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2 de marzo 2025 - 5:00hs

Los Oscar no importan. A ver, para mucha gente sí: ganar uno puede significar seguridad profesional y un aumento en el caché, hay profesionales que viven de hacer y comandar las campañas de las películas y las figuras que compiten por ellos, y hacen que durante algunas semanas se le preste más atención al cine y se hable de películas, lo que nunca será negativo.

Pero ni una película es más importante, valiosa o mejor que otra por haber ganado un premio que se consigue no tanto por el mérito artístico, sino por lograr que las personas que votan vean tu película –algo que contrario a lo que uno pensaría, no pasa siempre, y los propios votantes no tienen problema en ocultar que no ven las películas nominadas y votan a sus amigos o conocidos–, e imponiéndose al resto en una lógica de campaña electoral, con los estudios y plataformas dueñas de las películas organizando proyecciones y charlas que funcionan como actos de campaña, pagando cartelería, publicidades y banners en sitios web especializados, y hasta algunas artes más oscuras como destapar chanchadas ajenas.

A esto se suma una búsqueda de parte de las campañas por generar en torno a las películas en competencia una narrativa que cuadre con el sentimiento de época, para convencer a los votantes de que elegir a tal o cual obra está dando un cierto mensaje al mundo (en base a los últimos años, algunos de esos mensajes han sido “el racismo está mal”, “ah, cierto, el resto del mundo también hace películas y pueden ser mejores que las de Hollywood”, “la bomba atómica está mal” y “¡el cine es divertido!, vuelvan a las salas que la pandemia ya terminó, por favor, se lo suplicamos”).

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De hecho, basta mirar la lista histórica de ganadoras para entender que no siempre ganan las “mejores” (si es que tal cosa existe, hablando de arte). Pero a los Oscar no le podemos pedir que sean el termómetro del presente del cine. Son espectáculo, son entretenimiento, y son una industria celebrándose y aplaudiéndose a sí misma. Y sucede que año a año no podemos dejar de caer en su rosca y en su brillo, así que acá estamos una vez más.

Este domingo 2 de marzo los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas se entregan en Los Ángeles, en un año donde realmente los pronósticos de quién va a ganar son mucho más inciertos de lo habitual, donde la cosa ya suele venir relativamente cocinada por los múltiples premios que se entregan en Hollywood durante los meses anteriores y que van marcando la cancha.

Así que con ese entrevero en manos, esta será una guía práctica para los Oscar 2025. De la A a la Z. Un repaso por las películas, las estrellas, los escándalos y términos clave que hay que conocer de cara a la ceremonia, para quedar como un conocedor aunque no haya visto ni un tráiler de las diez nominadas a Mejor película, para ganar la penca o simplemente para llegar preparado al evento de este domingo.

Los Oscar 2025 de la A a la Z

A de Anora

La favorita de cara al domingo. Dirigida por el cineasta Sean Baker (ícono del cine independiente estadounidense que ahora puede graduarse definitivamente al circuito mayor), esta historia de un amor de ensueño entre una bailarina exótica y el hijo de un oligarca ruso en Nueva York que deriva en escándalo, enredos y decepción ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes de mayo de 2024 y logró mantener su posición ventajosa hasta que la debacle de Emilia Pérez (ver letra E) le allanó definitivamente el camino.

Sin demasiado ruido, ganó premios importantes como el de los sindicatos de directores, productores y guionistas, y su triunfo este domingo marcaría definitivamente que la Academia le presta atención a las historias protagonizadas por mujeres (como pasó con Nomadland y Todo en todas partes al mismo tiempo), que la comedia puede ganar Oscars, aunque en este caso sea una comedia bastante negra y con un trasfondo devastador, y que a veces los premios también aciertan.

B de Brutalista, El

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La candidata XXL de estos Oscar: dura tres horas y media, está bastante cargada a nivel temático (capitalismo, religión, identidad, supervivencia, inmigración, el duelo arte vs. capital), y hasta visualmente es monumental y grandiosa. Por muy intimidante y densa que parezca, no lo es, pero hay que ver si los votantes de los Oscars se animaron.

Lo que sí parece más seguro es que su protagonista, Adrien Brody, puede llevarse su segundo Oscar a Mejor actor por encarnar al arquitecto del título, el ficticio Lászlo Tóth, lo que marcaría su regreso a las buenas gracias de Hollywood después de casi dos décadas de vaivenes profesionales que sucedieron a su triunfo en 2003 por El pianista, con la que tiene varios puntos de contacto.

C de Cónclave

Una de las diez nominadas a Mejor película, probable ganadora del Oscar a Mejor guion adaptado, y una de las candidatas accidentalmente más actuales de la lista, dado el estado de salud del papa Francisco, lo que generó unos cuantos memes entre los cinéfilos de Twitter que dicen que es todo parte de la campaña de la película.

Tiene un elenco de primera, planos impresionantes, y una trama que está más cerca de un culebrón o una novela de detectives de esas medio berretas que se compran en las librerías de balneario a 2 x $ 300. Ojo, es divertidísima. Y puede ser una guía práctica para entender cómo funcionan los cónclaves papales, si prefiere ahorrarse las 3000 notas casi iguales que saldrán en todos los portales del mundo si Francisco no se recupera de su actual problema de salud.

D de Demi Moore

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La actriz de 62 años, nominada por La Sustancia, es la favorita a llevarse el premio a Mejor actriz. No solo porque su actuación en el filme de la francesa Coralie Fargeat es genial, sino también porque de alguna manera es el símbolo de lo que cuenta la película, que tiene como protagonista a una actriz y estrella de televisión que a los 50 años es echada de los medios por “vieja”, y se topa con una droga que crea una especie de doble suyo más joven y “perfecto” que le permitirá revivir su gloria, antes que lógicamente aparezcan los problemas y la sangre vuele a chorros.

Moore, que llegó a ser una de las actrices más taquilleras de los 90, era considerada por Hollywood como una intérprete de películas livianas, y como le pasa a tantas otras figuras en una industria que sigue siendo sexista y atada como pocas a los mandatos sociales de belleza, a medida que pasó el tiempo fue dejada de lado. Con La Sustancia reivindicó su lugar en la industria y es también una suerte de “mea culpa” para Hollywood.

E de Emilia Pérez

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La película más nominada de esta edición de los Oscar y también la más polémica. Ya desde su premisa, sobre un narco mexicano que decide transicionar y busca redimir sus crímenes, se podía ver que esto no iba a ser fácil. A eso se suma que fue hecha por franceses y tiene pocos mexicanos en su elenco, que hay gente en el elenco que habla un pésimo español, declaraciones desafortunadas de su director, tuits polémicos de su protagonista (ver letra G), a lo mal que maneja algunas ideas sobre género, sexo e identidad, canciones espantosas (ah, sí, es una ópera pop), y la ristra de temas complejos (desaparecidos, violencia narco, corrupción) con los que se mete.

Irrumpió en el festival de Cannes 2024, la compró Netflix para Estados Unidos y jugó fuerte la campaña para ganar el Oscar a Mejor película, que hasta ahora le ha sido esquivo.

Emilia Pérez parecía tenerlo todo: una película atrevida (es innegable que lo es), y un mensaje contra Donald Trump que al asumir su segundo mandato derogó normas vinculadas a procesos de hormonización y cuestiones de género. Pero todo se vino abajo en el último mes.

F de Fernanda Torres

Actriz brasileña, protagonista de Aún estoy aquí. Puede robarle el Oscar a Demi Moore por interpretar a Eunice Facciola Paiva, activista política y social que se convirtió en una de las abanderadas de la búsqueda de verdad y justicia en Brasil tras la desaparición forzada de su esposo, el exdiputado Rubens Paiva.

Lejos de las actuaciones grandilocuentes que suele premiar la Academia, Torres ha cosechado elogios y apoyos de sus pares, y se ha convertido en uno de los íconos de estos Oscar.

G de Gascón, Karla Sofía

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La gran villana de esta campaña. A la protagonista de Emilia Pérez le encontraron una lista de posteos viejos en Twitter donde criticaba al Islam, a los Oscar por su búsqueda de mayor diversidad, y hablaba sobre la muerte de George Floyd, uno de los episodios más traumáticos de la historia reciente en Estados Unidos. Eso empezó una hecatombe que arrasó con las chances de la película en los Oscar, hizo que Netflix la apartara de la campaña y que sus compañeros de elenco le soltaran la mano. Al final, Gascón irá a la ceremonia, pero su futuro en Hollywood parece comprometido.

H de Hay una puerta ahí

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Documental dirigido por Juan y Facundo Ponce de León, que fue elegida como la candidata uruguaya para la categoría Mejor película internacional de estos Oscar. Pero claro, Facundo Ponce de León es el presidente de la Agencia del Cine y el Audiovisual Uruguayo, que no elige la película candidata pero sí es quien la postula oficialmente. Para evitar mayores suspicacias, los realizadores decidieron retirarla de la competencia, por lo que este año Uruguay no tuvo representación.

Hasta ahora, Uruguay nunca tuvo una película nominada, a excepción del recordado caso de Un lugar en el mundo, una película argentina de Adolfo Aristarain de 1993 que se quiso hacer pasar por uruguaya, quedó entre las cinco candidatas y fue descalificada cuando se evidenció que estaba allí en contra de las reglas.

I de incendios en Los Ángeles

Uno de los temas de fondo en esta temporada de premios, casi todas las ceremonias se han hecho un momento para agradecer al personal de emergencia y a destacar el trauma que ha significado para unos cuantos residentes de Los Ángeles (incluyendo a muchos trabajadores de la industria) perder sus casas. Seguramente los Oscar también incluyan alguna mención a este desastre, que entre tantas cosas provocó que se postergara el anuncio de nominados y se cancelaran distintos eventos previos a la ceremonia.

J de Jeremy Strong

En una época, las actuaciones “de método” eran para Hollywood el pico de la interpretación. Marlon Brando, Al Pacino, Robert De Niro, Dustin Hoffman y Daniel Day-Lewis hicieron escuela por meterse en sus personajes cambiando sus cuerpos, pensando como ellos y básicamente viviendo por un tiempo como esos personajes para hacerlo con la mayor fidelidad posible.

Cuando Jeremy Strong dijo que concebía a su personaje de la serie Succession de esa forma, incluso sus compañeros de elenco se le mataron de risa en la cara y le dijeron que era medio pedante. Con ese personaje tiene algunos puntos de contacto su papel en El aprendiz por el que está nominado a estos Oscar. Aunque no es demasiado querido como persona por sus pares, al menos su trabajo sigue siendo reconocido.

K de Kieran Culkin

Actor que seguramente este domingo se lleve la estatuilla a Mejor actor de reparto por Un dolor real. Hermano de Macaulay (Mi pobre angelito), fue uno de los niños que anduvo por el rancho Neverland de Michael Jackson, se retiró temporalmente de la actuación, volvió con la serie Succession de la que fue una de sus figuras, y ahora todo apunta a que se llevará el premio por este papel de un hombre perdido en su vida pero de buen corazón.

L de Letonia

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País europeo, a orillas del mar Báltico, en el que fue realizada la película animada Flow, favorita a llevarse el Oscar a Mejor película animada (su gran competidora es El robot salvaje). Las dos tienen animales y están ambientadas en un mundo inundado por el calentamiento global. Pero Flow conquistó corazones por estar hecha con software de uso libre, de forma independiente, y por la simpatía y gracia de su director, Gints Zilbalodis, en sus redes sociales.

M de Mikey Madison

El nombre que puede estar detrás de una de las “sorpresas” de la noche, porque la protagonista de Anora se ha llevado algunos de los premios a Mejor actriz de esta campaña. De todas maneras, Demi Moore sigue con la ventaja porque los Oscar son más afectos a premiar trayectorias. Más allá de que gane o no, la actriz de 25 años ha sido una de las revelaciones de estos premios, y se garantizó el estatus de “nombre a seguir” de ahora en más.

N de Nickel boys

Una de las diez nominadas a Mejor película, y la que menos proyección ha tenido, en buena medida porque es la única que no tuvo estreno en Uruguay. Su circuito se ha limitado casi en exclusiva a Estados Unidos, donde las historias sobre el racismo y el sistema prácticamente de apartheid que rigió en el sur del país hasta la década de 1960 sigue presente.

La particularidad de esta película es que está contada casi en su totalidad desde una perspectiva de primera persona, con la cámara tomando el punto de vista de los ojos de sus dos protagonistas, dos adolescentes afroamericanos que están recluidos en un reformatorio juvenil de Florida durante los 60, en un lugar que funciona en un régimen casi de esclavitud, con segregación, violencia y agresiones constantes.

O de O’ Brien, Conan

Humorista, conductor, exguionista de la era dorada de Los Simpson, y presentador de la ceremonia de este domingo. Tiene un pelazo.

P de Parte dos, Duna

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Dune

Segunda mitad de la adaptación de la clásica novela de ciencia ficción y una de las diez nominadas a Mejor película, se tendrá que contentar con alguno de los premios “técnicos” como sonido o efectos visuales. Que se haya anunciado una tercera película perjudicó sus chances de hacer “la gran El señor de los Anillos”, y que la última entrega reciba premios que son en realidad para la adaptación completa.

Q de Quilombo

En buen criollo, la palabra que definió estos Oscar, más turbulentos de lo habitual gracias a:

1- El Emiliagate

2- Las denuncias contra El Brutalista por el uso de inteligencia artificial

3- Críticas a Mikey Madison por no trabajar con un coordinador de intimidad en Anora, un tema sensible post #MeToo

4- La aparición de un viejo sketch de la televisión brasileña donde Fernanda Torres interpreta a una persona negra con la cara pintada, por el que la actriz pidió disculpas

R de Romulus, Alien

La primera película dirigida por un uruguayo, el cineasta Fede Álvarez, en estar nominada a un Oscar. Compite en la categoría Mejores efectos visuales.

S de Sebastian Stan

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El actor rumano era conocido sobre todo por su trabajo en las películas de Marvel, pero este año confirmó que es un actor en serio. Además de protagonizar la impresionante A different man, está nominado a Mejor actor por un papel polémico: hizo de Donald Trump en El aprendiz.

La película que narra la juventud del ahora presidente estadounidense dividió aguas y todo hacía indicar que aunque su actuación es potente y digna de reconocimiento, Stan no entraría en la selección porque los electores sentían que estaban votando y validando a Trump. De hecho, Stan fue “vetado” de mesas redondas de actores que hacen los medios estadounidenses de cine porque ninguno de sus colegas quería hablar con él sobre esta interpretación en tiempos de polarización extrema. Pero al final se coló en el quinteto de nominados, merecidamente.

T de Timothée Chalamet

A los 29 años, el actor es uno de los jóvenes más cotizados de Hollywood y ya tiene dos nominaciones al Oscar. La segunda le llegó este año por encarnar a Bob Dylan en Un completo desconocido, y parece ser el único que puede “escupirle el asado” a Adrien Brody en estos premios, además de arrebatarle el título de actor más joven en ganar este premio.

“Timmy” ganó el premio SAG hace unos días y dijo que quiere ser “el mejor de todos los tiempos”. También es célebre el consejo que le dio Leonardo DiCaprio: “nada de drogas duras ni de películas de superhéroes”.

U de Un completo desconocido

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Biopic de Bob Dylan, nominada a Mejor película. Aunque es un poco más “honesta” que otras de su género, y no es un panegírico del músico estadounidense, al final es un poco más de lo mismo. Quizás la más clásica de las nominadas.

V de Votación preferencial

El sistema utilizado para elegir la ganadora de Mejor película. Funciona así:

  • Cada votante rankea las diez nominadas de la que más le gusta a la que menos.
  • Se contabilizan los primeros puestos que recibió cada película. Si alguna pasa el 50% de los primeros puestos, gana. Si no pasa eso, la que tuvo menos votos queda eliminada. Se mira entonces cual fue la película que pusieron segunda, y los votos pasan a esa.
  • Se vuelve a contar con los votos repartidos ahora entre 9 películas y se elimina a la que quedó última. Si alguien votó primera y segunda a las dos que ya quedaron afuera, ese voto va a la que se puso tercera.
  • Se sigue repartiendo, contando y eliminando hasta que una película tiene la mayoría de los votos. Y esa gana Mejor película. Capaz no fue la que más votantes pusieron en primer lugar, pero si la que tuvo mayor consenso y rondó casi siempre los primeros puestos de las listas.

W de Wicked

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Fue una novela exitosa, un musical exitoso, y ahora es una película exitosa en taquilla, además de que está nominada al Oscar a Mejor película. Sus protagonistas van a cantar en la ceremonia, y seguro se llevará alguna estatuilla en los rubros vinculados a producción y diseño. Es una película muy aburrida.

X de X (exTwitter)

Plataforma donde Karla Sofía Gascón publicaba bastante seguido. Seguramente a partir de este año, la cuenta de cualquier persona que sea nominada a un Oscar será escaneada por relacionistas públicos para asegurarse que su historial cumpla con la norma ISO 9001 de corrección política.

Y de Yura Borisov

Uno de los hallazgos actorales de esta temporada. Nominado a Actor de reparto por encarnar a Igor, un matón que al final resulta ser un pan de Dios en Anora, este intérprete ruso dio entrevistas rodeado por su familia y derrochó simpatía en la campaña hacia el Oscar. No va a ganar, pero ya ganó.

Z de Zoe Saldaña

Favorita a Mejor actriz de reparto, la actriz parece ser la única que se salva de la quema general de Emilia Pérez y bien puede que sea la única en darle una estatuilla a la película en la noche del domingo. Curiosamente, ganará un premio de reparto pero es la protagonista principal de la película. Cosas de los Oscar.

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