Orsi ganó con más de 20 puntos de diferencia sobre Cosse –como solo lo estimaban los escenarios más favorables– y fue el abanderado de un Frente Amplio que por primera vez desde 2004 volvió a recibir el envión de ser primera fuerza en las internas. El exintendente vio realizado su pedido de cada acto de “no volver a ser segunda fuerza” en junio detrás del Partido Nacional y la izquierda sobrecumplió su objetivo inicial de los 400 mil votos, cifra que llegó a sonar tan ambiciosa que la terminaron relegando por temor a no alcanzarla.
La llamada de la victoria
Orsi recibió una llamada desde el centro de cómputos de la Huella de Seregni que le confirmó una holgada tendencia a su favor y la proyección de que todo el Frente pasaba los 400 mil votos. Antes incluso de que la Usina de Percepción Ciudadana publicara sus primeras datos en La Diaria y TV Ciudad, el custodio del candidato ya había escrito a su familia que su jefe era el ganador.
El coordinador de su campaña y secretario general de la Intendencia de Canelones, Francisco Legnani, salió eufórico de la sala de la sede de 18 de Julio y Martín C. Martínez en que los cabezas de lista esperaban los resultados, y prácticamente generó un pequeño pogo al canto de “vamos a volver”.
Orsi aplaudió las celebraciones y agradeció los saludos, pero incluso en la que lleva siendo la noche más importante de su carrera política se abstuvo de las arengas. Ese perfil que mantuvo en toda la campaña –aún cuando más de un compañero le pedía asumir un tono más combativo para no perder vigor opositor ante Cosse– lo acompañó también en el escenario sobre Colonia y Germán Barbato.
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Yamandú Orsi celebra los resultados de la interna
Inés Guimaraens
El candidato a la Presidencia se proclamó como el “cambio” pero “lejos de entenderse como demolición”. Prometió que la izquierda no va “a caer en el berretín de quienes vienen a refundar todo”, pidió que haya “amplitud también presente en el ejercicio del gobierno y en la propia campaña” y enfatizó en el concepto de “unir”, vocablo reforzado en una placa sobre la pantalla a sus espaldas.
“Hay que desterrar la idea de que el que gana aplasta al otro. Hay que unir al país rural y agropecuario con las ciudades”, sostuvo. Orsi también remarcó varias veces en la idea de la “honestidad” y bajo ese valor llamó a “ser intransigentes con la corrupción”. Además refirió a “no promover noticias falsas” y “desterrar la mentira como el instrumento de debate en democracia”.
La denuncia en su contra en marzo y la confesión en mayo de que era falsa fueron los hitos más relevantes de su campaña. En esa lista también puede contarse a Mario Bergara bajando su precandidatura por no haber podido revertir la “polarización”.
Pero el resto de estos últimos cuatro meses electorales prácticamente carecieron de toda iniciativa por parte de Orsi, algo que terminó resultándole a su favor.
A tal punto que llegó junio y su comando ya deseaba a toda costa aguantar el resultado sin hacer olas.
"No vamos a hipotecar octubre"
Cosse eligió presentar su Plan PAÍS para bajar en medidas concretas el programa del Frente Amplio, pero Orsi no emitió siquiera un anuncio conciso, bajo la premisa de que su plan de gobierno sería el de “todo el Frente Amplio” una vez superadas las primarias. Hasta Daniel Martínez, que ganó con holgura la interna de 2019, había hecho tres presentaciones con “impulsos al desarrollo”.
Orsi no lo hizo y lo cierto es que, aún cuando su campaña terminó siendo una de las más aburridas en una interna ya de por sí signada por la apatía, su estrategia le dio amplio resultado.
“No vamos a hipotecar octubre por ganar junio”, repetían como un mantra los encargados de su campaña, y sus operadores siguieron circulando hasta la noche previa a los comicios que “a la derecha le gana a Yamandú” y que su figura tenía más intención de voto –según Equipos Consultores– que Cosse para disputarle el poder a la coalición gobernante.
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Placa circulada por operadores de Orsi en horas previas a la elección
El candidato ya lo había transparentado en el cierre de la 609 en el teatro El Galpón semanas atrás: "Si alguien se plantea que voy a transitar este proceso haciendo planteos atractivos, maravillosos, para seguir pescando en la pecera y de repente sacar una ventaja inmediata en contiendas que son de corto plazo, no cuenten conmigo".
El exintendente también adelantó que no esperen de él la “confrontación permanente” que “de repente rinda de cara” a junio pero que “vaya en demérito del objetivo central” de volver al gobierno.
Orsi ni siquiera tuvo que mandar mensajes contundentes al interior la izquierda, en tanto el mayor desgaste recayó en los viejos caciques, José Mujica y Lucía Topolansky, que más de una vez salieron a cruzar a la adversaria que hace cinco años era su aliada: “No la bancan en el interior”, le propinó el expresidente, que es el político con más popularidad en todo el país, mientras su pareja dijo tener “dudas” de que la ingeniera asegurara la vuelta del Frente al gobierno.
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Yamandú Orsi, candidato del Frente Amplio
Foto: Inés Guimaraens
“Se nota el esfuerzo de Mujica para tratar de que no pierda la interna, porque está más presente que Orsi en la candidatura de Orsi”, llegó a chicanear el nacionalista Álvaro Delgado. Los chisporroteos generaron reclamos de los cossistas y tuvo que interceder el presidente de la fuerza política, Fernando Pereira, para cortar con el fuego amigo.
Orsi, a quien tan poco cómodo le quedaba en todos estos años “pegarle” al gobierno, sí sacó jugo cada vez que pudo de las que le dejaban –en sus palabras– “servidas en bandeja”: dijo que “el país se cae a pedazos en su moralidad” tras los chats filtrados que le costaron a Pablo Iturralde la dirección de los blancos y se jactó de pertenecer al FA y “no pasar vergüenza por barrer bajo la alfombra”.
A más de 15 meses desde que la Vertiente Artiguista y el MPP le dispensaran su respaldo, Orsi dejó de ser precandidato para encabezar una fórmula que lleva un lustro augurando su nombre.
El lunes se reúnen comandos
Fernando Pereira convocó a este lunes a la Huella de Seregni a los equipos de Yamandú Orsi y Carolina Cosse para analizar los resultados y comenzar a delinear la campaña. De todos modos, los dirigentes esperan un parate de dos semanas. El propio Orsi se tomará un descanso a partir del jueves, informaron allegados a El Observador.
Parte de esta nueva etapa implicará redactar un plan de gobierno basado en el programa frenteamplista. El exintendente ya tiene en sus manos documentos que le entregaron sus equipos técnicos encabezados, entre otros, por Álvaro Padrón.
Gustavo Leal
En la mesa chica de dirigentes que aguardaban los resultados en una sala anexa a la suya en 18 de Julio y Martín C. Martínez, uno de los que ingresó con perfil bajo fue el sociólogo Gustavo Leal.
Orsi ya había recuperado su figura mostrándolo como uno de sus asesores en seguridad, luego de que su comando recibiera mediciones de opinión pública que señalaban que el exdirector de Convivencia del Ministerio del Interior mantenía simpatías entre votantes de la izquierda.
