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10 de octubre 2025 - 5:00hs

Todo empezó con un chiste y el enlace para aplicar a Y Combinator, una de las aceleradoras de startups más prestigiosas del mundo. Los tres amigos Juan Alzugaray, Ari y Alen Polakof bromeaban con lanzarse al agua y crear su propia startup en la meca de la innovación, Silicon Valley. Buscando cuál sería el dolor que su propia empresa podía solucionar recorrieron las inmediaciones de San Francisco y detectaron una oportunidad en el mercado automotor.

“Siempre pensamos en automatización de comunicaciones y llamadas telefónicas, qué industrias hoy en día pierden mucha venta por no poder atender llamadas”, recuerda en conversación con Café y Negocios Alzugaray. La respuesta no tardó en llegar, las automotoras estadounidenses tienen en esa área un “problema gigante” y si bien existía competencia no estaba al nivel del producto que los tres amigos esperaban construir con su startup.

Así nació, en julio de este año, Flai, una compañía enfocada en acercar a los clientes a las automotoras y gestionar su comunicación, incluso desde antes de visitarlas, mediante automatización.

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Tiempos de espera que superaban la paciencia de los clientes, llamadas perdidas y correos sin responder se acumulaban en los concesionarios e impactaban directamente en su negocio. Según los indicadores de Flai, el 70 % de las personas que se quedan sin respuesta llaman a la competencia en menos de 30 minutos, lo que se traduce directamente en menos ingresos.

“En el momento que entra una llamada y agendamos una cita, podemos automatizar mensajes de seguimiento con la persona, que se pueden transformar en conversaciones”, describe el cofundador. En la práctica, el uso de Flai derivó en la concreción de entre 15% y 30% más citas en las automotoras.

Alzugaray dio un claro ejemplo de cómo esto se traduce en un impacto en la rentabilidad de las compañías. “A un cliente nuestro se le cayó toda la telefonía durante el día. Tomamos todas las llamadas nosotros. Funcionó perfecto y a esa empresa le generamos US$ 100.000 de ganancia en un día”.

La premisa de Flai tenía el mejor escenario para desarrollarse, un mercado ultra competitivo en el que “están dispuestos a probar cualquier cosa que pueda darles una ventaja”, precisa el cofundador y afirma que el Total Adressable Market, o mercado total al que se dirigen, tiene un valor de decenas de billones de dólares.

Antes de emprender, los tres fundadores habían trabajado en empresas de alto nivel. Alen Polakof, actual director de Tecnología de Flai, se había desempeñado en Uber; Alzugaray, hoy director de Operaciones de Flai, en Netflix y Ari Polakof, CEO de Flai, en una reconocida firma de automatización de comunicación. Dejaron las grandes corporaciones atrás, dieron el salto y aplicaron a Y Combinator.

¿El resultado? Fueron seleccionados entre un alto número de postulantes. “El porcentaje de admisión cuando nosotros entramos fue de 0,4%”, recuerda Alzugaray. Por delante tenían las 10 semanas más intensas de sus vidas hasta el momento. “Cada día se vivía como una semana y cada semana era casi equivalente a un mes”. El objetivo era aprender sobre el armado de la startup y, sobre todo “crecer lo más rápido posible, a toda costa y al final levantar una ronda semilla”.

El momento de la inversión llegó con la empresa de tres meses de antigüedad consolidada y trabajando con decenas de clientes. Flai captó US$ 4.5 millones de capital en una ronda liderada por First Round Capital, con la participación de Y Combinator, SV Angel, Liquid 2 Ventures, Innovation Endeavors, Antigravity Capital, RedBlue Capital, Pioneer Fund y otros prestigiosos fondos e inversores ángeles.

Con esta financiación, el foco está en llevar al producto a un nuevo nivel y expandirse lo más posible dentro de las 60.000 automotoras que forman parte del mercado estadounidense. “Los fondos están destinados a impulsar el crecimiento del producto mediante contratación de ingenieros y a hacer más investigación, por un lado y por otro lado armar un equipo de go to market mucho más fuerte en cuanto a venta y marketing”, señala Alzugaray a Café y Negocios.

El cofundador define al ecosistema de San Francisco como “más picante que nunca” en cuanto al volumen de emprendedores que quieren armar sus empresas y atacar problemas viejos con nuevas tecnologías. “Nuestro foco siempre ha estado en resolver el problema y armar un buen producto”, cuenta Alzugaray y reconoce que “los inversores están con los ojos bien abiertos” y “si estás en Silicon Valley se te tiran arriba en el momento en que ven que estás traccionando”, comenta y reconoce por la experiencia de otros emprendedores que captar inversión en otras partes del mundo, como Latinoamérica, es bastante más difícil.

La amistad antes que el negocio

Hace casi una década atrás, Ari y Alen Polakof migraron a Estados Unidos para estudiar ingeniería en San Francisco. Alen fue el primero en desembarcar en la meca de la innovación, a los dos años su hermano lo siguió. Juan Alzugaray eligió el mismo destino para hacer su master luego de haber terminado la carrera de ingeniería y en 2023 sus caminos se cruzaron. De colegas pasaron a amigos y, despúes, fueron vecinos. Se mudaron a dos apartamentos linderos en Sillicon Valley que supieron oficiar de headquarters de las primeras horas de vuelo de Flai. Desde entonces además de su pasión por el negocio, lo central ha sido su unión. “Lo más importante es la amistad, eso va antes que todo y lo tenemos claro”, reflexiona Alzugaray y resume: “Se nos dio la chance, ahora hay que darle con todo”.

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