De la Cruz sufrió una lesión que lo alejó de las canchas en el segundo semestre de 2021

Fútbol > SUSPENSO EN BELVEDERE

A Palma se le puede escapar un negocio: ¿qué ocurre con el pase de De la Cruz?

Liverpool logró en 2017 una cifra récord por el 30% de la Cruz; en 2019 imaginó que embolsaría millones de dólares, y en 2022 es rehén de River, que es el único que decide sobre su pase, y el jugador queda libre en diciembre
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12 de febrero de 2022 a las 05:02

"Guardiola quiere a Nico De La Cruz en el Manchester City. El club inglés está dispuesto a pagar los € 22 millones de la cláusula de salida de River”. Así título Referí el 29 de noviembre de 2019. En Belvedere fue tiempo de celebraciones y de comenzar a imaginar en qué invertir el 70% de esos ingresos, que iban a ir a las cuentas bancarias de Liverpool. ¿Terminar  La República, el complejo de juveniles de 10 canchas que los negriazules construyen para dar la mejor infraestructura a sus juveniles? ¿Hacer un nuevo estadio en Belvedere?

Los dirigentes de Liverpool tenían razones para creer que con el volante estaban a punto de concretar una operación histórica para el fútbol uruguayo. No era el único pase que negociaban, también en ese momento Sebastián Cáceres sería transferido a América de México, Nicolás Acevedo a New York City de la MLS, Federico Martínez había ido en préstamo a Rosario Central de Argentina y el goleador del Uruguayo, Juan Ignacio Ramírez, seguía rompiendo redes. 

Entre todas esas posibles transferencias (la de Cáceres, Acevedo y Martínez se concretaron), en el mercado de enero o julio 2020 el club iba a embolsar una cifra cerca a US$ 20.000.000, en donde el aporte más importante llegaría con el pase de De la Cruz.

De pronto, la pandemia de covid-19 (en Uruguay se declaró en marzo de 2020 y en China en diciembre 2019) y el acuerdo que Liverpool tiene con River Plate, en el que el equipo uruguayo queda de rehén del club argentino (porque es dueño del pase), la operación dio un giro inesperado y los negriazules quedaron lejos de los números que imaginaron y sin opciones de intervenir en las negociaciones.

José Luis Palma, presidente de Liverpool

En la asamblea de Liverpool de enero, en las charlas que el presidente José Luis Palma suele tener con los socios del club que preside desde hace 21 años, hizo catarsis, un mea culpa y se explayó sobre el negocio por el pase de De la Cruz a River.

El futbolista fue negociado a los millonarios en agosto de 2017. En ese momento –y por la forma en que se cerró la operación–, se interpretó como otro triunfo de Palma, quien con su convicción a la hora de negociar le sacó US$ 4.000.000 a River Plate por el 30% de la ficha de De la Cruz.

El técnico Marcelo Gallardo quería al futbolista uruguayo, cuya proyección no tenía techo, y Palma, que se mueve como pocos en las mesas de negociaciones se hizo fuerte.

Gallardo lo pidió en 2017, y De la Cruz llegó en agosto de ese año a River

Palma viajó en persona a Buenos Aires a negociar cara a cara con Rodolfo D’Onofrio, su colega de River. Se trata aún de un pase récord, si salía como el presidente de Liverpool quería.

En el anecdotario reciente del club recuerdan que esa tarde se sentaron a la mesa Palma, el abogado y delegado del club Adrián Leiza, D’Onofrio y el abogado de River. 

José Luis Palma y Adrián Leiza

En plena puja por el precio, Palma no se movió de su aspiración económica: quería US$ 14.000.000 por su joya. Ni un dolar menos.

En determinado momento Leiza miró sorprendido, pero el presidente no se apartó de su aspiración hasta que D’Onofrio terminó cediendo y cerrando en un punto intermedio: US$ 4.000.000 por el 30%. Liverpool se quedó con el 70% y River con el jugador.

El 70% de Liverpool, según pudo conocer Referí, representa un porcentaje menor porque existen cláusulas con topes. El club de Belvedere se llevará el 58% de la futura operación que haga River, si es que concreta alguna operación antes de diciembre.

Hasta allí este acuerdo se entendió como el mejor negocio realizado en la historia por un club uruguayo.

Ahora bien, el problema se planteó con el tiempo, se agravó con la pandemia de covid-19 y las consecuencias e impacto que ésta tuvo en el mercado de pases, y con la lesión que el jugador sufrió en el segundo semestre de 2021 (trombosis en un pie) que lo dejó fuera de las canchas durante tres meses. Se perdió la titularidad en la selección, la citación a los partidos de las Eliminatorias y su lugar en River.

Además, en la operación quedó un detalle (que se le escapó a Palma) y que dejó a Liverpool de rehén: el negriazul vendió a River el 30% de los derechos económicos, se quedó con el 70% de la ficha, pero se desprendió del 100% de los derechos federativos. ¿Qué implica esto? Que quien decide sobre el futuro del jugador es River, y que en este negocio Liverpool es un mero inversor que cobrará su parte cuando el jugador sea negociado. Pero no decide.

A River, que fijó una cláusula de rescisión de US$ 22.000.000 por el futbolista, le quedó cómodo tener a un jugador por el que pagó una cifra europea por el 30% pero sobre el que tiene el poder de decidir qué hacer.

Por esa razón, el negocio se transformó en una operación de doble filo: River no lo vende y, lejos de valorizarlo más, lo que está haciendo es diluir el costo que pagó en un mercado de pases a la baja.

En agosto se cumplirán cinco años de De la Cruz en River. El monto que pagó dividido cinco temporadas arroja un alquiler o préstamo de US$ 800.000 cada 12 meses, por un jugador de selección uruguaya y con proyección europea.

Nicolás de la Cruz es figura en River

Desde ese punto de vista, River hizo un gran negocio, y Liverpool no pudo ni puede hacer nada para apurar la venta porque se desprendió de los derechos para negociar, que los cedió 100% a los argentinos.

Aún queda un punto más profundo en esta operación de De la Cruz y el problema más delicado se puede plantear en diciembre.

El 19 de febrero de 2021, De la Cruz extendió su vínculo con River hasta el 31 de diciembre de 2022. El 1° de enero de 2023 será jugador libre.

Hasta el momento, el futbolista mostró una adhesión, fidelidad y agradecimiento a Liverpool, que en el club nadie imagina que se pueda ir libre en enero y que no ingrese dinero por una futura transferencia. Dinero que el club destinará a terminar su complejo de juveniles y construir el estadio de Belvedere a nuevo.

No obstante, hay algo que Palma y Liverpool tienen claro: no solo quedaron a la deriva y rehenes de la decisión de River, sino que ahora se adosa el último ítem, que, de acuerdo a la reglamentación de FIFA, a falta de seis meses para el final de su contrato (en julio), cualquier futbolista puede negociar su pase en condición de libre.

El tema que con entusiasmo Liverpool recibió en agosto 2017 por la millonaria operación que cerraba, que en noviembre 2019 se multiplicó por el interés de Manchester City, por estos días ingresó en modo supenso, y Palma no solo quedó atado a River sino que también dependerá de la decisión del jugador. 

Cuando Carlos Sánchez, el hermano por parte de madre de De la Cruz, se fue de Liverpool a Godoy Cruz en 2010, partió en condición de libre, porque había terminado su contrato, y no dejó dinero al club.

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