El año de los cierres imprevistos: un repaso por las grandes empresas que bajaron la persiana en Uruguay en 2025
Los cierres de empresas de peso sacudieron el clima empresarial en los últimos doce meses y pusieron el foco en los desafíos del clima de negocios en Uruguay; desde el Ministerio de Trabajo buscan ratificar unconvenio para que las empresas deban avisar con anticipación su salida del país
31 de diciembre 2025 - 5:00hs
AFP
El 2025 tuvo también noticias amargas para el ecosistema empresarial uruguayo. En los últimos doce meses múltiples cierres de empresas de peso sacudieron el clima empresarial y pusieron el foco en los desafíos que enfrentan las empresas para sostenerse y crecer en el país. Un repaso por los casos que más resonaron por su impacto simbólico, laboral y por las preguntas que dejaron abiertas.
“Altos costos de producción” y el llamado a la reflexión: el caso de Yazaki
20250202 Planta Yazaki. Japanese multinational Yazaki, a manufacturer of components for the automotive industry, has announced the closure of its two plants in Uruguay. EITAN ABRAMOVICH / AFP
El cierre, según indicó la compañía en su momento, se debió a "los altos costos de producción de la operación en Uruguay”, que afectaban significativamente las posibilidades de la empresa de competir en los mercados globales. A esto, agregaron, se le sumaron "las constantes paradas de producción dispuestas por el sindicato".
En este escenario, la compañía decidió derivar la producción a Argentina y Paraguay.
Tras el anuncio de la fábrica de autopartes, un comunicado de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) se sumó a las repercusiones que se suscitaron.
“El hecho de perder otra industria debe llamarnos a una reflexión profunda, trabajando para que no se procesen cambios que tengan efectos aún más negativos sobre la competitividad de nuestra producción”, expresó la gremial empresarial.
En 2024 el sector autopartista ya había sentido el primer cimbronazo. En mayo, Fanacif -propiedad de la brasileña Fasle Mobility- anunció el fin de sus operaciones en Uruguay. También con un comunicado, la compañía informó que la decisión fue el resultado de un análisis de estrategia de optimización en respuesta a desafíos comerciales enfrentados a lo largo de los últimos años. Entonces, decidió trasladar a Brasil la confección de componentes para sistemas de frenos que se realizaba en Uruguay.
La decisión se habría tomado a raíz de que el grupo empresarial busca centralizar su producción en el vecino país para abastecer con mayor eficiencia tanto a ese mercado como a los externos.
El cierre afectó a unos 40 puestos de trabajo y según dijeron fuentes del gobierno a El Observador la decisión causó sorpresa.
Ante este hecho la Confederación de Sindicatos Industriales denunció una "grave situación" en la "industria nacional con el consecuente cierre de plantas y la pérdida de cientos de puestos de trabajo", al tiempo que continúa "reclamando medidas inmediatas, urgentes y concretas de los actores involucrados para revertir una realidad extremamente grave".
Según señaló en rueda de prensa la Directora Nacional de Trabajo, Marcela Barrios en su momento, el Ministerio de Trabajo no fue notificado de la decisión de la empresa, pero en base a la información recabada por la cartera sostuvo que se debe a decisiones corporativas y una reestructura global.
“Desde principio de año sospechábamos que se iba a terminar el contrato que tenía el cliente con Alorica, debido a un cambio en la cantidad y el flujo de trabajo. La sorpresa vino más bien porque la empresa decidió cerrar sus operaciones y por el poco tiempo entre la oficialización, que fue hace dos semanas, y la concreción del cierre”, dijo Nicolás Bruno, dirigente sindical de Alorica a El Observador.
La compañía había pasado de tener menos de 40 empleados a más de 300 en muy poco tiempo y había elegido al país para instalar su centro tecnológico para América del Sur. Desde su llegada al país en 2021 UKG levantó rápidamente su perfil: tuvo fuerte presencia en medios, se convirtió en un caso atractivo para el sector tecnológico y armó un equipo de más de 300 personas, en su mayoría profesionales IT, que hablaban con entusiasmo de una empresa con buena cultura organizacional, proyección internacional y oportunidades de crecimiento.
Sin embargo, las cosas cambiaron de un día para otro y tras el cierre la palabra oficial de UKG nunca apareció. El manejo de la empresa que no notificó al gobierno, ni a las autoridades del sector, ni tampoco tuvo prevista la gestión de la comunicación de su salida del país sorprendió a todos. En medio de esta incertidumbre, fuentes del sector indican que los costos operativos fueron el gran motivo que llevó a la multinacional a relocalizar operaciones, posiblemente, en India.
Otros casos que también tuvieron su impacto: de la industria quesera a la metalúrgica
Otro caso que generó impacto por su peso simbólico en el ecosistema productivo fue el cierre de la planta quesera Howald y Krieg. Ubicada en Nueva Helvecia, departamento de Colonia, la fábrica cerró de forma definitiva en setiembre.
La empresa había sido fundada en 1950 bajo el nombre Alpa y fue la responsable de crear la línea de quesos homónima, una marca que alcanzó una fuerte presencia y popularidad en todo el país, convirtiéndose en un emblema de la industria láctea nacional.
En la actualidad la empresa elaboraba queso sandwichero y crema de la marca Berna y de la línea premium Rodolfo y empleaba a 18 personas.
En abril de este año la planta industrial había sido rematada debido a deudas de larga data con créditos otorgados por República AFISA, sin embargo la empresa había manifestado en aquel momento su voluntad de continuar trabajando con normalidad cumpliendo con sus obligaciones. Sin embargo, no habrían logrado revertir la falta de respaldo financiero para recomprar y poner en funcionamiento la planta, por lo que la maquinaria fue vendida a una empresa de Tacuarembó. Estos fondos se destinarán a los despidos, así como el pago a proveedores, insumos y compromisos legales pendientes.
El cese de actividades de la empresa se debió, según señalaron desde la firma, a “motivos operativos”. El cierre de la industria, que ya se presentó a concurso de acreedores, afecta directamente a 80 trabajadores.
En este marco, el ministro de Trabajo insistió en ratificar un convenio para que las empresas deban avisar con anticipación su salida del país.