Con un saludo frio, en comparación con el cálido apretón de manos que el viernes le dio al magnate estadounidense Bill Gates, el presidente chino Xi Jinping recibió este lunes al secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, en el segundo y último día de su visita a Beijing para distender las relaciones entre ambos países.
Se trata del primer viaje a la capital china de un secretario de Estado estadounidense desde 2018, antes del estallido de la pandemia y de la crisis entre ambos países a raíz del apoyo de Washington al gobierno de la isla de Taiwán, que China considera parte inalienable de su territorio.
En declaraciones al comenzar el encuentro, Xi dijo a Blinken que espera que su visita aporte un "resultado positivo para la estabilización de las relaciones entre China y Estados Unidos", de acuerdo con la televisión pública china.
Antes de reunirse con Xi, Blinken se entrevistó con el jefe de la comisión de asuntos exteriores del partido Comunista chino, el excanciller Wang Yi, para quien la visita "se produce en un momento crítico en las relaciones sino-estadounidenses", según la televisión china CCTV.
"Es necesario elegir entre el diálogo y la confrontación, la cooperación o el conflicto", dijo Wang, quien alentó a recuperar una senda "sana" en la relación bilateral y a "trabajar juntos" para que China y Estados Unidos "se lleven bien".
El alto dirigente chino reiteró lo que, dejando de lado la puja tecnológica entre ambas naciones, es para Beijing el núcleo del actual crispamiento de las relaciones entre las dos primeras potencias económicas del mundo: la cuestión de Taiwán, cuyas autoridades de un partido independentista han sido cortejadas por autoridades y parlamentarios de la administración Biden.
Beijing interpreta esta conducta como un aliento al independentismo del partido de gobierno de Taiwán, que replicó con ejercicios militares de envergadura en torno a la isla independizada en 1949 pero cuya reunificación es parte central de la política china.
"El mantenimiento de la unidad nacional sigue en el núcleo de los intereses fundamentales de China", y "en este asunto, China no tiene margen para transigir o ceder", enfatizó Wang.
El secretario de Estado norteamericano ya había sido recibido el domingo por el actual ministro chino de Relaciones Exteriores, Qin Gang, situado jerárquicamente por debajo de Wang Yi.
El encuentro duró siete horas y media, más tiempo del previsto, y ambas partes acordaron mantener abiertas las comunicaciones para evitar futuros conflictos.
Tras esa reunión, ambos países dijeron que Qin aceptó un ofrecimiento de visitar Washington próximamente.
Las conversaciones del domingo fueron "sinceras, sustantivas y constructivas", aseguró por su parte el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
Blinken destacó "la importancia de la diplomacia y de mantener abiertos los canales de comunicación sobre todos los temas para reducir el riesgo de percepciones y los errores de cálculo", agregó Miller.
A puerta cerrada, Qin dijo a Blinken que los vínculos entre Estados Unidos y China "están en el punto más bajo desde que se establecieron relaciones diplomáticas" en 1979, según la televisión estatal CCTV.
"Esto no se ajusta a los intereses fundamentales de estos dos pueblos ni a las expectativas comunes de la comunidad internacional", declaró Qin en el diálogo con Blinken.
La visita de Antony Blinken es la primera de un secretario de Estado estadounidense a China desde el viaje en octubre de 2018 de su predecesor, el republicano Mike Pompeo.
(Con información de agencias)
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