Cuando Jorge Díaz ve en la prensa o en las redes sociales que alguien contradice con agresividad sus argumentos o que directamente lo acusan de parcial o corrupto, la sangre le “corre por las venas”, como dice a quienes trabajan con él, y su primer impulso es salir a responder con dureza. Pero luego recuerda que es fiscal de Corte y que debe medir sus palabras y apariciones públicas.
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