El hasta hoy futbolista de Peñarol Diego García fue condenado a seis años y ocho meses de prisión por la Justicia argentina como autor de un delito de abuso sexual con acceso carnal, denunciado por una exjugadora de hockey de Estudiantes de La Plata.
El jugador, cuyo contrato con Peñarol será rescindido tras la condena, quedará en prisión domiciliaria, en un hogar dentro del radio de la ciudad de La Plata y con tobillera electrónica, hasta que su condena quede firme.
Le condena de García fue leída este martes por la tarde en el Juzgado de La Plata, encargado del juicio en contra del futbolista. Marcelo Peña, abogado de la denunciante, dijo a Referí que la audiencia fue breve, y solo constó de la lectura del veredicto.
Según el defensor, lo más resonante de la instancia judicial ocurrió luego de la confirmación de la condena. Al escuchar la sentencia, el futbolista se desmayó y cayó al suelo del juzgado. Los encargados de la causa sacaron a los periodistas de la sala y una ambulancia llegó al lugar para atender al jugador.
Peña opinó que la "participación negativa" de García en las audiencias fue clave para su condena, debido a sus múltiples negativas a declarar en el juicio, y a que cuando finalmente accedió a hablar, terminó su declaración agradeciendo a los clubes que le permitieron seguir jugando luego de ser denunciado.
De todas formas, el abogado también afirmó que la predisposición del jugador de estar presente en todas las instancias judiciales de su caso fue fundamental para que la Justicia le otorgara la prisión domiciliaria hasta que su condena quede firme.
Para que la sentencia quede firme, se deberá resolver la apelación a la sentencia que se espera que presente la defensa de García. Según Peña, este proceso puede demorar "hasta tres o cuatro años".
De todas formas, el abogado informó que analizarán junto a la familia de la denunciante la posibilidad de apelar la prisión domiciliaria, con el fin de que García espere el proceso en una cárcel. Esta segunda apelación, adelantó, demoraría unos pocos meses en laudarse.