En Artigas comenzó a morir ganado debido a la falta de agua y alimento en los campos.

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La sequía que mata: rescató una oveja, pero no pudo salvar a un ternero y a su madre

En una recorrida por campos de Artigas, un técnico del Plan Agropecuario se encontró con la cara más dura de la sequía para los ganaderos: animales muertos
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14 de enero de 2023 a las 05:01

El técnico del Instituto Plan Agropecuario, Javier Fernández, ofició de salvador hace unos días, cuando en una recorrida por un campo en Artigas rescató a una oveja que estaba por morir al no poder salir de un tajamar seco en el que quedó enterrada. 

En ese departamento comenzó a morir ganado debido a la falta de agua y Fernández lo enfrentó en carne propia: el mismo día y en ese mismo tajamar se encontró con una vaca y su ternero muertos en el barro seco.

La oveja, aún con vida, en el mismo tajamar en el que yace la vaca que murió por la sequía.

Es ingeniero agrónomo y tiene una afición por las motos. En sus tareas en el Plan Agropecuario, por las que visita campos para ver la situación de los predios, ha logrado unir su trabajo y su gusto por los birrodados. Hace las recorridas en moto. Y eso fue lo que pasó esta semana, cuando junto a su primo Mauro decidió salir al campo en moto, para ver cómo la sequía ha impactado en predios ganaderos.

Javier y su primo Mauro previo a la recorrida en la que encontraron ganado muerto por la sequía.

En un campo ubicado cerca del río Cuareim, en un potrero en el que ya no hay ganado porque no hay pasto ni agua disponible, se encontraron de frente con la cara más fea de la sequía: animales muertos. Por el estado del cuerpo la vaca había muerto hace varios días y el ternero —que probablemente murió esperando a su madre— también, recordó el técnico, en conversación con El Observador.

El Cuareim es uno de los ríos que tiene baja disponibilidad de agua, así como el Cebollatí. Aguadas y arroyo también están afectadas por la sequía. Según mostró en Twitter el senador y productor agropecuario Sebastián Da Silva, el arroyo Puntas de Maciel (Florida) está seco, algo que en 15 años no había sucedido, explicó.

Productor muestra la sequía en un arroyo en Florida.

Morir de sed

Atascarse en tajamares secos es algo común para los ganados en esta época, contó Javier Fernández.

Los animales van en busca de agua y al enterrarse en el barro no pueden salir. En esa oportunidad, y para poder sacar a la oveja, el técnico quedó con el barro hasta la rodilla, relató. Luego de salvarla la llevó a otro potrero en el que tenía acceso a un cauce de agua, porque si la dejaba en el que estaba, seguramente, “cuando estuviera muriendo de sed volvía". “No podía dejar a ese animal así”, sostuvo, después de recordar cuánto le costó salvar al ovino.

Javier salvó a la oveja enterrada en el barro.

Aseguró que recorrer los campos es fundamental, principalmente para los ganaderos que no tienen la posibilidad de cambiar a sus animales de potreros, porque los ganados que se quedan en lugares en los que no tienen agua “terminan muriendo de sed”.

En Artigas también murieron vacunos de dos años que están cambiando los dientes y al tener poca dentición han tenido problemas para comer el poco pasto que hay, informó días atrás a El Observador Juan José Senatore, delegado de la Federación Rural en la Comisión Nacional Honoraria de la Salud Animal (Conhasa) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).

Al costado del tajamar, el ternero que murió por la falta de agua y alimento.

No llueve pasto

La falta de agua le ha pegado fuerte a las diferentes producciones del agro. Según informó la Unidad GRAS del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), el crecimiento del campo natural y de las pasturas implantadas se agravó en los primeros 10 días del año, y hay zonas en las que el agua disponible en el suelo es menor al 10%.

En Artigas, por ejemplo, la zona oeste es la más complicada por la sequía, informó Fernández. En primavera y verano es cuando se genera el 75% del pasto en los sistemas de campo natural y por tercer año consecutivo el efecto Niña (un descenso de la temperatura del agua de la superficie del Pacífico ecuatorial que repercute en Sudamérica) impactó en esa época.

Y si bien en los últimos días llovió en algunas zonas del país, "no llueve pasto", dijeron productores a El Observador. Y el técnico del Plan Agropecuario lo ejemplificó: "Hace unos días cayó un chaparrón, pero toqué la tierra y está dura como una piedra". Llovió, pero se necesita más.

Guadalupe Tiscornia, investigadora de la Unidad GRAS del INIA, explicó a El Observador que las precipitaciones ideales son las que vienen con más frecuencia y menos cantidad, ya que si llueve demasiado en muy poco tiempo el agua no es aprovechada, por el escurrimiento del suelo.

Foto aérea tomada con un dron durante la recorrida de Javier y Mauro.

La falta de forraje ha hecho que los ganados tengan menos peso que años anteriores en esta época, destacó el técnico. Además, en el caso de la lechería, ha bajado la producción, y en el caso de la agricultura ha demandado más capacidad de riego en algunos cultivos, como el arroz, por lo que los arroceros están consumiendo 20% más agua de la prevista para la zafra 2022/23, para las 160 mil hectáreas sembradas.

“La grieta de la que menos se habla”, expresó un productor ganadero; "imponente la seca", compartió otro en redes sociales.

Ganadero muestra el efecto de la seca en Colonia.

En Twitter, en Instagram y en Facebook las fotos y videos muestran campos amarillos, tierra agrietada y preocupación.

Problemas a futuro

La sequía también deja problemas a futuro y uno de ellos es el nivel de preñez de los ganados.

"El productor tiene que tomar medidas anticipadas", resaltó Javier Fernández. Bajar la carga de animales de los campos es un ejemplo. Los productores que se quedaron con ganado y hoy no tienen pasto ni agua ya están levantando animales débiles, contó, "y ahí no queda otra que el destete precoz".

La demanda por ración para terneros de dos meses (recién destetados) subió en las últimas semanas, ya que destetarlos hace que se aliviane la carga para la madre, que al no tener que alimentar a un ternero puede mantener mejor su condición corporal.

"La seca afecta profundamente las preñeces", añadió, y explicó que la falta de alimento y agua incide tambièn en los celos.

Una vaca con una condición corporal menor a 3,5 tendrá dificultad para preñarse y "hoy en día las vacas están bastante sentidas en el norte". sostuvo. En una población con un grado de condición corporal menor a 3,5 se preña entre 45% y el 60% de las vacas, mientras que en una población con una condición de 4, en promedio, se preña el 80%, detalló.

Ahora, las medidas que tomen los productores serán clave para el futuro de la producción.

El técnico del Plan Agropecuario, Alejandro Saravia, compartió en una Tribuna para El Observador manejos a tener en cuenta para el entore, en la que destacó que esa es una etapa crucial en la ganadería y que, monitorear ese proceso permitirá "no llevarse una sorpresa en el diagnóstico de gestación".

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