Giorgian de Arrascaeta

Copa América > EL ANÁLISIS

Uruguay-Bolivia: bienvenidos al mundo de De Arrascaeta; la celeste descubrió por dónde salir a flote

El 10 de la selección, asume un rol en el juego que le puede dar a Tabárez réditos que viene buscando desde que perdió a Forlán
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24 de junio de 2021 a las 22:39

Tiene 27 años. Está entrando en la mejor etapa de su carrera futbolística. Es crack en Brasil. Crack, crack. Siente un grado de responsabilidad por el que ya pasaron los de mayor edad de esta selección, y que todavía no transitan los más jóvenes. Asume que "tiene una cuenta pendiente" para ganarse un lugar en la oncena de Uruguay, y es un desafío que intenta cumplir en esta Copa América. No le pesa la responsabilidad. Juega con desparpajo. Recorre la cancha de lateral a lateral a las espaldas de los volantes rivales, en ese lugar donde con diagonales hacia el área con una fluidez en su juego tiene que ser el fogonero de los goleadores. Contagia fútbol. Juega a un toque. Y se sigue soltando.

La versión que expresó este jueves en Cuiabá ante Bolivia es una puerta de ingreso a algo diferente. Giorgian de Arrascaeta generó un vínculo en el juego que Uruguay estaba necesitando en una zona del campo en la que desde que se empezó a apagar Diego Forlán, tras la Copa América de Argentina 2011, la celeste no encontró sustituto para transitar con buen pie y buen criterio para generar en esos lugares estratégicos las fortalezas de un equipo.

Cuando en 2014, con 20 años Tabárez le dio la primera oportunidad, convocó a De Arrascaeta para moldear a ese jugador que pudiera hacer de Forlán, salvando las distancias con el mejor jugador que tuvo la selección en los tiempos modernos.

A los 20 hizo los primeros ensayos. Le dio minutos en partidos amistosos, pero aún no estaba maduro.

En esta versión de Uruguay, que se acostumbró a que Suárez y Cavani solucionan todo, no necesitó más nada en los últimos tiempos, pero ahora que los goleadores se empiezan a apagar, que ya no son autosuficientes en su juego como en sus años más productivos para sacar a la selección de un apuro, Tabárez tiene que buscar alternativas con quienes están en una etapa de madurez, que son en definitiva los que pueden llevar el peso de la responsabilidad.

Esta selección tiene varias. Nombres de futbolistas que juegan en la elite, pero que necesitan madurar.

Federico Valverde, el jugador que tuvo los mejores números ante Bolivia (91% de efectividad en 46 pases, cinco chances creadas y cinco quites), en ese trabajo silencioso del volante con mayor proyección de futuro. Solo tiene 22 años. Tácticamente es el jugador que todo entrenador quiere tener, por lo que es capaz de aportar con su pegada, y de sumar con la capacidad para ocupar siempre el mejor lugar del terreno, para cubrir un espacio cuando el lateral se desprende al ataque o para posicionarse de mitad de cancha para adelante cuando el juego lo permite.

Matías Vecino, 90 toques (el que más tuvo la pelota en Uruguay), 78 pases y 84% de precisión ante Bolivia. Lee el juego como pocos. Estuvo en tres de las 10 situaciones de gol que creó Uruguay en Cuiabá, siempre recuperando la pelota en el lugar exacto y jugando con precisión, de cabeza o con el pie. Juega en una zona clave, pero su influencia en ataque no es suficiente para generar todo lo que el bloque ofensivo necesita.

Naithan Nández fue la figura de Uruguay ante Bolivia (como rival no es una gran medida), porque sorprendió con la potencia física que le permite quebrar líneas, llevar al equipo hacia adelante, llegar hasta el fondo y levantar un centro. Tuvo 87% de precisión en 39 pases, quitó cuatro pelotas y generó una chance de gol.

De Arrascaeta, 58 toques, 41 pases, 73% de efectividad en la zona más difícil de manejar el balón (en tres cuartos de cancha, entre seis y ocho jugadores rivales que no dejan espacios para andar), tres chances creadas, dos quites y el pase que, con fortuna, terminó en el 1-0. Como un péndulo, fue de derecha a izquierda buscando el mejor socio para jugar y crear juego para los delanteros.

En el mapa de calor del primer tiempo, que publica Conmebol en su web, se pueden observar sus movimientos en ese período. Se volcó por derecha y por el medio, por donde transcurrieron 7 de cada 10 ataque del juego de Uruguay en el primer período (42% de los ataques por derecha y 30% por el medio):

Mapa de calor de De Arrascaeta en el primer tiempo

En el segundo tiempo jugó 18 minutos:

Mapa de calor de De Arrascaeta en el segundo tiempo

Es por esa razón que este De Arrascaeta, que todos los partidos es figura en el fútbol brasileño, es ídolo, hace golazos, lo reconocen como figura y levantó nueve copas en los últimos tres años, asume el rol de protagonista y con su juego invita a ingresar a su mundo exclusivo del fútbol-espectáculo.

De Arrascaeta debutó en la Copa América ante Chile

Ahora está jugando a media máquina como consecuencia del covid-19 que lo dejó fuera de actividad durante las dos primeras semanas de este mes. Faltó al partido con Argentina, debutó en la Copa América contra Chile y este jueves ante Bolivia se empezó a soltar, protagonizó la jugada del primer gol y mandó la pelota al área que entre el zaguero Quinteros y el golero la mandaron al fondo de la red, y probó con un remate desde afuera del área que pudo terminar en la red.

De Arrascaeta celebra el primer gol de Uruguay

De Arrascaeta le permite a Tabárez dibujar un equipo como el que supo desplegar con Forlán con un 10 a las espaldas de Suárez y Cavani, y en esta selección con tres volantes de buen pie (Valverde, Vecino y De la Cruz), amalgama el mejor mediocampo.

Con De Arrascaeta no vuelve el 10 tradicional. Regresa el 10 moderno y lo que tiene Uruguay es una pieza que tracciona en forma individual y que hace andar la máquina. Y cuando ese elemento encuentre respuestas por las bandas (Nández o Gio González por derecha y Viña por izquierda), comenzará a descubrir las bondades del mundo de De Arrascaeta.

Bolivia no es medida sobre las posibilidades que tiene Uruguay en este camino de la Copa América. Sin embargo, en este recorrido en el grupo A, Tabárez termina de aprovechar los partidos de la fase de clasificación para encontrar el mejor funcionamiento. Lo consiguió. El lunes ante Paraguay tendrán que dar la talla de lo que realmente pueden llegar a rendir, pero de lo que no quedan dudas es que con De Arrascaeta descubrió ese elemento conductor en un sector del juego que es clave para llegar al lugar que quiera.

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