Para la cita electoral del próximo domingo, muchos votantes uruguayos faltarán con aviso. Los modelos de pronóstico del tiempo coinciden en que un sistema de alta presión dará pocas probabilidades de lluvia y temperaturas templadas para la época. Pero los sondeos de opinión pública reflejan un clima frío: menos de la mitad sabe la fecha exacta de las internas y solo a un tercio les “importa” esta instancia cívica.
A comienzos de junio —el mismo mes en que se desarrolla la contienda interna de los partidos políticos—, la consultora Factum les preguntó a sus encuestados sobre su nivel de conocimiento de la fecha electoral. Los resultados, que serán ampliados en un programa exclusivo que realizará VTV el próximo martes, evidencian que solo cuatro de cada diez (44%) sabían la fecha exacta (30 de junio), otros dos de cada diez tenían noción que era este mes mas no el día concreto (en junio), y el resto estaba equivocado o no tenía la más pálida idea.
Como suele indicar la teoría politológica, los más adultos son los más informados: a más edad, más conocimiento de la fecha exacta o aproximada de estas elecciones internas. Y a más nivel socioeconómico (clase social, como le llama Factum), más noción.
No solo se está en medio de la Copa América, y se disputan dos partidos de octavos de final de la Eurocopa (incluyendo el de España); no solo empiezan las vacaciones escolares de invierno y hay pronóstico de temperaturas templadas; no solo hay internas que, a juzgar por las últimas encuestas, parecen liquidadas; sino que hay un “clima de baja importancia”. Porque como dice el dicho: el saber es distinto que el querer.
¿Internas con poca importancia?
El Observador accedió a los resultados de una encuesta que realizó la consultora Ágora en al menos 22 localidades del interior de Uruguay. El sondeo, que incluyó más de 1.700 casos entre mayo y junio, revela que a menos de un tercio les parece “importante” esta elección interna.
En el novel libro Partidos y movimientos políticos en Uruguay, el sociólogo Rafael Porzecanski toma prestada la expresión "grietas en el muro" para describir "un claro descenso de los niveles de identificación partidaria en los últimos treinta años". Y esa baja identitaria viene acompañada, según otros estudios, de una creciente apatía y desconfianza de la política. Algo así como: "No me representan".
Como también dice la teoría politológica, a mayor edad crece la importancia que el ciudadano le asigna a estas elecciones internas. Otra vez: hay una cuestión de información y otra pizca de la experiencia vivida. Por ejemplo: la mayoría de los mayores de 62 años no pudieron votar en alguna instancia de sus vidas porque la dictadura se los prohibió.
El politólogo Ernesto Nieto, director de Ágora, reflexiona: "Cada vez hay una porción más grande de la ciudadanía que le resta importancia a la política, dice que no le interesa, y encima hay menos identificación con los partidos… entonces las internas, que son voluntarias y en las que se definen pesos al interior de las colectividades políticas, no les son relevantes”.
¿Qué participación electoral se espera?
Las elecciones internas fueron captando en cada edición un pedazo más pequeño del electorado. La única excepción fueron las últimas primarias (2019) en que la puja blanca, el fenómeno Juan Sartori, la novedad de Cabildo Abierto, la publicidad del Partido de la Gente y otros incentivos hicieron crecer (en menos de tres puntos porcentuales) la participación.
En este 2024, con menos disputa en la interna del Partido Nacional, y una creciente apatía, la ecuación podría cambiar. Tanto es así que los consultores estiman una votación tal vez por debajo del 40%. Si se llega al escenario de máxima, sin embargo, significarían más votantes (porque el universo de electores es más grande que en 2019).
La apatía de esta campaña electoral que no “prende” fue abordado (“con preocupación”) en la última reunión del comando de Álvaro Delgado, consignó Búsqueda. Y en el búnker del Frente Amplio bajaron la pretensión de adhesiones de 400.000 a 350.000.
La expresidenta del Frente Amplio Mónica Xavier reconoció a El Observador que la falta de interés o información se extiende incluso al reducido círculo de unos 130 mil frenteamplistas que votó en 2021 para elegir a la presidencia de la fuerza política, con adherentes que consultan por qué vuelven a votar ahora, "si ya votaron hace tres años".
En este clima de desconocimiento y apatía, dice la teoría, las estructuras más militantes son las que pueden inclinar la balanza de la votación. Pero esta vez, hasta parte de la militancia parece un tanto desconcertada.
En ese sentido, al menos el 45% de los legisladores uruguayos quieren cambiar la normativa y opinan que las elecciones internas deben ser obligatorias. Ese es el resultado de un relevamiento (casi censal) que El Observador realizó entre los diputados y senadores actuantes.
Fichas técnicas de las encuestas:
La encuesta de Factum fue realizada a 900 casos por telefonía celular entre el 1 y el 11 de junio de 2024. El máximo margen de error para el total de la muestra y para la hipótesis más desfavorable (p.q=0,5) es de +/- 1,7% en el nivel de confianza de 1 sigma y de +/-3,3% en el de dos sigmas.
En el caso de Ágora, el sondeo incluyó 1.780 casos por telefonía celular y fija entre mayo y junio. Fue realizada en 22 localidades del interior. A saber: Maldonado, San Carlos, Piriápolis, Chuy, Castillos, Lescano, Salto, Belén, Constitución, Paysandú, Guichón, Chapicuy, San José, Ciudad del Plata, Libertad, Carmelo, Colonia del Sacramento, Juan Lacaze, Nueva Helvecia, Colonia Valdense, Rosario y Tarariras. El error muestral esperado es de 2,4% para un nivel de confianza del 95,5%.