quedó en el banco de suplentes y Diego Forlán lo mandó a la cancha para el arranque del segundo tiempo.

En marzo, el jugador había festejado un gol (a Danubio) contra la Tribuna Damiani realizando gestos que fueron mal vistos por los hinchas. El jugador tuvo que salir a aclarar que no insultó a nadie sino que arengó a su parcialidad. En octubre de 2019 ya había sido criticado por saludar el regreso de las banderas y los bombos a la Tribuna Cataldi y no hacerlo con los demás parciales.

Esos hechos –y el termómetro de las redes sociales– revelan que la relación con el hincha ya no es la misma. Mucho menos aún con el dirigente. El ciclo del Cebolla en Peñarol se termina al final del Campeonato Uruguayo 2020, y si no hay un cambio radical difícilmente la nueva dirigencia le renueve el contrato por el contrapeso económico por su alto ingreso salarial y el descenso en su rendimiento deportivo.

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