El tema de este lunes en el fútbol uruguayo es la no expulsión de Maximiliano Gómez por parte del árbitro Leodán González en el partido entre Defensor Sporting y Nacional, luego de que el delantero se lanzara contra Lucas Agazzi cerca del final del partido.
Tras ser consultado por diferentes medios sobre la incidencia, González reconoció que se equivocó al no cobrar falta de Gómez, pero explicó por qué entiende que no debió expulsar al atacante.
Según el juez principal del encuentro, Gómez no llega a golpear con sus pies a Agazzi, luego de tirarse hacia adelante en el aire con ambas piernas, sino que lo impacta "con la espalda".
"Si bien se tira feo, en este caso el resultado final es que golpea con la espalda. En una infracción, en el marco de una disputa, no constituyó en base a la intención, sino al hecho final que se dio", explicó González en un mensaje enviado a Sport 890, El Espectador Deportes y Carve Deportiva.
Por esto, para el árbitro, el delantero de Nacional cometió una "acción imprudente", que según el reglamento implica: "Una acción en la cual un jugador muestra falta de atención o de consideración o actúa sin precaución al disputar un balón a un adversario", y que no requiere "sanción disciplinaria".
Debido al resultado de la jugada, no vio una acción temeraria, en la que un jugador "realiza una acción que entraña daño físico (no necesariamente grave) sin tener en cuenta el riesgo o las consecuencias para su adversario", y que es merecedora de tarjeta amarilla.
Leodán concluyó que no puede medir la consecuencia de la falta por cómo se tiró Gómez, sino por "el resultado final" de la acción.
En las últimas horas, Tenfield publicó un nuevo video en el que muestra la repetición de la jugada desde diferentes tomas. En la imagen grabada desde la tribuna oficial se ve como el jugador se abalanza con las dos piernas hacia adelante contra Agazzi, pero desde la toma de la tribuna visitante se ve una situación distinta.
En esa segunda imagen, se divisa con más claridad que Gómez solo impacta con su espalda a una de las piernas de Agazzi, luego de caer al suelo, como afirmó el árbitro del partido.
El análisis de Referí: Maxi Gómez debió ser expulsado
Las instrucciones que los árbitros deben valorar en este tipo de acciones son, en primer lugar, es la conducta del jugador, más allá del resultado que esta genera.
Es decir, que los árbitros deben valorar la forma en que un jugador se tira para disputar una pelota o cometer una falta, más allá si hay golpe o no. Es decir, que más allá del resultado, lo que se tiene que valorar es la conducta desplegada. Y la conducta fue pasible de sanción disciplinaria.
En la forma en que se tiró Gómez, González debió valorar dos aspectos importantes: la fuerza y el punto de contacto.
La fuerza ameritaba una sanción disciplinaria. La forma en la que se tiró fue brutal, de haber entrado en contacto con su excompañero lo pudo haber lesionado de gravedad.
El punto de contacto atemperó la situación porque el contacto con el pie derecho, si lo hubo, fue mínimo, y el derribo de Agazzi se dio más por la barrida con el cuerpo que por el desmedido planchazo que le tiró.
La entrada también pudo ser valorada para que González sancionara con amarilla o roja al jugador. Una cosa es tirarse a disputar un balón y deslizarse e incluso recoger el pie a la hora de impactar, que hacerlo como lo hizo Gómez, tomando carrera, tirándose tomando impulso y yendo al contacto lanzado en el aire.
Andrés Cunha fue quien se desempeñó como juez de VAR.
Su responsabilidad es menor a la de Leodán González porque Cunha tiene argumentos para entender que la acción ameritaba que fuera castigada con tarjeta amarilla y en ese caso estaba inhibido de actuar por estar fuera del ámbito en que puede intervenir el VAR.
Tiene buenos argumentos Cunha para hacer lo que hizo (no llamar a González a revisión): el uso de fuerza excesiva de Gómez no causó falta, por lo que no fue jugada de roja directa. Si bien con la fuerza con la que se tiró fue desmedida, el punto de contacto terminó siendo un roce, en la pierna de Agazzi. Por eso, la acción debió ser castigada con tarjeta amarilla. Y a Cunha no le correspondía intervenir.