Uruguay había intentado superar en siete ocasiones el tercer puesto en los Sudamericanos juveniles, la única actividad previa a la selección mayor que existió hasta la década de 1980. De local o de visitante, en 1955, 1972, 1973, 1975, 1977, 1979 y 1981, culminó detrás de Argentina y Brasil, que se alternaron en los títulos. El golpe más duro había sido el de Montevideo 1979, cuando, con Tato López, Fefo Ruiz y un Marcelo Peinado –de 16 años– que surgía como la gran promesa del básquetbol, los celestes no llegaron al primer lugar del podio y mantuvieron la poco deseada regularidad de la medalla de bronce. Por tanto, el Sudamericano de Montevideo 1982 marcó un mojón en la historia juvenil del básquetbol uruguayo, porque fue el primer y el único título de los celestes en más de 50 años en esa categoría.
El plantel fue dirigido por Víctor Hugo Berardi –asistente técnico de Ramón Etchamendi en la mayor–, que comenzaba a mostrar su hilacha ganadora, y tenía en el plantel a varias figuras: el base Camilo Acosta, Gustavo Trindade, Julio Pereyra y Luis Eduardo Pierri. Ellos formaron la columna vertebral de un equipo que ganó invicto el torneo y que alternó a los 12 integrantes del grupo en las frías noches de mayo de ese año en el Cilindro Municipal.
La estrella era Pierri, jugador de Bohemios, de 19 años, que a esa altura de su carrera ya se había consagrado campeón Sudamericano de mayores con Uruguay en 1981 y campeón Federal y de la Liguilla con los albimarrones. Sobre el pívot de dos metros giró el básquetbol de los celestes, que tenía en el perímetro dos bombarderos tremendos: el sanducero Julio Pereyra y el mercedario Trindade, que promediaron 22,7 y 18,3 puntos, respectivamente, por partido. Pierri logró una media de 25,6.
Los celestes debutaron el 8 de mayo con victoria ante Paraguay y posteriormente hilvanaron éxitos ante Perú, Chile y Venezuela –que tenía a Gabriel Estaba y Víctor David Díaz–, antes de entrar a jugar el torneo en serio en las dos últimas fechas, frente a Argentina y Brasil. El 14 de mayo los celestes vencieron por un punto a Brasil, 60-59, en un apasionante partido en el que fue determinante el trabajo de Pierri en la zona pintada. Ese fue el impulso que necesitaba Uruguay para acercarse a la corona, porque en la última jornada los celestes golearon a Argentina 105- 77. Los albicelestes tenían a Campana y Uranga en el plantel que culminó vicecampeón.
Desde entonces, los combinados juveniles celestes desfilaron por todas las canchas y en diferentes categorías (sub 17, sub 19 y sub 23) de Sudamérica en procura de la gloria. En el Sudamericano sub 17 de 2004, en Catamarca, Uruguay fue vicecampeón tras perder la final ante Argentina por un punto. Eso fue lo más cerca que estuvo un equipo uruguayo de igualar la hazaña de 1982
LA OPINIÓN DE VÍCTOR HUGO BERARDI (*)
Hoy de tarde (16 de junio de 1982) en la concentración veía la tranquilidad con que estaban todos los jugadores y realmente era admirable. Porque era una tranquilidad que provenía de que se había puesto todo. Que nada había quedado en el tintero. Que no se había escatimado el esfuerzo en ningún rubro. Estos pibes demostraron en todo momento una entereza digna del mejor elogio. No podía dudar del éxito.
* Entrenador de Uruguay, en El Diario el 17 de junio de 1982, el día después de la conquista del título del Sudamericano
LA FIGURA
La prensa uruguaya y la FUBB eligieron a Luis Eduardo Pierri como el mejor jugador del torneo. Para la prensa extranjera la distinción fue para el argentino Campana.
GOLEADORES
El máximo anotador del torneo fue el paraguayo Hugo González con 239, segundo Luis Eduardo Pierri con 179, tercero Julio Pereyra con 159. Gustavo Trindade con 110, culminó sexto.
TECNOLOGÍA
Uruguay fue sede del Sudamericano Juvenil de 1979. Ese torneo, recordado porque Tato López y Fefo Ruiz fueron las figuras de la selección que culminó tercera en el Cilindro –detrás de Brasil y Argentina–, quedó en la historia porque se inauguró el primer tablero electrónico en el principal escenario de básquetbol, lo que fue recibido como toda una novedad y los diarios aprovecharon para presentarlo en sociedad. Fue fabricado por artesanos uruguayos. El mismo se mantenía en 1982.
Este artículo formó parte de la serie "Campañas" que semanalmente, entre el 27 de marzo de 2006 y 1° de marzo 2010, publicó El Observador en su edición impresa y que en estos tiempos de encierro permitirán recordar las mejores actuaciones de equipos e individuales en todos los deportes en Uruguay
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