Steve Hillman, de Camerún a Uruguay atrás de la pelota.<br>
Hillman a puro entrenamiento en Albion, el club de la Segunda B Nacional que lo sumó a sus filas.
El lateral nacido en Camerún quiere ascender para dar el salto a otro equipo.

Fútbol > HISTORIAS

La increíble historia del camerunés de Albion

Steve José Hillman trabaja, da clases de danza africana y juega de lateral izquierdo
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30 de julio de 2017 a las 05:00
Por Marcos Silva, especial para Referí

A los 16 años Steve José Hillman abandonó su Camerún natal para probar suerte en el fútbol uruguayo y cumplir el sueño de convertirse en futbolista profesional.

Hoy tiene 24 años y su tiempo lo divide entre las prácticas con Albion y las clases de danza africana. Sin embargo, no baja los brazos para lograr su objetivo: "Si luchás podés perder, si no luchás estás perdido".

"Un amigo de mi padre que había jugado al fútbol en Francia le dijo que podía contactarme con gente en Uruguay y conseguirme algunas pruebas en distintos equipos. Saber que existía la posibilidad de probarme en un club alcanzaba, no precisaba más que eso", recordó Hillman a Referí y comenzó a contar la historia de su vida.

"El fútbol en Camerún tiene algo en común con el de Uruguay. Las ligas locales no son fuertes, pero salen un montón de jugadores. Y al igual que pasa en Uruguay, los ojeadores detectan muy rápido y muy jóvenes a los chicos que tienen algún potencial y se los llevan a otros países para que se formen" explicó Hillman.

El fútbol es uno de los principales embajadores de Uruguay en el mundo y muchas veces es el que se encarga de abrir las puertas para dar a conocer nuestra tierra. Fue el fútbol uruguayo lo que motivó a Hillman a tomar la decisión de venir a probar suerte. "Me enteré que Pierre Webo jugó en Uruguay cuando llegué acá, en Camerún se recuerda su etapa en Osasuna de España. Yo miraba fútbol europeo y veía a Diego Forlán, Álvaro Recoba, Javier Chevantón y decía: 'Tiene que tener algo Uruguay que salen todos esos futbolistas'. No lo dudé y decidí venir en busca de la oportunidad".

A los 16 años viajó junto a dos compañeros cameruneses que también venían a probar suerte en el fútbol uruguayo.

Eran las 2 de la mañana de un 15 de enero de 2009 cuando el avión que los traía desde Camerún aterrizó en el aeropuerto de Carrasco.

"Nos estaba esperando Luis Noé, que era la persona que teníamos como referencia cuando llegamos a Uruguay", explicó Hillman. Fueron más de 30 horas de vuelo y varias escalas para atravesar los casi 8.500 kilómetros que separan Camerún de Uruguay.

La panza ya empezaba a hacer ruido y Hilmman recuerda cuál fue su primer comida en Uruguay: "Una hamburguesa en el carro El Águila Blanca. Era lo único abierto a esa hora, se me fue bastante rápido la idea de comer en restoranes y me di cuenta que el camino iba a ser difícil".

A los pocos días comenzaron a aparecer las primeras piedras en el camino de Hillman y la invitación para probarse en Huracán Buceo terminó en un viaje a San Carlos para practicar en Atenas.

"No podía jugar porque al ser menor y extranjero precisaba una autorización de mi familia y no había llegada mi TMS. Estuve dos meses sin poder hacer nada y me volví a Montevideo", señaló Hillman que reconoció que varias veces pensó en largar todo.

"Estás solo, las cosas no salen como te imaginabas y extrañás a tu familia, pero en esos momentos cerraba los ojos y pensaba en mi sueño y en que tenía que seguir metiendo".

Sin poder jugar, Hillman aprovechó el tiempo para hacer un curso intensivo de idioma español para perfeccionar la base que traía desde su etapa liceal en Camerún.

"Allá se habla francés e inglés, pero en tercero de liceo tenés la posibilidad de aprender otra lengua y yo elegí el español", explicó y reconoció que lo primero que aprendió fueron los insultos. "No fui la excepción, es más hoy en día me salen más malas palabras en español que en francés".

Pasaron dos meses y ya con la documentación en regla, Luis Noé le consiguió una prueba en Fénix y ahí Hillman se sumó a la Quinta División del equipo albivioleta que dirigía William Lemus.

En Fénix Julio Ribas le vio condiciones y lo ascendió al plantel principal. "No llegué a debutar, pero fue una linda experiencia. Alternaba entre primera y tercera. La idea era que Julio estaba preparando un equipo con los mejores juveniles para competir en el torneo de Viareggio pero al final nunca se jugó", recordó Hillman que compartía plantel con Maximiliano Perg, Luis Urruti y Ángelo Gabrielli.

Pasaron dos años y Hillman integró el plantel que jugó en 2011 la Copa Sudamericana con la dirección técnica de Rosario Martínez. "Eso fue lo máximo, estar en un torneo internacional, formar parte de la delegación, aunque yo jugaba más en Tercera me sentía parte de todo eso".

Sin embargo, cuando todo parecía encaminarse sucedió algo inesperado. Fénix no le renovó su contrato y quedó libre: "Fue un shock, encima coincidió con el nacimiento de mi hijo. Estuve un año parado sin jugar. Se me pasaban mil cosas por la cabeza, estaba libre, tenía que empezar de nuevo y se le sumaba la responsabilidad de ser padre. Ese fue el momento que más cerca estuve de largar todo y volverme a Camerún".

Pero no se fue, decidió quedarse en Uruguay y empezar otra vez de cero. "Todo el miedo que tenía por lo que me estaba pasando se transformó en un plus, no me quedaba otra que salir a pelearla de nuevo. Arranqué a jugar en Salus, en la C y de a poco volví a sentirme futbolista", afirmó el jugador de Albion.
Samir Alem, el hijo de Steve Hillman, crecía y la plata que ganaba en el fútbol no alcanzaba por lo que tuvo que sumar otros ingresos.

"Actualmente trabajo en una multinacional hebrea que realiza cursos on line y participo en agrupaciones culturales donde doy clases de baile africano, lo que sería Afro Beat o Danza Afro", afirmó el camerunés que también realizó un curso de auxiliar contable en la Universidad.

Una de las cuentas pendientes que le quedan es volver algún día a Camerún para visitar a su familia, algo que desde que llegó a Uruguay nunca pudo hacer: "Nunca volví a mi país, el pasaje sale cerca de US$ 3.000 y la verdad es que no tengo esa plata. Allá está mi padre, mi tío y un hermano. Mi otra hermana hace diez años que vive en Irán".

Steve Hillman tiene claro cuál es su objetivo. "Mi meta personal es ascender con Albion. Quiero volver a sentirme jugador de Primera División. Estuve tan cerca, toqué el fondo, renací y voy a dar todo para tener esa oportunidad", aseguró el camerunés que juega de lateral izquierdo o de zaguero.

"'Si luchás podés perder, si no luchás estás perdido', dice una frase de un libro de Agustín Lucas, y creo que es así" concluyó Steve.

Africanos en Uruguay

Hoy no son más de cinco los africanos que juegan en Uruguay. "Hoy es más rentable para los empresarios llevar jugadores a Europa aunque salga un poco más caro porque ya no es tan fácil salir de Sudamérica" aseguró Hillman. Sin embargo, en las últimas dos décadas fueron varios los futbolistas que vinieron desde África a probar suerte en el fútbol uruguayo.

Alain Olle-Olle, camerunés
Fue una gran apuesta de Nacional al contratarlo desde Plaza Colonia, ya que veían en este lateral zurdo un jugador que podía cotizarse a futuro. En 2008 participó en los Juegos Olímpicos por Camerún. Un año antes había sido campeón juvenil de África sub 23.

Pierre Webo, camerúnes
Pierre Achille Webó Kouamo llegó a Nacional en 2000 y jugó hasta 2013. Hizo 15 goles con los tricolores y ganó dos campeonatos uruguayos. Técnico, habilidoso, guapo y definidor, se mostró como un delantero completo. Hoy, a los 35 años, juega en Osmanlispor de Turquía.

Audu Mohammed, nigeriano
El volante nacido en Laos tuvo la particularidad de que jugó en los dos grandes. Tuvo un fugaz pasaje por Nacional entre 2005 y 2006, mientras que llegó a Peñarol en 2007 de la mano de Gustavo Matosas para un corto pasaje que apenas duró seis meses. Jugó también en Cerro, Deportivo Maldonado, Tacuarembó, Wanderers y Bella Vista. En el fútbol uruguayo jugó 65 partidos y anotó cuatro goles. Está retirado.

Joseph Akongo, camerunés
Llegó como una apuesta de José Pedro Damiani en 2002 para reforzar al equipo de Gregorio Pérez. Este camerunés corpulento se ganó el rápido el cariño de los hinchas pero dentro del campo dejaba mucho que desear. Hizo tres goles en Peñarol y se dio el lujo de anotar por Libertadores.

Angbwa Benoit, camerunés
Benoit llegó a Nacional directo de Fovu Baham de su país natal. Rápido y fuerte, el lateral derecho también se ganó rápido el amor de los hinchas. Estuvo tres años en Nacional hasta que se fue a Lille de Francia. Desde 2005 juega en Rusia y su actual club es Anzhi Majachkalá. Tiene 35 años.

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