En un día perfecto para salir al aire libre, con sol y buena temperatura, la atleta Déborah Rodríguez regresó este martes a su hábitat natural de entrenamiento, la pista en el predio del Liceo Militar, en el Prado.
La atleta que entrena en Estados Unidos pero que decidió volver junto a su familia en Uruguay cuando tomó fuerza la pandemia de coronavirus, finalmente pudo correr en la pista luego de que la Secretaría Nacional de Deporte (SND) y la Confederación Atlética (CAU) definieran el protocolo para la vuelta de las actividades y les dieran prioridad a los atletas que quieren llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio.
De esa forma, este martes a la mañana Déborah se presentó en la nueva pista del Prado, que cuenta con un impecable tartán rojo, y comenzó a trabajar junto a Martín Mañana, el entrenador olímpico de los hermanos Cuestas, quien hará de nexo entre la atleta y su coach en Estados Unidos, Derek Thompson.
“Estoy contenta, fue el primer día de pista luego de varios meses”, dijo la atleta a Referí, que se hizo presente en el lugar para ver cómo son los entrenamientos en esta “nueva normalidad”.
Para ingresar al predio militar hubo un control identificatorio por oficiales con tapabocas. En una mesa en la zona de recepción había alcohol en gel y una alfombra desinfectante. Luego, ya en la zona de pista, Déborah y Mañana no utilizaron mascarillas durante los ejercicios, pero sí lo tenían a mano y llegaron al lugar con ellos puestos.
El entrenamiento fue leve, a modo de adaptación a la pista, una superficie flamante que fue estrenada el año pasado y que la atleta no conocía. “Es mi primera vez en la pista del Prado, una pista muy buena y mi nuevo lugar de entrenamiento por unos meses, hasta que se normalice un poco esta situación pandémica y pueda retomar mis entrenamientos en Estados Unidos”, dijo la dos veces olímpica.
Déborah valoró poder trabajar con Mañana, “un gran entrenador”, que la va a ayudar y acompañar en estas semanas, siguiendo las pautas que les manden desde el país del norte, y también el hecho de tener una agenda semanal. “Tener la rutina y la disciplina de poder entrenar con un buen equipo todos los días, a un horario, creo que eso es importante para continuar con la preparación hacia Tokio 2021”.
Para volver a entrenar, la SND les envió a los atletas un protocolo al aire libre que deben cumplir en la pista. “Como solo somos Martín Mañana y yo quienes estamos acá, los protocolos que hay que seguir son mantener la distancia, no tener contacto, y cada uno con sus botellas y sus materiales”.
“Nunca había sentido tanto la definición de libertad como ahora. No solamente por salir al aire libre”, dijo Déborah en el Prado, sintiendo el sonido de los pájaros y el aire libre en el rostro
“Para nosotros, los atletas, la libertad es correr. Para mí, siempre lo fue. Correr es todo para mí. Es un desestresante, lo que me da energía, es mi rutina… Es mi vida”, agregó la atleta que al retornar de Estados Unidos debió hacer una cuarentena obligatoria y luego se fue a la casa de sus padres, donde se movía en una cinta instalada en la barbacoa.
“Era inevitable no sentir que tenías ganas de salir afuera y tenía ganas de correr. Y sobre todo la preocupación de que uno tiene un estado físico que no va a ser el mismo cuando se retome toda la actividad. Para el deportista eso es muy preocupante”, señaló.
En medio de esa incertidumbre, Déborah se apoyó en su psicólogo deportivo. “Mantengo mis terapias, y mucho más ahora”, contó. “Y trabajamos, mucho, mucho, mucho, porque realmente a mí esto me afectó no solo a nivel físico, sino también a nivel emocional. Creo que a todos nos pasó lo mismo por la incertidumbre y qué va a pasar. Fue muy importante hacer la terapia”.
Además de entrenar en su casa, en la cuarentena la atleta de 27 años que se especializa en los 800 metros se dedicó a la lectura. “Intenté reinventarme”, dijo al hablar sobre los estudios que retomó en estos días: el periodismo deportivo y el idioma francés. Sabe que no puede hacerlos de forma presencial y que tiene complicaciones por sus viajes y competencias, pero los encaró como una forma de ocupar su tiempo y también de estar entretenida.
Por ahora, no sabe cuando volverá a Estados Unidos, donde la situación por el coronavirus está “más complicada”, y se concentrará en sus entrenamientos para ponerse en buena forma física ya que tampoco hay conocimiento de cuándo volverán las competencias. “Puede ser este año o el año que viene”, comentó. “Y lo que sí sabemos es que cuando salgan las competencias y esté el calendario competitivo, hay que estar preparada”.
Déborah, que agradeció las gestiones que hizo la SND, la CAU y el Ministerio de Defensa para que pudiera volver a entrenar con miras a Tokio, inició la fase 1 para el atletismo de alto rendimiento y ya piensa en la siguiente.
La dos veces olímpica fue la primera atleta de elite de Uruguay que abandonó el encierro y comenzó a entrenar en su lugar de trabajo.
“Esperemos representar al país lo antes posible, creo que todos los deportistas estamos desesperados por empezar a competir y jugar, así que espero que todos vuelvan a sus actividades y se puedan recuperar de esta pandemia”, comentó, en su vuelta a la pista.
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