Fue varios períodos senadora del Partido Socialista, secretaria general de esa centenaria colectividad y presidenta del Frente Amplio. Mónica Xavier, cara visible de una corriente renovadora que fue quedando en minoría dentro del PS – a fuerza incluso de importantes desgajamientos–, secundará en octubre a Gonzalo Civila en la lista al Senado, como parte de la salida consensuada para suturar las diferencias.
Xavier destaca en entrevista con El Observador sus "muchas razones" para respaldar a Carolina Cosse en las internas, brega por que las nuevas alianzas del PS –con las que polemizó en 2022– sirvan como "antídoto a la fragmentación del FA", evita pronunciarse sobre el plebiscito del PIT-CNT y concluye que el socialismo "no es una finalidad acabada en la que todos los derechos están conquistados de una vez y para siempre".
¿Por qué decidieron apoyar a Cosse?
Por muchas razones: es una mujer inteligente, incansable en el trabajo, que siempre tiene estrategias para sus objetivos. Carolina entusiasma con una idea de futuro. Uno puede decir que tiene tales credenciales, pero la gente no compra pasado. A las y los socialistas nos identifica mucho con Carolina ese anclaje en el territorio con la participación ciudadana. Venimos desde la dictadura teorizando sobre la profundidad de la democracia. Sin desmerecerla, sentimos que la democracia representativa no es suficiente. Hay que tener democracia participativa, que la gente se involucre en las políticas. Insistimos mucho en eso en los 15 años de gobierno, no estamos satisfechos pero es un proceso, nadie hace cola para participar. Hay que lograr que la ciudadanía se involucre. En el Frente tenemos un programa común, pero hay énfasis y estilos que hacen la diferencia en una interna.
La campaña de Cosse optó por hacer las propuestas del Plan PAÍS. El principal rival en la interna, Yamandú Orsi, optó por otra estrategia. ¿Cree que esta campaña pide más propuestas?
En general el FA espera a que transcurra la interna y luego baja a tierra las líneas programáticas en plataformas concretas de gobierno. Fue bueno que Carolina jugara a ya ir haciendo propuestas, por otra característica suya: el trabajo en equipo y la mirada multidisciplinaria de todos los problemas, que muchas veces no se resuelven porque las visiones están superpuestas y no generan la sinergia necesaria. A mi juicio la ciudadanía lo estaba reclamando, no solo porque hay adversarios que han adelantado propuestas, sino porque hay problemas muy acuciantes y que a la gente no le resulta sencillo aceptar que el ciclo electoral tiene sus tiempos. Cuando Carolina propone declarar la emergencia en salud mental, es porque la gente se lo ha planteado en todo el territorio, con un problema muy significativo de depresión y de suicidios. Fue muy bueno ese "adelantamiento" de los tiempos, como con la seguridad, que es un reclamo en todo el país. Es muy propio de Carolina: darte la resolución para hoy pero con luces largas mirando varios pasos más adelante.
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Senadora Mónica Xavier
Hoy está bajo la lupa, en base a las encuestas, que Cosse puede tener más dificultades para captar votos indecisos. ¿Cómo ve esa interpretación?
No me peleo con las encuestas, las tomo como un dato que no dejo de buscar para el análisis. Pero veo una Carolina que crece, que convence, que cada vez es más asertiva en la comunicación con la gente. Hay muchos estudios que muestran que la sociedad uruguaya está preparada para una mujer presidenta, y me parece que está siendo posible.
El PS viene cayendo en su apoyo electoral. En 2019 usted misma dijo que no estaba conforme, porque perdieron representación parlamentaria. ¿Cómo cree que lo pueden revertir en 2024?
La campaña lleva adelante una importante decisión del último Congreso: una propuesta programática de combate a las desigualdades, que son de clase, de género, de territorio, de etnias, de opciones y que hay que lograr políticas que las transversalicen. Las desigualdades se potencian cuando a una mujer pobre se le suma que es del interior profundo y que tiene una opción diferente en su vida sexual. En ese plan de combate a las desigualdades se puede tocar la fibra del socialista, orgánico y no orgánico, para tener presencia dentro del espectro frenteamplista. El último Congreso del FA nos identifica mucho en esto: si hay una desigualdad, sentirla y actuar en competencia.
Usted va como segunda candidata al Senado de un PS que decidió formar un espacio alternativo a las tres patas consolidadas del FA: el nacionalismo popular (del MPP), el seregnismo o "astoribergarismo" y el marxismo leninismo del Partido Comunista. ¿Está de acuerdo en ese posicionamiento?
Primero, es una resolución orgánica. Segundo, sustenta la idea de tener cuatro patas como sostén del FA. Como hay mucha fragmentación, todo lo que logre síntesis en la identidad de rasgos ideológicos, me parece positivo. No hay solo una alianza electoral –que aspiramos se concrete–, sino que se anticipó una alianza ideológica. Vamos a trabajar por ello y que sirva como antídoto a la fragmentación. El FA es un acuerdo programático pero con varias ideologías, nunca vamos a pedirle a los democristianos que asuman concepciones de otras vertientes.
En abril de 2022 usted firmó junto a varios otros dirigentes un documento que cuestionaba al PS por haber buscado ser "la izquierda de la izquierda", alejándose de su rol histórico de ser "el horcón del medio". ¿Sigue estando en esa posición?
Como todo va madurando, sigo pensando que aquello de Reinaldo Gargano de ser el horcón del medio fue imprescindible para una etapa. No sé si está agotada, está este otro planteo. Quisiera transmitir algo clave: todo el FA tiene el gran desafío de volver al gobierno con la fuerza suficiente para las transformaciones que necesitamos. Esto que me consultás son preguntas que siguen planteadas, pero hoy hay una principal: que el 30 de junio el FA tenga un gran respaldo que lo posicione bien hacia octubre, para ganar en primera vuelta y con mayoría parlamentaria. No tenemos problema en decir que estas transformaciones son radicales y que nadie nos va a entreverar con viejas historias de campañas de que queremos hacer cosas reñidas con la libertad. Nada más importante que la justicia social para gozar de la libertad. El PS tiene 130 años de historia y nos ha ido mejor cuando supimos hacer síntesis con nuestras diferencias. Confío que lo podamos hacer y que este camino de lista única –nunca estaré de acuerdo con la competencia interna de listas– se saldó de manera correcta.
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Senadora Mónica Xavier.
El Observador
Este documento de 2022 iba aún más lejos: hablaba de que las alianzas en Izquierda y Libertad, el espacio con Casa Grande, el PVP y la 5005, era "meramente capitalino" y "que se forjó a través de la candidatura de Cosse" a la intendencia "desde una mirada centralizadora con sectores con nula representación" en otras partes del país. ¿Cómo lo ve hoy?
Hay dificultades para concretar ese espectro de alianzas en algunos departamentos. En algunos la realidad es que va a triunfar un candidato o candidata para todo el FA, una lógica que a los montevideanos nos cuesta entender. Todavía hay mucha tela para cortar ahí, porque hay alianzas posibles que se reproducirán con este espectro o, lo que es más seguro, con otras opciones que se sumarán. Pero en estos años he estado militando en la base, entonces puede que la dirección actual tenga avanzadas algunas orientaciones que yo no conozca, porque no participo de las negociaciones.
La dirección ha planteado señas de identidad como "no quedar diluidos en el progresismo", "correr el centro a la izquierda" o incluso, como ha dicho Civila, que "la socialdemocracia ha fracasado". ¿Está de acuerdo con eso?
No comento opiniones de compañeros. Tampoco conozco en qué contexto lo plantea, porque no es comparable lo que ocurrió en Europa con Latinoamérica. Dejo en eso la respuesta por el momento.
¿Qué piensa de la socialdemocracia?
En su momento logró que Europa tuviera un Estado de bienestar que resistió embates de la derecha y que se tradujo en calidad de vida. Eso no ha sido posible en nuestra Latinoamérica herida de desigualdades. Nuestro país fue el que mejor logró en el siglo XX desarrollar políticas públicas en una conjunción de ideas entre la izquierda y un Batllismo de origen con que coincidía mucho. Pero son momentos históricos. Siempre entendimos que el capitalismo reproduce desigualdades y que hay que convivir en una sociedad capitalista con modalidades que eviten el resquebrajamiento del tejido social.
¿El FA ha sido una socialdemocracia?
Ha jerarquizado un Estado social de derechos. Ponerle el nombre de socialdemocracia confunde un poco y hace que se entreveren las críticas con lo que puede haber sido en Europa. Si por ello entendemos un Estado que jerarquice derechos y oportunidades, puedo aceptar la definición, pero Estado social de derecho me parece más preciso. He trabajado en ese tema en la región, porque se necesita una economía de los cuidados como política clave. Para las mujeres no hay proyecto de inclusión laboral que pueda avanzar si sobre ese mandato social histórico no hay una intervención en que Estado, comunidad y personas no logremos una contención que todos, en algún momento de la vida, necesitamos.
¿El socialismo hoy es una utopía?
Siempre, porque nos ayuda a caminar, como decía Galeano.
¿No es una realidad concretable?
Cuando lográs algo siempre se abren otras oportunidades para seguir avanzando. No es una finalidad acabada en la que uno pueda decir que todos los derechos están conquistados de una vez y para siempre. Todos los días hay que pelearlo.
¿Está de acuerdo con el plebiscito de la seguridad social impulsado por el PIT-CNT y otros sectores como el PS?Es una definición de mi partido y el FA va a resolverlo después de las internas.
¿Usted personalmente tiene una postura a favor o en contra?
No voy a meterme en ese tema hasta que no tomemos esa definición.