Toda su familia es de Danubio. Su papá nació enfrente a la cancha, Jardines del Hipódromo. Su abuelo, trabaja como carnicero en la carnicería San Pablo que está también frente al campo de juego de los danubianos.
La historia de Facundo Milán empieza ahí. En esa barriada que llevó a que defendiera a tres equipos distintos de baby fútbol: Ituzaingó, Primavera y Potencia.
Cuando tenía nueve años, el profesor Rodrigo Castro –amigo de su padre– lo fue a ver cuando defendía a Primavera y se lo recomendó nada menos que a César Santos, un prócer de Defensor Sporting, quien estuvo 30 años al frente de la escuelita de las juveniles violetas, además de haber sido el preparador físico del histórico Defensor de 1976 que terminó con la hegemonía de los grandes.
"Día por medio me llamaba. Hicimos una gran amistad. Me llamó el 31 de diciembre y me dijo que no me sorprendiera si debutaba en Primera en 2017, que seguramente no seguiría en sub 16. Yo me puse muy contento. Pero él no me dijo que estaba internado, no quiso preocuparme y se murió dos días después", explicó a Referí Facundo, quien con apenas 16 años, debutó el domingo con Defensor Sporting y anotó los dos goles para vencer a Plaza Colonia.
La muerte de Santos fue un golpe muy fuerte para este chiquilín. "Era como su preferido. Mi viejo no me dejó ir al velorio porque me veía deprimido. Me vine abajo anímicamente porque dos días antes habíamos hablado por teléfono y no podía creer que hubiera fallecido", indicó.
Al poco tiempo de llegar a Defensor, ojeadores de Danubio quisieron llevárselo. Si bien toda su familia es hincha de ese club, su padre –pese a que él solo tenía nueve años–, lo dejó elegir. "El que decide sos vos", le dijo. Y Facundo, que se crió entre hinchas franjeados y en el barrio, prefirió quedarse en los violetas.
"Estaba cómodo en la escuelita de Defensor. Me trataban muy bien", explicó Facundo.
Pero también Peñarol y Nacional fueron por él porque ya a esa edad demostraba un gran nivel goleador. Y se quedó.
Lleva un historial de todos sus goles, que hasta ahora son 118 en juveniles, más los dos del domingo en Primera.
Empezó en la sub 13 y lo subieron a Séptima con menos edad. Hizo seis goles y al año siguiente fue goleador de esa divisional con 34 anotaciones. Luego en Sexta, volvió a ser máximo artillero, nada menos que con 49 tantos, mientras que en sub 16 llevaba 29 en 17 partidos. Lleva 19 hat tricks y tiene las 19 pelotas. Entonces lo llamaron a la selección sub 17, en la que también era uno de los menores por edad. Jugó un encuentro por el Sudamericano ante Chile.
Entiende que contra Danubio "es un clásico de inferiores. Hay más rivalidad que en Primera. Nunca le hice menos de dos goles cada vez que lo enfrenté. En uno, le hice cuatro en Sexta división".
Alternó un partido en Tercera contra Sud América y fue ascendido a entrenar con la Primera. Lo hizo durante tres semanas. El técnico Eduardo Acevedo le había dicho que en dos meses lo iba a hacer debutar, pero no esperó y fue este pasado fin de semana. La palabra de César Santos, se cumplió.
"Desde que me convocó el entrenador para el partido ante Plaza, estuve muy ansioso. Los compañeros me ayudaron mucho a estar tranquilo", indicó. Pero también esos propios compañeros cumplieron con el rito íntimo y le raparon la mitad de la cabeza. Lo hizo el arquero Gastón "Moneda" Rodríguez. Entonces en Colonia, otros futbolistas lo ayudaron a pelarse todo.
"Cuando fui a entrar, Eduardo me dijo: 'No tenés que demostrar nada, ni a mí ni a nadie. Hacé lo que sabés ahí cerca del área, triangular y postear'", recordó.
Hasta que llegó el primer gol que abrió un partido muy cerrado en Colonia: "No me salía el grito. No lo podía creer. Quería gritar ¡gol!, pero no lo conseguía. Lo grité recién cuando mis compañeros me abrazaron".
El ómnibus en el retorno a Montevideo era una fiesta por el triunfo y él era motivo de todo tipo de bromas.
Admira a Luis Suárez. "Lo miro para aprender. Veo cómo se mueve y la potencia que tiene".
A su vez, le contó a Referí que hoy irá al Centenario a ver a Uruguay: "Ya estamos adentro del Mundial", sostuvo.
Facundo estudia en el liceo 37 y cursa quinto año humanístico. Quiere seguir administración de empresas.
"Me gusta y hay que estudiar siempre. Si no, en casa me matan. Primero está el estudio", dice. Además, su hermana Belén dejó la vara muy alta. Con solo 19 años ya está en tercero de Facultad de Medicina. Quiere ser anestesista: "La tengo como ejemplo y me pone presión (sonríe). Es que pasó de primero a cuarto de liceo ¡con 12! Yo soy bueno, pero no llego a tanto".
Se ampara en su familia. "La familia es el 80% de todo. Te aconsejan con la verdad. Es importante escuchar", dice.
Hace un par de meses se ofreció para ser alcanzapelotas en el Franzini de los partidos de Primera.
"Me gustaba estar ahí, al lado de los jugadores para ver cómo era el ambiente", admitió. Hoy lo vive desde adentro.Inicio de sesión
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