A Felipe Villamayor, estudiante avanzado de la Facultad de Información y Comunicación de la Universidad de la República, le prohibieron el ingreso a la sede universitaria mientras investigan sus supuestos ataques verbales a docentes.
Tal como informó El Observador, en un artículo publicado en la revista digital A Contrapelo, Villamayor da seis razones por las que se desencantó de la propuesta académica que cursó —o al menos intenta advertirles a sus lectores qué deben saber antes de inscribirse a esa carrera— tilda a algunos profesores que “son una pija” y cuestiona a “tres feministas a ultranza, las tres un vómito de feas”.
Pero el estudiante aclaró: “Es cierto que tengo una propuesta estética soez, pero no soy un terrorista”.
Villamayor desmiente que haya interrumpido violentamente en una clase para promocionar sus publicaciones de la revista digital. Dice que ni siquiera agredió o increpó a los docentes, “salvo descalificaciones en el artículo” que justifica por su propuesta de “periodismo under en que se dice lo que muchos piensan pero no se animan a decir”.
El Consejo de la Facultad de Información y Comunicación había determinado —según la decana por unanimidad, según Villamayor solo por siete votos— la prohibición del ingreso a la institución del estudiante al menos durante los “cuatro o seis” meses que dure la investigación en su contra.
“A esta medida excepcional —la primera de este tipo en la Facultad que recuerde la decana Gladys Ceretta— se llega más de un año después de sucesivos intentos de conversar con el estudiante para entender qué motiva sus agresiones y luego del pedido de docentes que realmente están asustados”, explicó a El Observador Ceretta.
Villamayor dice que solo fue citado dos veces y que una vez lo llamó alguien para intimarlo a que baje el polémico artículo de su revista digital, pero “era una voz afeminada, amariconada” que no lo intimidó.
—¿Decir que la voz era “afeminada y amariconada” no es insultante?
— Puede ser ofensivo, pero en eso consiste la propuesta de la revista under. No quiero volverme una promesa del periodismo. Escribo lo que me sienta. No me cuido en ese sentido.
Como parte de su estrategia de promoción del artículo, cuenta el joven, en febrero de 2022 encendió dos computadoras de la biblioteca de la FIC y puso el enlace al artículo en la página de inicio.
“El 31 de marzo (de este 2023) ingresé a un salón semivacío, estaba la clase terminada. Y en seis o siete bancos dejé impreso el artículo y un código QR” que direccionaba a la revisita digital, cuenta. “No pasó nada, nadie lo vio (de hecho muestra capturas de conversaciones de Whatsapp sobre la poca repercusión de esa estrategia promocional) y no ataqué a nadie”.
Villamayor, quien aclara que nunca se le propuso ponerse en contacto con un psicólogo, reitera que no es un terrorista y que “hay cámaras a disposición: si hubiera atacado estaría preso”.
—¿Por qué considera que le prohíben el ingreso a la FIC?
—Hay un ensañamiento hacia mi figura y mi artículo. Es todo una exageración. La resolución no se ampara en ninguna normativa. Quieren cercenar mi libertad de expresión.
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