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7 de septiembre 2024 - 0:00hs

Luis Suárez vivió una noche muy emotiva. Tras empatar 0-0 con la selección de Uruguay ante Paraguay, en el Estadio Centenario, por la séptima fecha de las Eliminatorias, el Pistolero le puso fin a su ciclo de 17 años con la camiseta celeste.

La Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) le preparó un homenaje para el final del encuentro.

Suárez lo comenzó muy amargado porque el empate a cero con los paraguayos lo dejó de muy mal humor.

Sin embargo, con el correr de los minutos las emociones lo fueron gobernando.

El último partido de Luis Suárez con la selección de Uruguay

Suárez arrancó el partido con las tareas de capitán, ya que en su despedida llevó el brazalete y estuvo al frente del equipo.

Tras el himno, tuvo un saludo con sus tres hijos que estaban en la cancha. Luego, con el banderín, fue corriendo al sorteo y saludó a los jueces.

Después volvió corriendo al banco de suplentes para dejar el banderín paraguayo. En ese momento comenzaba el minuto de silencio para Juan Izquierdo e igual siguió hacia los asistentes de Bielsa, dejó el souvenir guaraní y ahí advirtió el homenaje y se quedó parado.

El partido comenzó y se vio al Suárez de siempre. Buscando todas las pelotas y protestando la demora en la salida rival e incluso discutiendo con un zaguero a pocos minutos de comenzado el partido.

A los 14' tuvo un lujo de gran calidad al habilitar a Maxi Araújo con un taco espectacular que hizo exclamar a los hinchas. Luego, el 9 le quedó diciendo algo al extremo.

Después llegó la pirueta que dio en el palo y que hizo parar a Marcelo Bielsa de la hielera por primera vez. Uno de sus asistentes se acercó a la línea y les hizo pulgares para arriba a los jugadores, conforme con lo que veía.

A los 21' tuvo un choque con el arquero paraguayo y le recriminó algo, como también a otro de los defensas rivales.

Tácticamente, Suárez fue el más cercano a la salida de Paraguay pero estuvo lejos de hacer el desgaste que suele hacer Darwin Núñez en la presión.

En ofensiva, estuvo muy claro para habilitar y también para adelantarse y dejar vacío para los extremos.

El goleador histórico celeste (69 goles) terminó el primer tiempo como lo comenzó: hablando con los jueces y reclamándole por el tiempo que hizo Paraguay.

En el segundo tiempo el Pistolero siguió peleando todas las pelotas y nuevamente discutiendo con los marcadores rivales.

Observó atento cuando Cristian Olivera se acercó para ingresar. Hubo tensión en el Centenario ante la posibilidad de que Bielsa sacara a Suárez, pero finalmente salió Pellistri.

Con el correr de los minutos y sin goles, y con Bielsa haciendo cambios, el partido entró en los minutos finales.

Suárez ligó una amarilla luego de separar en un entrevero y de volver a reclamarle al juez.

La hinchada coreo el "olé, olé, Lucho, Lucho", alentando al delantero y también pidiendo que le quede una en el área, la última.

Fede Valverde le tiró un pase de taco pero le quedó larga, luego de una gran jugada colectiva que hizo parar a los hinchas de sus butacas.

Luego, el salteño volvió a dialogar con el capitán paraguayo, en un intenso intercambio que incluyó gestos con las manos.

El público se puso de pie en la última falta y cantó "Uruguay, Uruguay", pero el centro el área fue rechazado por la defensa paraguaya, una selección que vino a hacer su juego y se olvidó de la despedida del salteño, amargando la fiesta, cómo muchas veces lo hizo el Pistolero.

El partido llegó a su fin con un 0-0 gigante y con Suárez sin poder hacer su gol 70.

El homenaje a Luis Suárez en el Estadio Centenario

Cuando terminó el encuentro, comenzó el homenaje al goleador histórico celeste, quien se quedó en la cancha juntos a sus compañeros, con la indisimulable bronca de no haber cerrado su brillante ciclo en la selección con una victoria, pero con la satisfacción de haber entregado todo en los 90 minutos, como siempre lo hizo cuando defendió a su país en el Centenario y las canchas del mundo.

Sus compañeros le formaron un pasillo.

También se sumaron al campo de juego sus excompañeros: Sebastián Coates, Álvaro González, Diego Forlán, Diego Godín, Diego Lugano y Walter Gargano.

La gran ovación de la noche llegó cuando ingresó al campo de juego su extrenador, Óscar Washington Tabárez, quien fue acompañado por el preparador físico José Herrera y sus ayudantes Mario Rebollo y Celso Otero.

"Fue todo por él", dijo Suárez después, cuando le tocó hablar.

Tabárez le regaló una plaqueta condecorándolo como "leyenda del fútbol uruguayo".

La noche tuvo un momento de abucheo cuando el presidente de la AUF, Ignacio Alonso, entró con el secretario general de Conmebol, Nery Pumpido, para regalarle a Luis Suárez .

Además, se bautizó el arco de la tribuna Colombes, con el nombre de Luis Suárez. Ahí anotó su primer gol oficial, contra Bolivia, por las Eliminatorias para Sudáfrica 2010.

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