Decenas de países buscan ingresar al grupo económico creado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS) que en agosto pasado sumó a otras cinco naciones: Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
Treinta y cuatro gobiernos presentaron una “expresión de interés” en unirse al bloque de las principales economías emergentes, dijo a los periodistas la ministra sudafricano de Asuntos Exteriores, Naledi Pandor, aunque se excusó de dar los nombres dado que se trata de un primer paso.
El bloque BRICS, creado en 2010, experimentó su primera ampliación el 1 de enero de 2024, tras la reunión de Johannesburgo de agosto de 2023, cuando se concretó la incorporación de Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Estos tres últimos países son fuertes productores de energía y le suman músculo al bloque.
Rusia, que asumió la presidencia rotativa el primer día de este año, aceptó formalmente las solicitudes de la reunión de Johannesburgo y tendrá la tarea de supervisar el organismo desde su ampliación con el desafío de que este anuncio de la canciller sudafricana muestre una ampliación mayor.
Para el Kremlin, empeñado en una guerra invasiva que va a cumplir dos años, se trata de un oxígeno en la arena diplomática y política, dadas las sanciones que recibió de la Unión Europea y de Estados Unidos además de otras naciones.
China busca remodelar un sistema internacional que considera injustamente dominado por Estados Unidos en medio de crecientes fricciones con Washington y Occidente. Los BRICS se posicionan como la respuesta del Sur Global a las principales economías desarrolladas del Grupo de los Siete (G7), integrado por Estados Unidos, la Unión Europea, Japón. Alemania. Reino Unido. Francia. Italia y Canadá.
Beijing es un motor clave en la expansión de los BRICS ampliados mientras el líder Xi Jinping impulsa un cambio en el orden mundial, con la consigna de “multilateralismo”, que le permitió forjar alianzas más estrechas con actores globales clave desde Rusia hasta Medio Oriente y fortaleciendo los organismos internacionales donde Beijing tiene influencia.
La posición de Rusia en la presidencia del bloque del Sur Global será una oportunidad clave para que Vladimir Putin limite el aislamiento de su país y se presente como un actor clave en un escenario diplomático amplio, ya que los líderes mundiales suelen viajar al país anfitrión para una cumbre anual.
Putin, con una condena de la Corte Penal Internacional por delitos cometidos en Ucrania, no sale de su país salvo a naciones que no van a proceder a su extradición. De hecho, en la cumbre de agosto en Johannesburgo, participó de modo remoto. Eso no le restó ningún protagonismo.
Se espera que la reunión del BRICS ampliado tenga lugar en octubre en la ciudad de Kazán, en el suroeste de Rusia. Al asumir la presidencia anual, a principios de este año, Putin alentó a los representantes “de todos los países interesados en cooperar con nuestra organización” a participar en los eventos y dijo que Rusia esperaba “trabajar productivamente con todos los países en la órbita BRICS”, según la agencia Tass.
En su origen, el grupo tomó forma como una reunión a nivel de cumbre entre Brasil, Rusia, India y China en 2009 y se expandió para incluir a Sudáfrica dos años después. Seis nuevos países BRICS fueron invitados durante la cumbre de 2023 en agosto pasado.
Entre los invitados, sólo Argentina se negó a unirse, tras la elección del presidente de extrema derecha Javier Milei. Sin embargo, para Beijing hubo un triunfo diplomático muy importante ya que China desempeñó un papel de intermediación en el restablecimiento de los vínculos entre sus antiguos rivales Arabia Saudita e Irán.
Los nuevos países le dan más potencia a los BRICS, que avanzan hacia una mayor coordinación diplomática y financiera, incluida una propuesta de reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y un alejamiento de un sistema comercial dominado por el dólar estadounidense.
Los ministros de Finanzas trabajan para desarrollar el uso de monedas locales para pagos entre estados miembros y plataformas de pago internacionales para “corregir lo que consideramos un sistema de pago bastante injusto y costoso”, dijo la ministra de Exteriores de Sudáfrica Naledi Pandor este miércoles.
(Con información de agencias)
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