Todavía se escucha el bullicio en las tribunas. Las 50 mil personas aplaudían el retiro de uno de los atletas más grandes de todos los tiempos: Usain Bolt. Había ganado su tercera medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Rio 2016 y se retiraba con ocho –debido a que le quitaron una de la posta de 4x100 de Beijing 2008 debido a que un compañero suyo dio positivo–. También los aplausos que se ganó el uruguayo Emiliano Lasa, quien terminó en un histórico sexto puesto en salto largo, consiguiendo un diploma olímpico para Uruguay.
Todo sucedió en el mismo estadio, el que aún se llamaba Joao Havelange, que se lo conoce por Engenhao y desde que lo administra Botafogo, lleva el nombre de uno de sus ídolos: Nilton Santos, quien no jugó, pero estuvo en el plantel de Brasil que perdió el Mundial de 1950 en Maracaná, ahí, bien cerquita del estadio que hoy lleva su nombre. Luego se desquitaría y sería campeón del mundo en 1958 y 1962.
Pero quien se llevó más aplausos en dos años y medio defendiendo a Botafogo en ese estadio –el mismo en el que Uruguay enfrentará a Paraguay para cerrar el Grupo A de la Copa América el próximo lunes a la hora 21–, fue un uruguayo: el Loco Abreu.
El minuano arribó en enero de 2010 y en pleno pasaje de su gran Mundial de Sudáfrica 2010 con la selección uruguaya –con la que terminó en cuarto lugar–, en junio de ese año, Botafogo, en una gran movida de marketing, mandó confeccionar una camiseta especial del club, color celeste, que fue furor en ventas. En tres días se agotaron las primeras 300 que se hicieron a prueba con el número 13 inconfundible en la espalda, pero que luego utilizó el club en distintos partidos.
Ese número 13 que años atrás había utilizado otro ídolo de la insitución, nada menos que Mario Zagallo quien posó en una fotografía con el uruguayo.
Abreu, quien había firmado por dos años, extendió su contrato un año más y fue ídolo de la torcida de Botafogo con el que ganó el Torneo Carioca 2010, la Taca Guanabara 2010 y la Taca Rio 2010 y 2012, y se constituyó en el segundo goleador extranjero en la historia del club con 63 goles, detrás el argentino Rodolfo Fischer.
Pero hay un dato más de Abreu y el estadio en el que se lucieron Bolt, Lasa y muchos más: el minuano es –incluso al día de hoy– el máximo goleador en ese escenario, con 41 tantos. Y eso que se fue del club a mediados de 2012.
En ese entonces llegó otro uruguayo quien también escribió su historia en Botafogo: Nicolás Lodeiro, quien también ganó el Campeonato Carioca, la Taca Guanabara y la Taca Rio, pero de 2013. Por entonces, llegó con una figura mundial que tenía 37 años, pero no desentonó: el holandés Clarence Seedorf.
Como ha ocurrido en todos los escenarios de esta Copa América de Brasil que salió de apuro y de un día para el otro debido a que ni Colombia ni Argentina pudieron organizarla por diversas causas, los mismos se encuentran en malas condiciones.
El último encuentro jugado allí fue Brasil-Colombia el pasado miércoles. Tras el mismo, el técnico brasileño, Tite, dijo: “Tenemos que entender el partido dentro de un contexto y una cancha que no llamaré horrible, pero que es muy mala para jugar. Perjudica todo el espectáculo. Quien quiera crear, no puede. Es inadmisible que jugadores de dos equipos de alto nivel que juegan en Europa, con una calidad de césped tan alta, vengan a jugar en unan cancha en estas condiciones. La pelota picaba, parecía nerviosa”.
En ese escenario que se encuentra muy mal y en el que el Loco Abreu dejó un gran recuerdo, Uruguay enfrentará a Paraguay.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá