La rutina de los jugadores juveniles siempre estaba cargada de actividades: entrenamientos de fútbol, liceo, amigos, familia y partidos los fines de semana. Pero de esa hiperactividad en sus vidas pasaron, de un día para el otro, al encierro por la emergencia sanitaria y a adaptarse a nuevas formas de entrenar y a una incertidumbre creciente por la vuelta a las canchas.
El supervisor de las divisiones juveniles de Liverpool, Gustavo Ferrín, cree que este confinamiento voluntario en Uruguay “afectó muchísimo” a los jugadores, pero su principal preocupación está en una clase de jugadores: aquellos que abandonaron el club durante la pandemia y que “cambiaron hábitos”. “Reinsertarlos y ponerlos otra vez en caja no va a ser una tarea fácil”, advirtió a Referí.
Hay dos franjas de edades que son las que más perdieron el contacto durante estos tres meses y medio, dijo Ferrín: los que están en los primeros años de formativas y quienes pensaban que este era el año para subir a Primera división, que ven que no tendrán posibilidades.
“Estamos encima de estas situaciones y al no tener un contacto directo se pierde la esencia de la relación. No hay otro camino que estar insistiendo, preguntando cómo están”, comentó.
En Wandereres, la asistencia a las sesiones virtuales por Zoom “fue buena”, pero el coordinador de las divisiones juveniles, Ernesto Garateguy, admitió que hubo “casos particulares”, como aquellos de juveniles que no tenían computadora o buena conexión a internet, e incluso hubo faltas injustificadas, que “se potenciaron más”.
“A medida que esto iba avanzando, empezaron a parecer pérdidas de trabajo, dificultades económicas. Empezamos a identificar angustia en alguno de ellos. Ahí fuimos visualizando cuál era la población más vulnerable e hicimos un seguimiento continuo porque se iban complicando las cosas”, contó Garanteguy a Referi.
En Danubio, los cuerpos técnicos de las juveniles marcan los trabajos y los jugadores envían las filmaciones para tener un feedback. Enrique Ares, el coordinador de las juveniles, destacó la participación de los jugadores en los encuentros virtuales: “La mayoría estuvo enchufado y participó cotidianamente de los grupos, salvo aquellos que no tienen saldo para conectarse”.
Los profesores de Defensor Sporting se las ingenian para variar los ejercicios, pero es difícil mantener la motivación de los futbolistas, que están “bastante ansiosos” por volver a entrenar.
“Llega un momento que no es fácil y los gurises quieren salir a correr en la calle. Hay muchos que viven en apartamentos o casas pequeñas y no tienen condiciones para moverse”, comentó Fernando Fedeullie, el director deportivo de los violetas.
Wanderers le dio otros usos a la plataforma para poder “acercarse” a los jugadores. El club decidió acercarse a los juveniles a través charlas virtuales con jugadores referentes, árbitros, médicos, psicólogos y nutricionistas. Y había una condición: el video tenía que estar prendido, contó Garanteguy.
Ricardo Perdomo, el coordinador deportivo de las juveniles de Torque, dijo a Referí que estas últimas semanas fueron “muy duras”, en especial cuando se empezó a ver más movimiento en las canchas de fútbol. “Los chicos van a correr a un parque, o a jugar un fútbol cinco, sin ningún tipo de protocolo. Nosotros estamos urgidos de empezar para que los chicos estén bajo un control y un régimen”, expresó el entrenador.
Perdomo dice que los jugadores están “cansados” y “aburridos” y que la tarea de los cuerpos técnicos es incentivarlos todos los días con la promesa de que “falta menos”, aunque en realidad no se sabe cuánto. En la filial del Grupo City en Uruguay también hubo algunos jugadores que no se conectaron a los encuentros virtuales por “dificultades con internet”.
Garateguy advirtió que en el regreso a los entrenamientos tendrán que cuidar las cargas físicas y también trabajar la mente con una psicóloga, porque “el manejo de la ansiedad” es una de las preocupaciones. “Las lesiones musculares muchas veces están ligadas a este tipo de cuestiones”, explicó.
La vuelta será progresiva para cuidar a los jugadores, dijo Fedeullie, pero destacó que los jugadores tienen “una memoria física” por más que hayan pasado varios meses sin jugar.
En ese sentido, Perdomo comentó que los juveniles tienen un “un poder de adaptabilidad grande” y cree que se van a poner rápidamente “en buena forma”. “Hay que esperar los tiempos. De acuerdo a lo que vaya pasando se va a ir intensificando el trabajo”, comentó entrenador.
Al coordinador de Danubio, en tanto, le preocupa todo este tiempo de inactividad y lamentó que, pese a los trabajos que se marcan para seguir a distancia, los técnicos no saben “en qué condiciones están” los futbolistas. Para Ares lo que más preocupa es la “pérdida de masa muscular”, que es lo que más demora en recuperarse.
Ferrín afirmó que espera que alguien “tome la iniciativa” para volver a la cancha, pero hizo énfasis en “hacer las cosas de forma reglamentaria”. “Tampoco podemos fomentar que haya entrenamientos sin controles exigentes”, explicó y dijo que como mínimo se habilitarán los entrenamientos 45 días antes de que vuelva la competencia oficial. Pero el entrenador insistió en una preocupación mayor: “La obsesión más grande es que renueven los buenos hábitos”.
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