Se amplió en más de US$ 1.500 por tonelada la brecha entre el precio promedio que se obtiene por la carne ovina exportada desde Uruguay y el precio promedio que recibe el ganadero por su producción, destacó a El Observador Romeo Volonté, gerente del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL).
Con base en datos del Instituto Nacional de Carnes (INAC), en 2011 esa diferencia era mínima, US$ 45 entre cada tonelada, y hoy es US$ 1.600, siempre con base en valores promedio.
Eso considera “un mayor margen industrial, algo que desde nuestro punto de vista no es lo ideal en un funcionamiento de mercado”, sostuvo Volonté.
En lo que va de 2021, al 12 de junio, el precio promedio que se obtuvo por la exportación de carne ovina es US$ 4.814 por tonelada, un valor 10,7% superior al logrado en el mismo lapso de 2020, aunque el valor se ha ido tonificando y en la última semana, la que cerró el 12 de junio, el valor ascendió a US$ 5.548 por tonelada.
En los primeros cinco meses de 2021 se llevan exportadas 10 mil toneladas de carne ovina por un valor de US$ 51 millones. Eso representa un crecimiento del 140% en valor y del 150% en volumen respecto al mismo período del año pasado, según informó el INAC.
Los principales clientes, China y Brasil, importaron un 63% y un 24% respectivamente de este producto en 2020; ese año, Uruguay exportó US$ 76 millones por 15 mil toneladas, lo que representó un 4% de la exportación total de carnes y subproductos y un 1% de las exportaciones de bienes.
Ricardo Reilly, delegado de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) en el INAC, indicó a El Observador que el mercado hoy se ve “muy dinámico” y resaltó que China es el principal destino, con una participación del 80%.
Esta alta demanda y los “excelentes valores” se reflejan en una alta faena, que supera en un 115% a la del mismo período del año anterior, con 276 mil cabezas más en el acumulado a mayo.
Lo significativo de esta elevada faena es el crecimiento en la incidencia de la categoría ovejas. Para Reilly, ese es un indicador que se debe seguir de cerca, y explicó por qué.
“Si el aumento de la faena de ovejas se explica por una mayor cantidad de ovejas improductivas no sería tan grave. El riesgo es que a los valores actuales existan productores que hayan optado por reducir los ovinos en su establecimiento”, comentó, y añadió que este es un sector de enorme potencial, por lo que se debe trabajar en reducir las trabas no productivas del rubro, como los ataques de diversos predadores, también las jaurías o el abigeato.
Volonté coincidió con esa visión y agregó que “hay que analizar qué impacto puede tener eso en un futuro, porque indudablemente si se mantiene este ritmo de faena de ovejas se puede afectar la máquina de producir corderos”.
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