Embed - La oposición en estado de alerta ante unPresupuesto que amenaza con dividirla #pincelada
Los blancos corren el riesgo de aparecer recios, pero ineficaces. Los colorados, se debaten entre el enfrentamiento y la colaboración, y pueden quedar atrapados en la ambigüedad. Cabildo Abierto se expone a perder credibilidad a fuerza de pendular.
Nadie dijo que le iba a resultar fácil a la Coalición Republicana ejercer la oposición al gobierno del Frente Amplio, sobre todo porque tampoco fue sencillo unir a sus partes cuando ocuparon el poder. El presidente Luis Lacalle tuvo que echar mano a todos sus recursos dialécticos, y a una experiencia política por entonces todavía escasa, cuando asumió en 2020 y le fue dado gestionar las diferencias y las concordancias con sus socios.
Con la izquierda otra vez en el gobierno desde el pasado 1° de marzo, la Coalición Republicana, ya sin la responsabilidad de gobernar, enfrenta el desafío de sobrevivir a los desafíos del llano para no volver a quedar a la intemperie tras las elecciones de 2029.
Uno de los primeros escollos, o de las primeras oportunidades, será la del Presupuesto enviado por el gobierno al Parlamento. En esta discusión, que se extenderá durante unos tres meses, blancos, colorados, cabildantes e independientes juegan intereses particulares y otros que los hermanan con sus socios.
En el Partido Nacional, los que están llevando adelante la estrategia opositora lo hacen en calidad de inquilinos precarios ya que, hasta que se demuestre lo contrario, el dueño indiscutido del liderazgo blanco es Lacalle Pou.
El expresidente surfeará muchas olas antes de empezar a volver a la actividad política plena a medida que se acerque el tiempo electoral.
¿Y hasta entonces qué? El presidente del directorio blanco es Álvaro Delgado pero se sabe que sus opiniones no representan a todo partido, sobre todo porque su sector Aire Fresco está atravesando una reestructura interna y porque el otro grupo mayoritario de esa colectividad, Espacio País lo encabezan los senadores Javier García, quien ha dicho que nunca entendió “la sanata de la oposición responsable”, y Sebastián Da Silva que no se caracteriza por su moderación.
Un tuit de García, marcó el tono con el que encara esta instancia. “Oddone es el ministro del ajuste fiscal más duro que se recuerde en mucho tiempo. Entre impuestos y persecución fiscal (“eficiencia tributaria”) a las personas 1200 mil usd; impulsa terminar con el secreto bancario (veneno populista). Mandó un presupuesto recaudador y agresivo”, escribió García.
Públicamente, los nacionalistas son claros en cuanto a que no le entregarán un cheque en blanco al oficialismo, pero en la interna, al igual que todos los demás, evalúan cómo repercutirá en el electorado la posición que asuman.
Oponerse a rajatabla al Presupuesto puede sonar bien para la interna, para los sectores más rabiosamente opositores, pero se corre el riesgo que fuera de ese círculo, sean evaluados como surtidores de palos en la rueda. Por lo pronto, desde el Partido Nacional han dicho que están dispuesto a votar en general la iniciativa para ponerse firmes en los artículos más polémicos.
Por el lado de los colorados, el desafío pasa por alinear a los sectores que encabezan Pedro Bordaberry (Vamos Uruguay) y Andrés Ojeda (Unir para Crecer). El primero ha mostrado una actitud de mayor diálogo que el segundo, pero en esta oportunidad intentarán acordar para votar en conjunto.
La disyuntiva no es sencilla. Si no acompañan a los blancos votando el presupuesto en general, dejarán la brecha abierta para que se diga que la Coalición Republicana se dividió cuando, desde la oposición, tuvo que actuar en conjunto en un asunto trascendente.
Pero también es una oportunidad para distinguirse del Partido Nacional y desmentir a aquellos que dicen que se han convertido en el furgón de cola de sus socios mayoritarios.
Cabildo: el socio incómodo
Y después está Cabildo Abierto. Siempre en un lugar incómodo. Incómodo para ellos y para los demás. El partido liderado por Guido Manini Ríos fue el socio díscolo del gobierno de Luis Lacalle Pou y esa postura, además de complicar al expresidente, parece no haberle dado rédito electoral ya que pasó de tener tres senadores tras los comicios de 2014 a derrumbarse en 2019 cuando obtuvo solo dos diputados. Pero ese par de legisladores cumplirán un rol fundamental ya que el Frente Amplio tiene mayoría en el Senado pero no en la cámara baja en donde necesita justamente dos votos más para llegar a los 50.
Cabildo ya le dio al FA los apoyos necesarios para aprobar la Rendición de Cuentas y parece dispuesto a acompañar al oficialismo siempre que lo estime necesario. Es evidente que el sector de Manini soltó amarras con la Coalición Republicana y no le pedirá permiso a blancos y colorados para levantar la mano en el Parlamento. Cada vez que Cabildo se acerca al Frente Amplio, la oposición se divide un poco más.
Además, si los opositores meten mucha mano en la iniciativa, corren el riesgo de aparecer cogobernando y repartiendo responsabilidades con el oficialismo. Y el gobierno puede acusarlos de haberle echado demasiada agua al vino en busca de que el Frente Amplio incumpla sus objetivos.
Es decir, cualquier cosa que cualquiera haga puede servir para repartir culpas y así echar leña en un debate público que ya viene bastante crispado. En definitiva, así se practicará la política hasta que se apruebe el Presupuesto. Y después del Presupuesto, también.