Represa de Paso Severino en Florida

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El agua que se "perdió" de Paso Severino y el argumento del gerente general de OSE para también hacer la obra en Casupá

En verano de 2022 la represa de Paso Severino desbordaba de agua, pero la mayoría terminaba desperdiciada en el Río de la Plata
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30 de mayo de 2023 a las 05:01

En pleno verano de 2022, la reserva de agua de Paso Severino, en Florida, desbordaba. Lejos de contar los metros cúbicos que se gastaban cada día, OSE medía la cantidad de agua que se terminaba yendo desperdiciada al Río de la Plata.

Un año antes de la crisis del agua, de ver cómo la represa de Canelón Grande quedaba totalmente seca y de que el agua de la canilla fuese salada, millones de metros cúbicos de agua pasaron por Aguas Corrientes rumbo al Río de la Plata. Paso Severino desbordaba y el río Santa Lucía había traído agua como para abastecer 100 días al área metropolitana.

Pero OSE solo pudo captar para potabilizar entre 4,5 y 5 millones de metros cúbicos. Es decir: hubo 100 millones de metros cúbicos que siguieron su curso hacia el río y que, si se hubiesen retenido, hoy asegurarían unos seis meses de abastecimiento de agua dulce en el área metropolitana.

Embalse de Canelón Grande

El gerente General de OSE, Arturo Castagnino, advirtió al directorio del ente en enero de 2022 de la cantidad de agua que se estaba desperdiciando hacia el Río de la Plata. En el informe, Castagnino apuntó que entre el 28 de enero y el 3 de febrero de 2022, la represa de Paso Severino desbordó más de 18 millones de metros cúbicos de agua. El equivalente a un mes de lo que consume el sistema metropolitano.

El  jerarca también les informó a los directores que entre el 24 y el 30 de enero de 2022, el río Santa Lucía Grande a la altura del cruce de la ruta 5 trajo 60 millones de metros cúbicos y en esa misma semana, 105 millones pasaron a la altura del río Santa Lucía Grande con la ruta 11.

Paso Severino desbordaba su capacidad máxima.

Bajo los argumentos de toda el agua que se desperdició y que ahora, de tenerla, ayudaría a mitigar el impacto de la falta de lluvias, el gerente general de OSE sostiene que "hay que construir Arazatí y Casupá". La primera es iniciativa del actual gobierno y la segunda de los gobiernos frenteamplistas.

¿Falta de agua o problemas para gestionarla?

Un año después del informe que remitió Castagnino al directorio de OSE, el ente podría haberse quedado sin reservas de agua dulce para abastecer al área metropolitana. Es decir, si no se mezclaban las aguas de la represa de Paso Severino con las de aguas abajo del Río de la Plata, "en febrero de 2023 ya se habrían agotado las reservas de Paso Severino”, dijo el gerente general a El Observador.

En verano de 2022, la represa de Paso Severino había superado su capacidad

Aunque la empresa pudo mantener hasta ahora el suministro de agua, tuvo que incrementar los niveles de sodio y cloruros permitidos para poder abastecer a toda la población de Montevideo y el área metropolitana. "El 26 de abril continuábamos sin interrupciones del servicio, evitando los riesgos biológicos y virales y protegiendo la salud pública", destacó Castagnino sobre no haber tomado la decisión de hacer cortes de agua programados.

Los gobiernos anteriores y el actual saben que la gestión del agua en Uruguay necesita obras e inversión. Que para retener el agua que se desborda se necesitan recursos y que para entregar agua de calidad de forma sostenida y más allá de las sequías, también.

Las obras de Casupá y Arazatí, que defienden unos y otros, resuelven diferentes problemas. En el caso de la represa de Casupá, la obra podría evitar el desperdicio cuando Paso Severino pasa por épocas de desborde de agua. El área metropolitana seguiría tomando agua de la misma fuente, pero en mayor cantidad y podría asegurar reservas para las épocas de sequía.

Por otro lado, el proyecto Neptuno –en Arazatí– es una obra tres veces más cara que la de Casupá pero que generará nueva infraestructura para potabilizar el agua y que tendrá como fuente el Río de la Plata que, para los usos que precisa el área metropolitana, es infinita. 

La principal desventaja que tiene este proyecto es que si bien la mayoría del año el agua en Arazatí es dulce, se registran eventos de salinidad, lo que impide que se pueda tomar para potabilizar en esos lapsos.

Sin obras a corto plazo, ¿qué sigue ahora?

En OSE ven a la crisis como "una pelea" que dan "día a día, sin respiro" y tomando decisiones "en un escenario cambiante", consideró Castagnino. Por eso se buscan soluciones y alternativas que mantengan el suministro de agua a la población y, en algunos casos, que se entregue agua de mejor calidad.

El final de la semana pasada llovió unos 45 milímetros en la cuenca del Santa Lucía, que no aumentaron la cantidad de agua en las reservas, pero hicieron que al menos la represa de Paso Severino mantuviera su nivel estable.

El gerente general informó que en Paso Severino las reservas se mantuvieron en 4.260.000 metros cúbicos. "Es una buena noticia aunque la situación continúa", dijo. El consumo diario es de 531.000 metros cúbicos; por lo tanto, si el sistema dependiera solo del agua dulce de la represa –y no se mezclara, como se está haciendo ahora– habría agua para unos ocho días.

Sin embargo, el nivel de agua que está usando OSE de Paso Severino es de 230.000 metros cúbicos, por lo tanto, las reservas podrían durar unos 18 días en unas condiciones incambiadas –sin lluvias ni otras fuentes de agua que puedan incrementar el caudal del Santa Lucía, por ejemplo–.

A su vez, el río Santa Lucía Grande "trae más agua hacia la Usina de Aguas Corrientes, lo que alivia la extracción de agua de Paso Severino" y el bombeo de agua salada del Río de la Plata alcanzó "un valor muy bueno, en el orden del 65% del agua bruta total captada para el tratamiento, lo que ha permitido ahorrar y preservar reservas en Paso Severino", explicó Castagnino.

Para quitarle la sal al agua, OSE va a usar tres desalinizadoras: una de UTE, otra que recomendó comprar UTEC y una que ofreció la empresa UPM.

La desalinizadora de UTE, que está en la planta de Punta del Tigre, desalinizará cuatro mil metros cúbicos de agua por día, por lo que podrá abastecer a unas 400 mil personas. El agua que se obtenga de allí se mezclará con agua de OSE se distribuirá en camiones cisterna, envasada en sachets de un litro o en tanques de distribución de OSE. Esa solución "pensada para hospitales o centros de enseñanza", dijo el presidente de OSE, Raúl Montero, la semana pasada.

Por otro lado, la desalinizadora que recomendó comprar la UTEC estará "en unos días" en Montevideo, porque hubo que acordar el traslado desde Houston, Estados Unidos. La planta que ofreció UPM "está en proceso de desinstalación y se reinstalará en pocos días", precisó el gerente general de OSE.

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