El reloj marca 1.53 para el final. El Cilindro explota de gente. Bohemios gana 78-73 y parece caso cerrado. Pero entonces ocurre un milagro, o varios. Un alargue, una nueva desventaja, otra remontada y más tiempo suplementario. Garra, corazón y angustia hasta que el título Federal se consuma.
Peñarol campeón. Con el mandato de su estilo: a lo Peñarol. Fue el 22 de febrero de 1983 en un torneo correspondiente a la temporada 1982 que había comenzado a fines de octubre y que se jugó a tres ruedas, terminadas las cuales, Peñarol y Bohemios quedaron igualados en puntos. Bohemios, conducido por Heber Rey, ya contaba desde el comienzo de la segunda rueda con Horacio “Tato” López –quien volvía tras estar procesado por la Justicia de la dictadura militar, con el perdón del oxímoron–, además de Carlos Peinado, Luis Eduardo Pierri y el estadounidense Edward Lawrence.
Con Tato, Bohemios era favorito. De hecho, en su retorno puso 29 puntos para derrotar a Peñarol 109-94, una diferencia mucho más holgada que el 91-89 que Peñarol logró en la tercera rueda para igualar en la tabla al elenco de Pocitos. Desde ese momento el torneo se transformó en un mano a mano entre ambos equipos.
Los dos ganaron ocho de sus nueve partidos restantes y perdieron en la misma fecha, la quinta. Bohemios cayó ante el Neptuno de Ramón “Pirulo” Etchamendy y Peñarol perdió frente a Colón con German Haller.
La final llegó por decantación. Fue en el Cilindro, a partido único y a cancha llena con una recaudación de N$ 337 millones.
Con menos de dos minutos por jugar Bohemios ganaba por cinco puntos cuando el entrenador aurinegro Víctor Hugo Berardi mandó a la cancha a Lincoln Pérez para perturbar el accionar de Peinado. El base rival comenzó a fallar y otros errores de López y Lawrence –de pésimo partido, solo aportó dos puntos– ambientaron la remontada aurinegra.
De la mano de López (36 puntos) Bohemios sacó seis unidades, pero Peñarol volvió a reaccionar. Jackson puso en ventaja a su equipo a falta de 37’’ (91-90), Pierri desniveló para Bohemios en un doble y desde la línea de libres Jackson empató fallando uno de los simples.
El juvenil Julio Pereyra por Bohemios y Álvaro Tito –quien arrancó la temporada lesionado– fueron los mejores en el segundo suplementario y el albimarrón se distanció a tres puntos (103-100) a falta de 43’’.
Pero la mística aurinegra volvió a aparecer. Jackson descontó y a falta de 9’’ José Pedro Malet recibió una falta y sentenció el partido desde la línea de libres. “Cuando vi que tenía los libres empecé a caminar por toda la cancha para liberarme de toda tensión”, dijo Malet a El Diario. “Era muy inconsciente de todo lo que tenía en mis manos, pero no me puse nervioso. Miré el tanteador y vi que tenía que hacer los dos. El primero lo tiré a la tabla para asegurarlo, para el segundo ya estaba más tranquilo porque tenía el empate en casa y cambié la idea en ese momento y por suerte entró”. “Esto es Peñarol y se olvidan. ¿Ahora dónde están los cucos? Ahhh... Estaba Tato ¿verdad? Estaba Peinado ¿no? Los dos terminamos con suplentes, ¿no tenían ellos mejor plantel? No hay explicación ahora, lo único que existe es que esto es Peñarol”, afirmó Jackson.
Aquel 1982 Peñarol había arrancado ganando el Torneo Invierno en final contra Nacional. Una de las grandes figuras en ese torneo –como en el resto de la temporada y en la propia final con 28 puntos– fue Juan Andrés Blanc, quien tras la victoria ante Goes declaró: “Me puse definitivamente los lentes de contacto y por ese lado tuve un cambio radical. Veo mucho más y me cuesta menos esfuerzo ver el aro con más claridad”.
A esa victoria clásica Peñarol le sumó tres éxitos por el Federal y una apasionante definición en la Liguilla. Ahí los tricolores le ganaron –cortando una racha de seis clásicos perdidos– y derrotaron en la final a Bohemios. Pero para clasificar al Sudamericano 1983 debió jugar al mejor de tres partidos ante Peñarol. Nacional –Luis Eduardo Larrosa, Jeff Granger– ganó el primero pero Peñarol dio vuelta la serie. Las puertas de América quedaron así abiertas para escribir otra memorable historia.
Este artículo formó parte de la serie "Campañas" que semanalmente, entre el 27 de marzo de 2006 y 1° de marzo 2010, publicó El Observador en su edición impresa y que en estos tiempos de encierro permitirán recordar las mejores actuaciones de equipos e individuales en todos los deportes en Uruguay
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