El consejo directivo de Peñarol votó el martes por la noche aprobar la renovación del contrato del volante Ignacio Sosa en una reñida votación que volvió a poner sobre la mesa la interna compleja que se vive puertas adentro del club.
El tema fue recién puesto sobre la mesa el martes en el consejo directivo, luego de que Ruglio hablara en diversos medios sobre la situación del jugador y sobre el contrato de renovación que negoció en forma individual con sus representantes.
Eso generó que el consejo directivo le cuestionara una vez más su proceder a Ruglio.
"Hay una Comisión de Pases y Contrataciones designada para estas tareas, si se va actuar así sería mejor disolverla", le dijeron al presidente.
"La oposición no participó en ningún aspecto de la negociación", le endilgó otro de los consejeros.
Estas manifestaciones fueron compartidas hasta por miembros de oficialismo que en el día de ayer estuvo representado por el presidente Ruglio, el vicepresidente Eduardo Zaidensztat, Jorge Nirenberg, Alejandro González y Gastón Diz.
"El presidente negoció esta renovación por cuatro meses, según sus propias palabras. Una vez que llegó a un acuerdo, dio orden de anunciar la renovación en todos los medios de prensa cuando el secretario general del club aún no había revisado el contrato", expresó uno de los integrantes del bloque de la alianza opositora que conforman Evaristo González, Guillermo Varela, Rodolfo Catino, Santiago Sánchez y Fernando Jacobo con Edgardo Novick.
El jueves de la semana pasada, los asesores letrados le entregaron el contrato a Rodolfo Catino, secretario general de Peñarol. Todo lo que Peñarol aprueba debe contar con la firma del presidente y el secretario.
Cuando Catino revisó el contrato encontró puntos con los que no estaba de acuerdo y entendió que no podía firmarlo en ese momento.
"La negociación no fue la ideal porque la cláusula es insuficiente, no se quería pagar prima y se tuvo que pagar", reconoció uno de los consejeros presentes el martes.
Ruglio justificó su accionar unilateral diciendo que el jugador había "explotado" hace poco y que empezó a negociar con tiempo, un año antes de que se termine el contrato. Además, expresó que aceptó el monto de la cláusula porque al menos Peñarol asegura ingresos por el jugador en el futuro, deportivamente se lo queda para definir el Campeonato Uruguayo y además evita que el jugador se fuera sin dejarle ingresos al club una vez vencido su contrato a más corto plazo.
Más allá de eso, según se informó a Referí, Ruglio pidió disculpas por su proceder individualista, por pasarle por encima a la Comisión de Pases y Contrataciones por tercera vez y expresó que de cara a futuro no va a reincidir en este tipo de conductas.
Cabe recordar que en diciembre de 2024, este proceder de Ruglio generó que Edgardo Novick renunciara a la secretaría general del club y a la Comisión de Fútbol.
"Peñarol tiene una institucionalidad muy pobre", graficó a Peñarol un integrante de la oposición.
La votación del consejo directivo de Peñarol
Ruglio, Zaidensztat, Nirenberg, González y Diz, del oficialismo, votaron positivamente por el nuevo contrato de Sosa. También sumó su voto Fernando Jacobo.
En contra votaron Rodolfo Catino, Carlos Trujillo, suplente de Evaristo González, Daniel Tealdi, suplente de Santiago Sánchez, y Javier Di Mauro, suplente de Guillermo Varela. Edgardo Novick no estuvo en el consejo y no fue representado por ningún suplente.
"Finalmente, como tiempos que apremiaban, se terminó firmando el contrato que se entendió que era el mal menor, pero haciendo notar y que constara en actas que no se estuvo de acuerdo ni con el contrato ni en cómo se llevó adelante el tema", dijo a Referí un integrante de la oposición.
Además, si bien Catino votó en contra, terminó estampando su firma para validar formalmente el contrato.
En ese caso, pesó que ya había un contrato firmado por Sosa y por Ruglio y que la imagen de Peñarol podía quedar más dañada si se terminaba de rechazar lo acordado entre las partes.
Un nuevo golpe para la alianza y Ruglio recupera gobernabilidad en Peñarol
La votación de anoche supone un nuevo golpe para la alianza que Evaristo y todos los consejeros que lo acompañaron en las elecciones de 2023 (Catino, Sánchez, Varela y Jacobo, quien alterna con Nicolás Ghizzo) trazaron con Novick en enero de este año.
El primer golpe de debilitamiento se dio cuando Santiago Sánchez fue elegido presidente del básquetbol a proposición de Ruglio y con la negativa de Evaristo González, quien pretendía quedar al mando de ese deporte.
Sánchez dejó en claro que su aceptación del cargo no estaba condicionada a acompañar en el futuro a Ruglio en toda la toma de decisiones y desde entonces ha actuado en consecuencia con sus afirmaciones.
Posteriormente, en una votación que se llevó a cabo en la Asamblea Representativa, el sector de Evaristo González propuso emprender acciones legales contra Tenfield por la vieja deuda por la explotación de los derechos comerciales del Campeón del Siglo. Ahí los representantes de Sánchez y también los de Jacobo no acompañaron y votaron con el oficialismo.
Según pudo saber Referí, el bloque de Jacobo está votando según lo que entienden que es más conveniente por Peñarol, caso por caso, sin responder a las pretensiones de Ruglio y el oficialismo.
De todas formas, hay consejeros que se están desmarcando del homogéneo bloque que se conformó con la alianza y ahora empezaron a analizar caso por caso con mayor independencia la toma de sus decisiones puertas adentro del consejo.