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El título de Carrasco Polo en este 2008 le permitió retomar la corona, y volver a una costumbre por la que el club del caballito empezó a transitar en la década de 1990. O en realidad antes, desde que Carlos Giavi y Washington “Quique” Amarillo transformaron la forma de entender el rugby en la institución, tras superar varios problemas en la década de 1970, donde llegaron a pensar hasta en la desafiliación del club.
La revolución se empezó a gestar con los títulos de 1981 y 1983, y en 1990 le cortaron a Christians una racha de seis títulos consecutivos, y comenzaron el reinado más largo de la historia del rugby uruguayo.
En aquellas épocas los equipos jugaban dos ruedas y los mejores clasificaban a una Liguilla. Ya eran tiempos de dominio alternado de Christians y Polo, que empezaban a fortalecer lo que hoy es el clásico moderno del rugby uruguayo.
17 títulos consecutivos. Aquel campeonato que ganó Polo sería el primero de la racha más exitosa de un club en la historia del rugby uruguayo, que finalizaría en 2006.
Con un triunfo cada uno en sus enfrentamientos del año, llegaron a la penúltima fecha de la Liguilla. Esa etapa se jugó en un día de lluvia, en la vieja cancha de MVCC (donde hoy está Old Boys), con un partido parejo hasta el último minuto. Un try de Ormaechea le permitió a Polo festejar el triunfo que prácticamente le aseguraba el campeonato, porque una semana después llegaba una victoria fácil ante Cuervos de local y el primero de una serie de títulos que cortaría la cuenta recién en 17, durante los cuales el rugby uruguayo tuvo un cambio sin retorno.
“Recuerdo que fue durísimo, eran duelos muy cerrados y llevábamos cinco años sin ganar, así que ellos eran favoritos. Había sido un año parejito, y en la final ellos nos pasaron cuando faltaban pocos minutos y ganaban el partido, pero un scrum try que apoyó Diego nos permitió pasar casi en la última pelota. Fue muy emocionante, la mejor manera que se puede pedir de ganar un partido definitorio. Sacamos fuerzas de flaquezas y conseguimos dar vuelta la historia”, rememora Diego Lamé, por entonces segunda línea de Carrasco, que sería uno de los que más títulos acumuló en las casi dos décadas doradas del equipo del caballito.
«Sacamos fuerza de flaquezas y dimos vuelta la historia» (Mario Lamé, jugador de Polo en 1990)
“Era muy gracioso, porque perdíamos y festejábamos igual que si hubiéramos ganado. Pero en un buen sentido, porque sabíamos que estábamos haciendo un buen trabajo y que los resultados iban a empezar a venir tarde o temprano. Estábamos muy unidos, y era una filosofía de que había que trabajar mucho y no bajar los brazos. Durante los años anteriores el gran trabajo fue empezar a fortalecer las divisiones juveniles, además de Primera, y eso empezó a dar frutos allí”, agrega Lamé.
Aquel equipo ya tenía consolidados a baluartes como Ormaechea, Ascerenza y el propio Lamé, a los que se sumaban juveniles como Panizza, Vecino, De los Santos o Costábile. Esa base ganadora fue la que se adueñó de la década de 1990, que pondría a Carrasco entre los grandes de la historia del rugby uruguayo.
Sin cable o Internet, se puede suponer que la forma de preparar los partidos en aquella época era al menos precaria. Pero los DT ya tenían sus mañas para estudiar a los rivales. “Yo me casé en 1991, y ese año me compré una cámara para empezar a filmar prácticas y partidos. Claro, de repente eran compactos de 30 o 40 minutos, pero ya nos permitían hacer estudios de los rivales”, recuerda Herrera. Otro de los visionarios fue Carlos Giavi, DT en la década de 1980. “Carlitos fue un adelantado, empezó a revolucionar todo. Después con Quique todo se empezó a perfeccionar, en la planificación y en la preparación física”, recuerda Mario Lamé. Otro que hacía análisis era Christians, y además su DT, Aldo Magri, pedía en la embajada de Francia videos de los partidos del Cinco naciones para copiar jugadas.
ViacabaDe los SantosBeluccioLaméPanizzaOrmaecheaSciarraBlengioVecinoLuongoCostábile
Este artículo formó parte de la serie "Campañas" que semanalmente, entre el 27 de marzo de 2006 y 1° de marzo 2010, publicó El Observador en su edición impresa y que en estos tiempos de encierro permitirán recordar las mejores actuaciones de equipos e individuales en todos los deportes en Uruguay
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